Capitulo 9 Diez Recetas para Salir del Pozo.

        Capitulo 9 Diez Recetas para Salir Fuera del Pozo    

Tiempo de Lectura: 25 minutos.

Qué conclusiones saqué en mi viaje alrededor del mundo y de lo que escuché en mis entrevistas con los máximos gurús de la ciencia de la felicidad?     En este capítulo final quisiera compartir algunas recetas prácticas que he aprendido durante mi investigación.  Algunas podrían ser muy útiles para nuestros países y para nuestra vida personal.

        Primera Receta: Promover el Desarrollo Económico    

Las recetas para promover el crecimiento económico como hemos dicho antes no son ningún misterio,     hay que promover la inversión ofreciendo seguridad jurídica, mejoras a la educación para poder exportar bienes de mayor valor agregado e insertarse en el mercado global, crear una cultura de veneración a los innovadores, ahorrar en los años buenos para poder mantener los subsidios sociales en los años malos y hacer una distribución lo más equitativa posible de los ingresos.  Los países que han hecho esas cosas cualquiera que sea su color político han logrado expandir sus economías y reducir la pobreza. Los que han buscado atajos con soluciones populistas, en cambio a lo sumo han alcanzado momentos efímeros de prosperidad artificial, para luego caer en crisis.

Según Antonio Guterrez Secretario General de las Naciones Unidas escribió un artículo señalando que medir la prosperidad de los países únicamente por el producto interno bruto (PIB) es un anacronismo dañino. Según Antonio Guterrez “nuestros modelos económicos no consideran varios aspectos que sostienen la vida y contribuyen al bienestar humano presente y futuro para todos”     y concluye que lo que hay que hacer “no es reemplazar el PIB sino plantear una hoja de ruta para desarrollar mediciones complementarias”.

        Segunda Receta: Vivir en Democracia.    

    Los países más felices del mundo como Finlandia, Dinamarca y los que le siguen en los primeros lugares de    El Reporte Mundial de la Felicidad además de tener los más altos ingresos son los más democráticos del mundo,  mientras que muchos de los más infelices son dictaduras. China figura en el puesto 64 del ranking de la felicidad del mundo; Rusia en el 70; Venezuela en el 78 y Afganistán donde el régimen talibán no permite libertades políticas, ni derechos esenciales a las mujeres sale en el último lugar de la lista de los 177 países. Cuba no aparece porque su gobierno no permite que Gallup u otras encuestadoras hagan preguntas sobre la felicidad de La Isla. Tal como me lo contestó el propio el propio CEO de Gallup Jon Clifton. Según David Dorn de la Universidad de Zurich mostró que incluso teniendo en cuenta factores económicos y culturales, hay una significativa relación positiva entre la democracia y la felicidad. Del estudio encontró mucho mayores niveles de felicidad en los expaíses del bloque soviético como Hungría y República Checa, que en Rusia. Baste mirar de que países huye la gente.     Más de 7 millones de personas han huido de Venezuela durante la dictadura de Maduro según los datos de las Naciones Unidas. Y muy pocos de ellos se han ido a Rusia, China o Corea del Norte.

Les encuesta del latino-barómetro que apoya el actual modelo de democracia en sus países cayó de 63% en 2010 a 49% de 2024. Esta es una mala señal.     El creciente descrédito en la democracia y sus instituciones es un peligroso caldo de cultivo para el populismo, el autoritarismo y un mayor sustento de la infelicidad.  La receta no es tener hombres fuertes, sino instituciones fuertes. Sin libertades individuales es difícil controlar a quienes ostentan El poder y tener pueblos felices.

        Tercera receta: Combatir la Corrupción.    

    Finlandia, Dinamarca y los que les siguen son los países más honestos del mundo según el ranking de Transparencia Internacional y es a su vez el ranking de los países más felices del mundo.  También están entre los más honestos y los más menos corruptos. Es lógico que así sea porque     la inexistencia de corrupción y la vigencia efectiva de la democracia contribuyen a una mayor calidad de vida y eso conduce a la felicidad  según Dalia Ferrera Rubio Presidenta de Transparencia Internacional con sede en Berlín.

