Vigilancia Bajo la Piel

SÁBADO 17 DE MAYO 2025

BY PEDRO MOSIÑO DÍAZ

La burocracia digital puede no solo supervisar lo que hacemos en el mundo exterior sino también observar lo que ocurre en el interior de nuestro cuerpo, pueden monitorizar los movimientos oculares.

Desde 2020 las cámaras de circuito cerrado de televisión además de los ordenadores portátiles y los teléfonos inteligentes, empezaron a sistematizar datos sobre los movimientos oculares como cambios en las pupilas y en la Iris que duran solo unos pocos miles de segundos. Pueden determinar si nuestros ojos se mantienen fijos en un objetivo estable, si persiguen un objetivo móvil o sí deambulan de forma más aleatoria. Pueden determinar momentos de concentración y momentos de distracción y a personas orientadas al detalle frente aquellas que presentan más atención al contexto. 

A partir de los ojos, los ordenadores pueden detectar  muchos más rasgos de las personalidades de alguien. como si estás dispuesto a vivir nuevas experiencias y estimar su nivel de pericia en varios campos, desde la lectura hasta la cirugía. 

En teoría, los dictadores futuros podrían hacer que su red informática fuera mucho más allá de observar nuestra mirada. Si la red quiere conocer nuestras opiniones políticas, nuestros rasgos personales y nuestra orientación sexual, pueden vigilar procesos que tienen lugar en el corazón y el cerebro. 

En el año 2023, el neurolink de Elon Musk recibió el visto bueno de las autoridades estadounidenses para iniciar experimentos con humanos ( después de experimentar con varios animales) y en enero del 2024 se informó sobre el primer chip cerebral que sabía instalado en un humano. Aunque hay un problema actualmente no resuelto, nuestro sistema inmune ataca los electrodos implantados. 

La actividad cerebral de millones de personas cuando contemplan una determinada noticia en sus teléfonos inteligentes, podría  determinar más allá de nuestra afiliación política general. La red podría determinar con precisión qué provoca enfado, temor, alegría y nostalgia en cada humano y en dónde predecir y manipular nuestros sentimientos para vendernos cualquier cosa que quieran ya sea un producto a un político o a una guerra.

El fin de la Privacidad

En un mundo en que los ordenadores vigilarán a los humanos, la privacidad podría verse completamente aniquilada por primera vez en la historia.

Es fundamental tener presente que los sistemas de vigilancia basados en IA  se están desplegando a una escala enorme. Ahora son parte integral de la vida normal en todas partes. La era post privacidad se está estableciendo en países autoritarios que van desde Rusia hasta Zimbabwe, así como en metrópolis democráticas como Londres y Nueva York.

Si un gobierno quiere, su red de vigilancia puede llegar a todas partes, desde mercados hasta espacios de culto, desde escuelas hasta residencias privadas pero aunque los gobiernos no lo deseen, nuestros teléfonos  y ordenadores  nos observan todo el tiempo.

En el 2023, más de mil millones de cámaras de circuito cerrado de televisión estaban activas en todo el mundo, lo que supone una cámara por cada ocho personas.

En la actualidad, los algoritmos de reconocimiento facial y las bases de datos de la IA  consultables son sistemas estándar de las fuerzas policiales de todo el mundo.

Variedades de Vigilancia 

En el siglo XXI  y hay otras muchas formas de supervisión. Por ejemplo, han querido saber dónde se hallan sus cónyuges y han pedido explicaciones por cada leve alteración de su rutina. Las armadas hoy con un teléfono inteligente y una sencilla aplicación informática,  pueden imponer una dictadura conyugal sin demasiadas dificultades. Pueden supervisar cada conversación y cada movimiento, grabar llamadas, rastrear publicaciones en redes sociales y búsquedas en páginas web e incluso activar las cámaras y los micrófonos del teléfono del cónyuge para que sirva como dispositivo espía. Incluso en Nueva York un cónyuge puede encontrarse bajo supervisión y restricciones como si viviera en estado  totalitario.

Las redes de vigilancia de Iguala igual han eliminado ese sentido de privacidad. Si el personal no consigue complacer al cliente tendrá   mala reseña, lo que podría afectar la decisión de miles de clientes mientras el personal se encuentra expuesto a obtener malas reseñas a futuro. El cliente era el rey, ahora se ha convertido en un verdadero tirano con el poder de hacer y deshacer vidas. Ahora cuando un cliente entra en un taxi o en una peluquería lleva consigo una cámara, un micrófono,  una red de vigilancia y miles de posibles espectadores con ellos.

El sistema de puntuación social 

La última vez que los humanos dimos con  un mercado de puntuación ambicioso fue hace 5000 años en Mesopotamia, cuando se inventó el dinero. Una forma de pensar en el sistema de puntuación social es hacerlo con un nuevo tipo de dinero.

El dinero son puntos que la gente acumula al vender determinados productos y servicios y después emplea para comprar otros productos o servicios. Hay países que le llaman a sus puntos dólares, mientras que euros,  yenes o renminbis. Los puntos pueden tomar forma de monedas, billetes o bits en una cuenta digital bancaria. 

