Asumir la responsabilidad

BY PEDRO MOSIÑO DÍAZ

SÁBADO 10 DE MAYO 2025

El auge de la nueva red informática tiene implicaciones políticas y personales inéditas para nosotros, explicaremos más adelante qué hace que  nuestra red informática sea tan novedosa y qué es lo que significa para la vida humana. Lo que debe quedar en claro desde el comienzo es que esta red creará realidades políticas y personales totalmente inéditas. La información ya está clara, no necesariamente es la verdad y las revoluciones de la información no descubren la verdad. Crea nuevas estructuras políticas, nuevos modelos económicos y nuevas normas culturales.

Puesto que la presente revolución de información se está desarrollando con más rapidez que cualquier revolución de la informática previa, es probable que cree realidades sin precedentes a una escala sin precedentes. 

Es importante entender esto, porque los humanos todavía tenemos el control. No sabemos por cuánto tiempo, pero todavía poseemos el poder de moldear estas nuevas realidades.

Para hacerlo con sensatez debemos entender qué ocurre. Cuando escribimos un código informático no solo estamos diseñando un producto sino que también estamos rediseñando la política y la cultura. También  hemos de asumir la responsabilidad de lo que estamos haciendo. 

Esto se debe a que la tecnología es extremadamente complicada y todo se mueve a la velocidad del vértigo. Hay que esforzarse para entender algo como las criptomonedas, basadas en cadenas de bloques y para cuando uno cree que lo que entiende ya se ha vuelto a mutar. El de las finanzas constituye un ejemplo de gran relevancia por dos motivos. 

Primero, a los ordenadores les resulta más sencillo crear y cambiar estrategias financieras que objetos físicos porque las estrategias financieras modernas se componen en su totalidad de información. Monedas, acciones y bonos fueron objetos físicos como el oro y el papel, pero ahora se han convertido en entidades digitales que existen principalmente a base de datos.

Segundo, este tipo de entidades digitales ejercen un impacto enorme en el mundo social y político. ¿ Qué puede ocurrir a las democracias o a las dictaduras, si a eso vamos, si los humanos dejamos de entender cómo funcionan los sistemas económicos?.

Los gigantes tecnológicos como Google y ByteDance  proporcionan a los ciudadanos de cualquier país servicios online gratuitos y a cambio los ciudadanos nos ofrecen libremente su historial de compras, las fotos de sus vacaciones, sus divertidos videos de  gatos y otra información. 

Los acuerdos de información por información ya son ubicuos. Cada día, millones de personas efectúan numerosas transacciones con los gigantes tecnológicos, pero uno jamás podría adivinarlo a partir de cuentas bancarias, porque apenas  mueve dinero en dichas transacciones. Obtenemos información de los gigantes tecnológicos y la pasamos con información. A medida que más transacciones siguen el modelo de información por información, la economía de la información va creciendo a expensas de la economía monetaria, Hasta que el concepto mismo de dinero a expensas de la economía monetaria acaba por ser cuestionable. Una entidad con poco dinero en el banco pero con una cantidad enorme de datos de información podría ser la cantidad más rica o poderosa del país ¿ Qué importancia  tienen unos dólares si pueden obtener lo que quieren con información?.

Algunas de las entidades más ricas del país pueden no pagar impuestos, porque su riqueza consiste en petabytes de datos en lugar de miles de millones de dólares.

Los estados llevan miles de años  recaudando dinero. No saben cómo grabar información, al menos no todavía ¿ hay estrategias alternativas?, ¿ qué opina un partido político de referencia a esa cuestión? derecha o izquierda. 

El sistema tributario es solo uno de los muchos problemas generados por la revolución informática. La red informática altera casi todas las estructuras de poder. Las democracias temen el auge de nuevas dictaduras digitales. Las dictaduras temen a la aparición de agentes que no saben cómo controlarlas. Todos deberían preocuparse por la desaparición de la privacidad y la expansión del colonialismo de datos y la tecnología se mueve mucho más rápido que la política. 