Y cómo sería la primera receta para combatir la corrupción en América Latina y me dijo que la primera prioridad es enseñarles a los niños desde muy pequeños los estragos que causan los sobornos, el favoritismo y el robo de recursos públicos y eso hay que hacerlos en las escuelas mediante relatos y de la discusión de historias instructivas e hipotéticas sencillas que entiendan los niños como el conflicto de interés.

En Nigeria la fundación “Avanza Nigeria” me describió lo que están haciendo en su organización y me pareció fantástico, actualmente ya se han dado los cursos a 50,000 alumnos de escuelas privadas y están en conversaciones para impartir los cursos en escuelas públicas. Usamos una técnica basada en contar historias de cuatro libros que han escrito para niños de la escuela primaria con sus respectivos videos que cuentan una historia diferente de lucha contra la corrupción, las consecuencias que producen en la sociedad y cómo se pueden evitar.

Estas evaluaciones son uno de los métodos más eficaces para medir la efectividad de lo que hacemos. Agregó tras hablar conmigo no puede dejar de pensar cuánto podrían beneficiarse nuestros países simplemente integrando esos libros contra la corrupción en los programas escolares. Obviamente no eradicarían la corrupción de inmediato, pero con el correr de los años produciría nuevas generaciones mucho más conscientes de los daños sociales causados por la corrupción y empezarían a tener sociedades más honestas.

        Cuarta Receta: Dar Clases de Felicidad en las Escuelas».    

Se podría empezar a dar clases de felicidad en las escuelas latinoamericanas de 40 minutos diarios como se hace en Nueva Delhi y cada vez más estados en la India, pero hacerlo por lo menos como en la India sería importantísimo. Gran parte de las herramientas que tenemos para defendernos en la vida y para ser más felices son los que aprendemos en la escuela y     las clases de felicidad, de educación positiva o de habilidades socioemocionales son probablemente la mejor forma de enseñarles a las nuevas generaciones: a tolerar los fracasos, elevar la autoestima, ser optimista y darle rienda suelta a la creatividad, encontrar un propósito en la vida y construir relaciones más valiosas como lo ha señalado Martín Seligman,  el padre de la psicología positiva y su discípulo especializado en la educación, Tal Ben-Shahar, la felicidad se puede enseñar y mucho más fácilmente de lo que muchos creen.

Por ejemplo las clases de Mindfullness o conciencia plena, guiada por una maestra en Nueva Delhi me ayuda a entender la importancia de esas prácticas. Si yo hubiera tenido ese guía en la escuela, me habían beneficiado enormemente. Por qué no empezar cuando menos enseñando ejercicios de concentración y respiración en las escuelas?. Y tal como lo señaló Vibeke Jerriy Koushshade, la decana del departamento de Psicología de la Universidad de Copenhague,     es ridículo que en nuestras escuelas occidentales tengan clases de educación física pero no tengan clases de educación mental, a dormir 8 horas, pedir ayuda cuando están deprimidos, cultivar amistades y aprender que la vida tiene altas y bajas. Las clases de felicidad son hoy en día más importantes que nunca.

Se podrían dar relatos ejemplares sobre personas famosas como la de los 32 penales que falló Lionel Messi antes de ganar la copa del mundo o la de los 9,000 tiros a la canasta errados por el basquetbolista Michelle Jordan durante su trayectoria profesional, o la de 163 intentos fallidos de levantar el vuelo de los hermanos pioneros de la aviación Orville y Wilbur Wrigh.     Cuántas horas de amargura nos habríamos ahorrado muchos adultos, si nos hubieran enseñado desde niños a no dramatizar el fracaso?

También se resalta el trabajo en equipo en donde los maestros pueden contar la historia de Tomás Alva Edison con más de 1,000 patentes en donde se resalta que fué resultado de la perseverancia, de la prueba y el error y del trabajo en equipo como en el deporte.     Cuando la mente se acostumbra a pensar positivamente uno aprende a ver el vaso medio lleno en vez de medio vacío.  Cuando los niños se conviertan en adultos serán mucho más que generadores de ingresos: serán padres, parejas, vecinos y ciudadanos. El sistema escolar debería capacitarlos para todas esas cosas. Sobre todo para hacerle frente a la depresión juvenil que recorre al mundo que ven que cada vez más trabajos rutinarios serán automatizados.     Los docentes de carne y hueso se tendrán que reinventar y convertirse en motivadores personales, consejeros académicos, guías espirituales y asesores de salud mental. Cuánto más rápido se adapten las escuelas a este nuevo universo educativo mejor para los niños y por el bienestar del mundo.

