El Péndulo Tecnológico

SÁBADO 26 DE ABRIL 2025

BY PEDRO MOSIÑO DÍAZ

Una vez que aprendimos a ver la democracia y el totalitarismo como diferentes redes de información, podemos entender por qué medían en unas épocas y se mantienen ausentes en otras. No solo se debe a que la gente gane o pierda fe en determinados ideales políticos sino también se debe a las revoluciones en las tecnologías de la información.

 Los regímenes totalitarios deciden emplear la moderna tecnología de la información para centralizar el flujo de la información y reprimir la verdad con el fin de mantener el orden, como consecuencia han de luchar contra el peligro del endurecimiento de los huesos. El hecho de que cada vez  más información fluya en un solo punto ¿ conducirá a un control eficiente o al bloqueo de otras arterias y finalmente un ataque al corazón?. Los regímenes democráticos eligen usar las modernas tecnologías de la información para distribuirla sobre ese flujo de información entre más instituciones e individuos y anima la libre búsqueda de información entre más instituciones sobre la búsqueda de la verdad. En consecuencia deben combatir el peligro de la fractura.

Como un sistema solar con cada vez más planetas que giran cada vez más rápido ¿ podrá resistir el centro o todo se desmoronará y prevalecerá la anarquía?.

Una vez que se dio voz a los pobres, mujeres, personas LGBTQ+, minorías étnicas, discapacitados y miembros de otros grupos históricamente reprimidos, estos aportaron nuevas ideas, opiniones e intereses. 

Esto causó gran frustración porque no se podían negar a  nuevos acuerdos porque había que tener en cuenta a muchos más grupos, puntos de vista e intereses.  Un acto como mantener una conversación ordenada constituía un desafío porque la gente no podía ponerse de acuerdo respecto a las reglas del debate. 

Decepcionados con las palabras, algunos pasaron a las armas. En algunas democracias  occidentales, la década de 1960 se caracterizó no solo por la cantidad de desacuerdos sino también por la explosión de violencia, los asesinatos políticos, los disturbios y los ataques terroristas  se multiplicaron. Los asesinatos de Jonas fe Kennedy y de Martin Luther  King y la oleada de manifestaciones y revueltas así como enfrentamientos armados que barrieron el mundo occidental en 1960 solo son algunos de los ejemplos más conocidos. Las imágenes procedentes de Chicago París En 1968 bien podrían dar la impresión de que todo se desmoronaba, la presión de seguir unos ideales democráticos e incluir a más personas y grupos en las conversaciones públicas parecía socavar el orden social y hacer que la democracia fuera  inviable. 

Avancemos 20 años cuando el sistema soviético ya no es viable los gerontocracias escleróticos sobre el podio de la plaza roja ya no es viable eran un ejemplo perfecto de una red de información disfuncional carente de mecanismos de autocorrección significativos. La descolonización, la, el desarrollo tecnológico y los cambios en los roles de género dieron lugar a rápidos cambios económicos, sociales y geopolíticos. Pero los gerontocracias no podían gestionar toda la información que  llegaba a Moscú y puesto que no se le permitía demasiada iniciativa a ningún subordinado, el sistema entero se osificó y se vino abajo.

En ningún sector sus defectos quedaron más patentes como en el de los semiconductores en el que  la tecnología avanzaba a un ritmo particularmente rápido. En occidente los semiconductores se desarrollaban mediante una competencia abierta entre numerosas compañías privadas como Intel y Toshiba, cuyos clientes potenciales y principales eran otras compañías privadas como Apple y Sony.

Estas últimas emplean Microchips para fabricar productos de uso civil como el ordenador personal Masintosh y es el Walkman. El primer ordenador soviético no apareció hasta 1984 en una época en el que los Estados Unidos ya había 11 millones de PC´s. 

Las  democracias occidentales no sólo tomaron ventaja tecnológica y económicamente sino que también consiguieron mantener el orden social a pesar de; o quizá, debido a, haber ampliado el círculo de participantes en la conversación política. 

En consecuencia aunque Estados Unidos y Japón sufrieron muchos traspiés Y otras democracias crear un sistema de información más inclusivo en el que sin llegar a colapsar crearon un sistema de información mucho más Dinámico e inclusivo; en el que, sin llegar a colapsar, tuvieron cabida muchos otros puntos de vista. En consecuencia, a principios del siglo XXI parecía que el futuro pertenecía a las redes de información distribuidas y a la democracia.