Por ejemplo, ¿ Qué diferencia hay entre las políticas de la IA  entre republicanos y demócratas en Estados Unidos? están los conservadores en contra de la IA por la amenaza que supone para la cultura tradicional, centrada en humanos o ¿ están a favor de ella porque aumentará el crecimiento económico al tiempo que reduciría la necesidad de mano de obra migrante?, ¿ acaso los progresistas se oponen a la IA debido a los peligros de la desinformación y el aumento de prejuicios, o favorecen como un medio para generar abundancia que pueda financiar un amplio estado de bienestar?. 

Es difícil saberlo porque hasta hace muy poco tiempo republicanos y demócratas, así como la mayoría de los partidos políticos de todo el mundo no habían pensado ni hablado mucho sobre esas cuestiones. 

Los ingenieros y los ejecutivos de las compañías de alta tecnología van muy por delante de los políticos y los votantes y están mejor informado sobre el desarrollo de la IA y las criptomonedas o ese tipo de cuestiones, sin embargo por desgracia muy pocos usan su conocimiento para contribuir a regular el potencial explosivo de las nuevas tecnologías. En su lugar lo usan para ganar miles de millones de dólares o para acumular Petabytes de información. ¿Cómo no sentiríamos si millones de entidades no humanas pasaran a vigilarnos, guiarnos, inspirarnos o castigarnos?, ¿ Cómo tendríamos que adaptarnos, sobrevivir y con suerte incluso medrar en este nuevo mundo que se está iniciando?.

No hay  determinismo.

Las sociedades humanas son redes de información, no cabe duda que de inventar nuevas tecnologías de la información cambiar a la sociedad. Cuando la gente inventa imprentas o algoritmos de aprendizaje automático resulta inevitable que se produzca una profunda revolución social y política. Sin embargo, los humanos aún ejercemos un control importante sobre el ritmo, la forma y el rumbo de la  revolución, lo que significa que aún tenemos mucha responsabilidad.

Nuestras habilidades técnicas pueden llevarnos a desarrollar un buen número de tecnologías, pero los recursos de que disponemos son finitos. Debemos tomar decisiones  responsables acerca de dónde invertir dichos recursos, no hay nada inevitable en nuestras decisiones; reflejan prioridades políticas, económicas, políticas y culturales. 

En la década de 1960 Steve Jobs y Steve Wozniak tenían grandes sueños pero poco dinero y no podían acceder a los recursos del mundo empresarial, vendieron sus posesiones como el Volkswagen de Jobs y Wozniak vendió sus posesiones para financiar la creación del primer ordenador Apple debido a eso en 1977 un particular podría comprar un ordenador Apple II por un precio de 1298, una suma considerable pero al alcance de un cliente de la clase media. 

En El Siglo XXI hemos de comprender qué son y qué pueden hacer las nuevas tecnologías. Esta es una necesidad apremiante de  todo ciudadano, no todos necesitamos un doctorado en ciencias de la computación pero para conservar el control de  nuestro futuro necesitamos conocer el potencial político de los ordenadores. 

En esta reseña se ofrece un panorama de la política informática para los ciudadanos del siglo  XXI. Primero conoceremos cuáles son las amenazas y las promesas de la nueva red informática y después explicaremos las diferentes maneras en que las democracias, las dictaduras y el sistema internacional podrían ajustarse a la nueva política informática. 

La política implica un sutil equilibrio entre la verdad y el orden. A medida que los ordenadores se convierten en miembros importantes para descubrir la verdad y mantener el orden. Por ejemplo, el intento de descubrir la verdad del cambio climático depende cada vez más de cálculos de solo los algoritmos de recomendación que clasifican los boletines de noticias y de algoritmos que escriben y dependen de boletines de noticias y algoritmos creativos que escribe nuevo relatos, noticias falsas y ficción. Los cálculos que efectúa un conjunto de ordenadores nos alertan de una catástrofe ecológica inminente, otros nos animan a ver videos que plantean dudas sobre estas alertas. ¿A qué conjunto de ordenadores hemos de creer? hoy la política humana es una política informática. 