        Quinta Receta: Medir la felicidad    

    La medición de la felicidad es un factor fundamental que nos permite mayor satisfacción de vida.  Hasta ahora los gobiernos y las organizaciones internacionales se han dedicado a medir el crecimiento económico algo que obviamente se debe seguir haciendo y que debe ser prioritario.     Sin embargo, con el aumento de la desesperanza, las enfermedades mentales y la depresión juvenil en el mundo es urgente también medir la infelicidad y actuar en consecuencia.

Con el aumento de la inflación la gente vive angustiada por no poder pagar el alquiler de su vivienda o la cuenta de su automóvil. Los estimados más recientes de la Organización Mundial de la Salud muestran que más de 9,700 millones de personas en el mundo sufrían de trastornos mentales ya antes de la pandemia y ésta la aumentó 28% desde entonces.

Una de las máximas en el manejo de las empresas, es que no se puede administrar “lo que no se mide”. Lo mismo ocurre con los países. Si queremos empezar a tener países más felices tenemos que empezar a medir la satisfacción de vida y obtener la mayor cantidad de datos posible para poder focalizar las políticas públicas en los lugares que más las necesitan. En estas preguntas se le piden a los encuestados, en sus censos anuales las cuatro preguntas que adoptó hace ya más de una década la OCDE, le piden responder a los encuestados de 1 a 10 qué tan satisfechos están con sus vidas actualmente? qué tan felices se sintieron ayer y qué tan ansiosos se sintieron ayer y hasta qué punto sienten que lo que hacen en su vida cotidiana vale la pena.

    En Reino Unido las encuestas permiten detectar zonas con altos niveles de infelicidad que no aparecen en las estadísticas económicas como: vecindarios con mucha depresión juvenil, de soledad de los ancianos. Así permiten concentrar los gastos en lugares específicos en vez de derrochar en programa nacionales.  Desde que Reino Unido empezó a incluir en su censo las preguntas sobre felicidad en 2011 estas mediciones se han convertido en un diagnóstico imprecindible para los sucesivos gobiernos británicos. Recientemente alentados por el problema de la depresión juvenil, la ciudad de Manchester y la Universidad de Manchester lanzaron la plataforma BeWell enfocada específicamente en los jóvenes. Que lleva una encuesta masiva sobre la felicidad entre los 40,000 adolescentes de la ciudad con preguntas sugeridas por 150 jóvenes para que se respondan anónimamente sobre los problemas que más los agobian con el propósito de descubrir quiénes entre los jóvenes son los más deprimidos para hacer intervenciones específicas.

El estudio encontró que las niñas adolecentes con estudios son menos felices que los varones, en muchos casos debido a su aspecto físico. Así pueden saber en qué las ayudan y porqué tienen baja autoestima. Así los funcionarios públicos pueden saber exactamente a qué vecindarios de cada ciudad enviar asistentes sociales o donde organizar campeonatos de fútbol, cursos de ajedrez o clases grat

uitas de cocina.

Nueva Zelanda, Australia, Canadá, Dinamarca, Israel y varios otros países también ya miden la satisfacción de vida. En Canadá encontraron que en la ciudad de Vancouver el tráfico era una causa de malestar social ya que en un viajero tomaba 44 minutos; a los que viajaban en autobuses y trenes y 26 minutos a los que viajaban en su propio auto. Entre otras cosas ofrecieron incentivos a los empleados públicos para que viajaran en bicicleta o compartieran sus vehículos reduciendo así el tiempo de viajes a 15 minutos a los que manejan su propio auto y 26 minutos a los que viajaban en tren. Por qué no se miden los datos de felicidad en los países latinoamericanos probablemente por ignorancia, porque nuestros gobernantes tienen miedo a que la caída de la felicidad que no siempre favorece a los gobernantes durante sus mandatos parece haber una relación entre la felicidad y la manera de votar y no siempre favoreció a los gobernantes de turno, cuándo las cosas van mal, la gente suele votar por la oposición y viceversa.