Desde luego el valor intrínseco de los puntos es nulo. No podemos comer monedas ni vestirnos con billetes. Su valor reside en el hecho de que sirven como un símbolo de contabilidad que la sociedad utiliza para seguir la pista de nuestras puntuaciones individuales. 

Aunque siempre ha habido muchas cosas carentes de valor monetario: ¿ Cuánto vale una sonrisa?, ¿ Cuánto dinero gana una persona por visitar a sus abuelos?.

Existe otro sistema no monetario en el que el dinero no ha podido penetrar y recibe diferentes nombres: honor, posición social y reputación. Lo que los sistemas de puntuación persiguen es una valoración estandarizada del mercado de la reputación.

¿Qué puede ocurrir a las relaciones sociales y de repente, los principios del mercado monetario se extienden al mercado de la reputación?.

El sistema más extremo de la puntuación social, cada persona obtiene una puntuación general en reputación que tiene en cuenta todo lo que hace y determina todo lo que puede hacer. El sistema de puntuación social podría convertirse en un sistema de control totalitario, como en China que dicen que el sistema de puntuación social permite luchar contra la corrupción, las estafas, la evasión de impuestos, los anuncios engañosos y  las falsificaciones, así reforzar la confianza entre individuos, entre clientes y empresas y ciudadanos e inclusive instituciones gubernamentales.

De forma tal que cualquier cosa que hagamos aniquilará la privacidad y convertiría la vida en una interminable entrevista de trabajo o de su sentencia criminal, tanto a corto plazo como décadas después. De esta forma, el sistema de puntuación social podría convertirse en un sistema de control totalitario.

El temor a quedar mal en la mayoría de las sociedades ha superado el temor de perder dinero. Cuando alguien se mata después de haber perdido su empleo o de que las empresas quiebran por lo general es la humillación social que esto implica, más que la adversidad económica, lo que conduce a tal extremo. 

Por desgracia, los algoritmos de puntuación social, en combinación con una tecnología de vigilancia ubicua, amenaza ahora con agrupar todas las competiciones de estatus en una única e interminable carrera. De forma tal que tendremos que ser extremadamente cautos acerca de lo que hacemos o decimos como si estuviéramos actuando ante millones de personas. 

Esto podría crear un estilo de vida increíblemente estresante, capaz de destruir nuestro bienestar así como el funcionamiento de la sociedad pudiendo aniquilar la privacidad y controlar a las personas con mucho más firmeza que la que nunca haya empleado el sistema monetario. 

Siempre Encendido 

Los humanos somos seres orgánicos que vivimos de acuerdo con un tiempo biológico cíclico. A veces despiertos, a veces dormidos. De modo similar, las redes de humanos se hallan sujetos a ciclos biológicos. En cambio una red de informática puede estar siempre activa. En consecuencia, los ordenadores están empujando a los humanos hacia un nuevo tipo de existencia en la que estamos conectados y controlados.

La información no es la  verdad. un sistema de vigilancia total puede generar un conocimiento muy distorsionado del mundo y de los seres humanos. En lugar de descubrir la verdad sobre el mundo y sobre nosotros, la red podría emplear su inmenso poder para crear e imponernos un nuevo tipo de orden mundial.

Falible: La Red Suele Equivocarse

El régimen soviético desarrolló una de las redes de información más formidables de la historia. Recabó y procesó ingentes cantidades de datos sobre sus ciudadanos. También afirmaba que las teorías infalibles de Marx, Englers, Lenin y Stalin  le garantizaban un conocimiento profundo de la humanidad.

El lugar de producir sabiduría produjo orden Y en lugar de eso negó la cantidad de sufrimientos que sus políticas infligieron a sus propios ciudadanos. En lugar de producir sabiduría produjo orden y en lugar de revelar la verdad universal, produjo un nuevo tipo de humano: Homo Soviéticus. 

Qué eran humanos serviles y cínicos que carecían de iniciativa y de pensamiento independiente, pasivos e indiferentes a los resultados de sus acciones.

Creados mediante castigos y recompensas, Aunque la red fracasó a la hora de descubrir la verdad acerca de los humanos, era tan buena creando orden que conquistó gran parte del mundo.

La Dictadura de lo Parecido

Los algoritmos de Facebook y YouTube han creado redes de internet mediante la  adjudicación de recompensas a distintos instintos básicos y la imposición de castigos a los mejores. 

Echémosle la culpa a los humanos 

Nos hallamos en un punto de inflexión de la historia en el que en parte, la mayoría de los procesos históricos tienen origen en las decisiones de inteligencias no humanas.

Lamentablemente la investigación ha demostrado que la indignación y la desinformación se vuelven más altas. Un documento filtrado hacía una recomendación importante: puesto que Facebook no puede eliminar todo con félido dominio de una plataforma que utiliza millones de personas. Al menos debería de dejar de amplificar el contenido dañino mediante una distribución forzada. Para los diferentes algoritmos sociales no somos más que una mina de atención. 

Los algoritmos redujeron la multifacética gama de las emociones humanas, odio, amor, indignación, alegría y confusión a una única categoría multifunción, la implicación. Las compañías de las redes sociales no incentivan las interconexiones de las cortezas prefrontales.

Las compañías de redes sociales incentivan la creación de interconexiones en los sistemas límbicos, lo que es mucho más peligroso para la humanidad. 


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