Si los ordenadores tomarán decisiones y generen ideas similares a un modo similar al de los humanos  serían una especie de nuevos humanos. En la ciencia ficción el ordenador adquiere conciencia, desarrolla sentimientos, se enamora de un humano y acaba por ser exactamente como nosotros. Pero la realidad es muy diferente y potencialmente más preocupante. 

Incansable: La red siempre está activa 

Las jerarquías sociales, las maniobras políticas y las relaciones amorosas han exigido esfuerzos interminables en la tarea de descifrar qué es lo que sienten y piensan otras personas y en ocasiones en la de ocultar nuestros propios sentimientos y pensamientos. Gobernantes, sacerdotes y mediadores querían saber nuestros secretos con el fin de manipularnos y controlarnos. 

Desde luego, la vigilancia también ha sido esencial para proporcionar servicios beneficiosos.  Imperios, Iglesias y empresas necesitaban información con el fin de proporcionar seguridad, ayuda y productos esenciales para la gente.

Los funcionarios de atención sanitaria quieren saber qué enfermedades padecemos y cuánto comemos, los funcionarios de los servicios sociales quieren saber si trabajamos o si nuestra pareja nos maltrata. Sin esa información no pueden ayudarnos. 

Con el fin de llegar a conocernos. Tanto las burocracias benévolas como las opresivas han necesitado saber dos cosas. La primera:  recabar un montón de datos sobre nosotros. La segunda: analizar todos esos datos para identificar patrones. 

El poder real de la Securitate  y del  KGB no radica en la capacidad de vigilancia constante sobre todos los ciudadanos sino más bien en la capacidad de inspirar temor de que los pudieran estar vigilando, lo que hacía que todos fueran extremadamente cautos acerca de lo que hacían y decían.

Agentes Insomnes

En el 2024 estamos llegando a un puesto en el que la red informática ubicua puede seguir a la población por países enteros las 24 horas del día.

Esta red no necesita contratar ni adiestrar a millones de agentes humanos para que nos siga a todos partes; en su lugar depende de agentes digitales. Somos los ciudadanos quienes por iniciativa propia les pagamos y los llevamos como nosotros a donde quiera que vayamos. Oye eso es lo que hacen nuestros teléfonos inteligentes, nos acompañan al baño y están presentes hasta cuando tenemos relaciones sexuales y lees más fácil saber qué hacemos y qué decimos. La red informática se ha convertido en el nexo de la mayoría de las autoridades humanas. 

Ahora casi cualquier transacción financiera, social o política requiere de la información de un ordenador y no podemos escondernos del ojo que nos vigila, ahora gracias a la magia del aprendizaje automático y a la IA, los ordenadores pueden analizar por sí solos parte de la información de que disponen. Un humano promedio puede leer 250 palabras por minuto mientras que algoritmos de lenguaje como chat GPT pueden procesar millones de palabras por minuto y leer 2600 millones de palabras en un par de horas, la capacidad de esos algoritmos para procesar imágenes, registros de audio y archivos de video es igualmente sobrehumana. 

Más importante todavía, los algoritmos superan por mucho a los humanos en sus capacidades para advertir patrones en medio de ese océano de datos. Identificar patrones requiere tanto la capacidad de generar ideas como de tomar decisiones. 

En el año 2014 y 2015 la agencia nacional de seguridad de los Estados Unidos desarrolló Skynet Un sistema de IA que a partir de pautas económicas de  sus  comunicaciones asientos de viajes podían identificar a alguien como sospechoso de terrorismo. Al gestionar cantidades masivas de datos, los algoritmos pueden descubrir criterios completamente nuevos para identificar a alguien como sospechoso. La capacidad sobrehumana de tomar decisiones de los algoritmos para reconocer patrones en un océano de datos puede sobrecargar el poder de numerosos  agentes malignos desde dictaduras represivas que buscan identificar disidentes hasta estafadores que buscan identificar objetivos vulnerables. 


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