Un estudio de la Unión europea desde 1973 mostró que la felicidad de la gente o infelicidad es un factor fundamental en el triunfo del partido en el poder.     La economía en conclusión es fundamental pero debe ir de la mano con la felicidad de la gente.

        Sexta Receta: Tener un propósito    

Hay países como los del norte de Europa, Bután o Israel que por diferentes motivos tienen un propósito más definido que otros.     En Finlandia, Suecia y Dinamarca hay un consenso de ser países altruistas, en Bután hay un mandato constitucional de incrementar la felicidad nacional bruta.  En Israel siempre ha habido un sentido de cohesión social y es en parte producido por las amenazas externas. Actualmente es el cuarto país más feliz según el  Reporte Mundial de la Felicidad de 2023 y es debido a que es un país pequeño de solo 9 millones de habitantes y en donde muchos se conocen y gozan de un gran apoyo de familiares y amigos y que tienen fresca en la memoria del holocausto donde fueron asesinados 6 millones de judíos. Y la defensa del país contra futuras percecuciones les dan sentido de propósito en la vida, que ayuda a explicar por qué Israel está entre los países más felices del mundo. Los países nórdicos son los que más dinero destinan en ayuda externa en relación con el tamaño de su economía lo que les da un gran sentido de propósito, aunque en cifras totales Estados Unidos es el país, por mucho, el mayor donante del mundo, Noruega destina el 1.2% de su PIB; Suecia el 0.99%; Dinamarca en O.77 . Estados Unidos solo destina el 0.2% a ese fin según la OCDE. El sentido de propósito no solo es importante para los países sino también para las empresas y las personas y aunque actualmente solo el 20% de la gente a nivel mundial se siente estimulada por su trabajo, mientras que el resto se siente indiferente o miserable. Sin embargo, aparece algo en las noticias: cada vez hay más empresas se dan cuenta de que les conviene tener empleados felices porque se ha comprobado que la gente optimista es más feliz y que la gente feliz es más productiva. Son más creativos y menos dados a sufrir agotamiento laboral y ausentarse del trabajo dice un estudio de la     Universidad de California en Riverside cuyos estudios muestran que la felicidad suele conducir al éxito y no al revés.

La receta más usuales para aumentar la felicidad en las empresas además de mejorar los salarios incluye: permitir horarios flexibles, ofrecer oportunidades de estudio o entrenamiento profesional y promover una cultura de optimismo mediante premios de todo tipo a los trabajadores. Actualmente la pandemia ha cambiado el mundo del trabajo de manera permanente en Estados Unidos; el trabajo part-time en el país de manera voluntaria llegó al récord de 21.1 millones de personas en 2023 hacia el principio de la pandemia sobre el 50% lo hacía de manera voluntaria, ahora el porcentaje es de 85%. También la tendencia al trabajo de solo 4 días a la semana sin reducciones de sueldo en Bélgica, Emiratos Arabes Unidos y Lituania y otros 15 países que están haciendolo en forma experimental. En Holanda, Dinamarca y Alemania ya se trabaja un promedio de 34 horas a la semana en 2023 y la tendencia parece clara: cuanto más empoderan a los trabajadores más motivados y compenetrados van a estar con su trabajo.

Tal Ben-Shahar el gurú de la psicología positiva de Harvard dice que hay tres formas de ver el trabajo: la primera verlo como una forma de ganarse la vida, la segunda como parte de una carrera en donde se puede progresar más adelante dentro o fuera de la empresa y una tercera verlo como una vocación algo que se hace con sentido de propósito para ayudar a otros a sentirse bien. Hagamos lo que hagamos podemos encontrar un sentido de propósito en lo que hacemos.

Hay una receta tan vieja como la humanidad y es fomentar la risa en el trabajo y tiene muchos beneficios: es una gran herramienta contra el trabajo laboral, la risa reduce la ansiedad, mejora la salud y produce más felicidad además de que aumentan las aspiración de oxígeno, estimula el corazón, los pulmones y los músculos y produce endorfinas que dispara el cerebro y le hacen bien al cuerpo, también reduce el agotamiento hace que se produzcan y fortalecen el sistema inmunológico.     Según el Harvard Business Review: la risa disminuye el estrés y el aburrimiento, aumenta el compromiso con el trabajo y el bienestar y genera no solo creatividad sino también precisión analítica y productividad.