Pero no fue así. de hecho una nueva revolución de la información ya estaba cobrando impulso Y preparando el escenario para el asalto entre el combate, la democracia y el internet, los teléfonos inteligentes, las redes sociales y la IA planteaban nuevos retos a una democracia en la que no solo se daba voz a los grupos menos favorecidos en cuestión de los derechos, sino también a cualquier grupo humano con conexión a intereses e incluso agentes no humanos. 

Mientras la humanidad  entró en el segundo cuarto del siglo XXI, es importante que nos planteemos, cómo las democracias y los regímenes totalitarios manejaban las amenazas como las oportunidades  derivadas de la información. ¿Favorecerá las nuevas tecnologías a un régimen en detrimento de otro? o ¿Volveremos a ver un mundo dividido esta vez por un telón de silicio en lugar de uno de acero?.

Como en épocas previas, las redes de información se esforzaban por mantener un equilibrio entre la verdad y el orden y sobre mantener unos mecanismos de autocontrol sólidos. Sin embargo, la presente revolución de la información también cuenta con una serie de características únicas, diferentes a cualquier cosa que hayamos visto antes y potencialmente más peligrosas.

A partir de ahora los humanos, sin embargo, tendrán que lidiar con creadores de mitos digitales y burócratas digitales. En la política del Siglo XXI, la división principal podrían no darse entre democracias y regímenes totalitarios, sino entre seres humanos y agentes no humanos. En lugar de separar democracias de regímenes totalitarios, un nuevo telón de silicio puede separar a todos los humanos de nuestros jefes supremos algorítmicos e ininteligibles. 

Gente de toda nacionalidad y clase social, incluso dictadores podrían encontrarse al servicio de una inteligencia desconocida capaz de controlar todo lo que hacemos, capaz de controlar todo a nuestro alrededor mientras no tenemos ni poca idea de lo que ella está haciendo.  Así pues durante lo que queda de esta reseña nos dedicaremos a explorar si un telón de silicio de este tipo está descendiendo sobre el mundo y cómo podría ser la vida cuando los ordenadores gestionen nuestras burocracias Y los ordenadores  inventen nuevas mitologías. 

La Red Inorgánica

Los nuevos miembros: en que se diferencian los ordenadores de las imprentas.

No es ningún secreto que estamos viviendo una revolución de la información sin precedentes, pero, ¿Qué tipo de revolución es exactamente? en los últimos años se ha precipitado Sobre nosotros está la avalancha de inventos que resulta difícil determinar qué es lo que impulsa esa revolución ¿ es internet?, ¿Son los teléfonos inteligentes?, ¿Las redes sociales?, ¿Las cadenas de buques?, ¿Los algoritmos? o ¿La IA?. 

El germen de la revolución actual se encuentra en el ordenador. Todo lo demás desde internet hasta la Inteligencia artificial es un subproducto de esta. 

Un ordenador es una máquina capaz de hacer dos cosas destacables: tomar decisiones para sí mismas y generar nuevas ideas por sí mismas.

En el 2001: una Odisea espacial, Artur Claire y Stanley kubrick ya imaginaban Hall 9000 como una Inteligencia artificial súper inteligente que se revelaba contra sus creadores humanos. 

En términos de inteligencia los ordenadores superaban por mucho No solo las bombas atómicas sino también tecnologías de la información previas como las tabletas de arcilla, las imprentas y los aparatos de radio. 

Mientras las imprentas y los aparatos de radio eran utensilios pasivos en manos humanas los ordenadores se estaban convirtiendo en agentes activos que acaparaban a nuestro control y comprensión y que pueden tomar iniciativas para moldear la sociedad y la cultura sobre la historia.

En el 2016 hasta 2017 el modelo de negocio de Facebook se basaba en potenciar la ampliación de usuarios. Esto incluye el tiempo de uso de la plataforma y cualquier acción como cliquear o compartir contenido. Al aumentar esa implicación, Facebook podía recopilar más datos, vender más anuncios y acaparar una porción del mercado de la información mucho mayor. 

Además servía para traer inversores, lo  que incrementaba el valor de las acciones. Cuanto más tiempo pasaba la gente en la plataforma, más ricos hacia Facebook. De acuerdo con este modelo de negocio, los gestores humanos decidieron que los algoritmos de la compañía debían enfocarse en un objetivo primordial, aumentar la implicación del usuario y descubrieron que la indignación generaba implicación del usuario. Es más probable que los humanos no impliquemos en una trama conspiratoria repleta de odio que en un sermón sobre la compasión. 

De modo que, en busca de la implicación del usuario, los algoritmos tomaron la terrible decisión de extender la indignación y así generaron campañas de limpieza étnica como la de los ingas en Myanmar. Aunque la mayor parte del odio que despertaban los Rohingyas era anterior a la entrada de Facebook y las atrocidades aumentadas en 2016 hasta 2017 reposa en los hombros de los humanos como Wirathu Y los jefes militares de Myanmar así como los líderes militares de ARSA  que prendieron la marcha de la violencia. También hay que atribuir parte de la responsabilidad a los ingenieros y ejecutivos de Facebook que codificaron los algoritmos, les concedieron poder enorme y no fueron capaces de moderarlos.  Este es el sello distintivo de la Inteligencia artificial, la capacidad de una máquina de aprender y actuar por sí misma. Esta fue la primera campaña de limpieza étnica de la historia en que las decisiones no humanas tuvieron parte de la culpa. 

Los algoritmos de la Inteligencia artificial pueden aprender por sí mismos cosas que ningún ingeniero humano ha previsto, Esta es la esencia de la revolución de la Inteligencia artificial, el mundo está inundado de incontables agentes nuevos y poderosos, corremos el peligro de perder el control sobre nuestro futuro. Está surgiendo un tipo nuevo de red de información controlada por decisiones y objetivos de la cual proviene sobre una inteligencia desconocida. 

En la actualidad aún desempeñamos un papel central en esa red pero puede que poco a poco nos veamos desplazados a los márgenes y en último término, incluso, puede que la red llegue a operar si nosotros. 

A veces la gente confunde la inteligencia  con la conciencia y en consecuencia muchos llegan a la conclusión de que las entidades no conscientes no pueden llagar a ser inteligentes. Pero inteligencia y conciencia son cosas muy diferentes. La inteligencia es la capacidad de alcanzar objetivos como por ejemplo potenciar la implicación de un usuario en una plataforma de redes sociales. La conciencia es la capacidad de experimentar sentimientos subjetivos como dolor, placer, amor y odio. En los humanos y otros mamíferos, la inteligencia suele ir de la mano de la conciencia. Los ejecutivos e ingenieros de Facebook se basan en sus sentimientos para tomar decisiones, resolver problemas y alcanzar sus objetivos. 

Las bacterias y las plantas carecen de conciencia pero también exhiben inteligencia. Recabando información de su entorno, efectúan elecciones complejas para obtener alimento, reproducirse,  cooperar con otros organismos y escapar de depredadores y demás parásitos. 

Incluso los humanos tomamos decisiones inteligentes sin ser conscientes de ello; El 99% de los procesos de nuestro cuerpo, desde la digestión, la respiración, tiene lugar sin que tomemos una decisión consciente.Nuestro cerebro debe producir más adrenalina o dopamina y  aunque podamos ser conscientes del resultado de esa decisión no la tomamos de manera consciente. 

Aunque no sientan dolor, amor o miedo, son capaces de tomar  decisiones que consiguen potenciar la implicación del usuario y también podrían afectar acontecimientos históricos relevantes. 

Por supuesto, si los ordenadores siguen adquiriendo inteligencia podrían llegar a desarrollar conciencia y poseer algún tipo de experiencia subjetiva. Pero también podrían llegar a ser mucho más inteligentes que nosotros sin desarrollar ningún tipo de sentimiento. 

Puede que la conciencia no tenga conexiones esenciales con la bioquímica orgánica, en cuyo caso los ordenadores conscientes podrían hallarse a la vuelta de la esquina o tal vez haya sendas alternativas, que conduzcan a la súper inteligencia. Así como los aviones vuelan más rápido que las aves sin haber desarrollado plumas, los ordenadores podrían llegar a resolver problemas con mucho mayor eficiencia que los humanos sin haber desarrollado sentimientos. 

Pero en definitiva, que los ordenadores desarrollen o no consciencia no es relevante para la cuestión que tratamos. Para conseguir un objetivo como “potenciar la implicación del usuario” y tomar decisiones que contribuyan a alcanzar dicho objetivo no se necesita consciencia. Basta con la inteligencia.


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