Los países nórdicos tienen un gran secreto para reducir el descontento laboral: un gran porcentaje del personal hace trabajo voluntario o donan dinero a causas benéficas lo que les permite estar más satisfechas con sus vidas.     Donar el tiempo de uno es una de las formas más efectivas de adquirir un propósito de vida y este último es uno de los pilares claves de la felicidad.  Lamentablemente en Latinoamérica no existe una cultura extendida de trabajo voluntario, mientras que el 51% en Kenia y Liberia 35% en Nueva Zelanda; 33% en Estados Unidos; en América Latina los números son mucho más bajos como 18% en Argentina; 16% en México; y 14% en Chile.

El voluntariado no solo produce satisfacción entre quienes lo dan y quienes lo reciben sino que también es una fórmula de crecimiento personal porque,     se traduce en forma de crecimiento laboral, adquisición de experiencia profesional y una forma de relacionarse con posibles empleadores para los jóvenes.

Una de las recetas más sencillas es adoptar todos los gobiernos portales de internet “oportunidades de voluntariado” como el de Reino Unido. Allí cualquier persona puede encontrar un trabajo voluntario a su medida y cerca de su casa. Los interesados ponen el código postal de sus casas, un documento de identidad, experiencia laboral y estudios y te encontrará el trabajo ideal para ti. Gracias ese sistema ya han colocado a 10 millones de personas con trabajos voluntarios en pocos segundos. Si se incrementara esta receta en Latino América se aumentaría la cantidad de voluntarios y millones de personas tendrían un sentido de mayor propósito y esto aumentaría su satisfacción en la vida.

Gracias a nuevas técnicas de evaluación de impacto basadas en evidencias cada vez más gente está donando su tiempo y dinero a entidades benéficas porque pueden constatar los resultados concretos.     El voluntariado es y será cada vez más importante como una actividad clave para aumentar la satisfacción de vida y es hora de que nuestros países tomen conciencia de ello.

        Séptima receta: aumentar las actividades comunitarias    

Los escandinavos tienen una vida comunitaria mucho más intensa que los españoles, italianos o latinoamericanos.     Socializan menos con sus familias pero más con grupos comunitarios con los que comparten afinidades. Eso les permite tener altos niveles de satisfacción de vida a pesar del frío que viven o de la falta de sol durante muchos meses  y de no convivir con sus familiares tan regularmente cómo por ejemplo los latinoamericanos.     En Dinamarca la mayoría de las personas tiene actividades sociales casi todos los días.  Cada adulto danés pertenece por lo menos a tres grupos sociales o deportivos según el artículo del  Monday Morgan. El estado financia esos clubes sociales y deportivos para que puedan pagar sus gastos de limpieza y administrativos porque esos grupos unen a la gente y le dan sentido de identidad que aumenta la felicidad según el centro de estudios de deportes, salud y sociedad civil de la Universidad del Sur de Dinamarca.

    Otra receta para impulsar a la gente a participar en actividades comunitarias es el uso de recetadores sociales como los del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido.  Los médicos británicos derivan a sus pacientes que sufren de Soledad o depresión a unos 35,000 recetadores sociales que los conectan con unas 10,000 organizaciones comunitarias que vinculan a los pacientes con clubes sociales y deportivos y se aseguran de que sean bien recibidos para que sigan concurriendo. Qué buena idea para reducir el uso de antidepresivos y disminuir el gasto público en hospitalizaciones y tratamientos clínicos y ayudar a la gente a ser más feliz. El Cirujano General de Estados Unidos Vivek Murthy también incluye en su reciente informe  Nuestra Epidemia de Soledad y Aislamiento varias recomendaciones que podríamos hacer cada uno de nosotros como individuos por aumentar nuestra conexión social. Algunas de las recetas prácticas son las siguientes:

•     Invierte tiempo en alimentar tus relaciones personales a través de interacciones diarias consistentes entre fuentes de alta calidad,  tómate un tiempo todos los días para conectar con un amigo o un familiar por lo menos 15 minutos diarios o llamar o escribir a un amigo o familiar.

•     Minimiza las distracciones para poder aumentar la calidad de tiempo que pasas con otros  por ejemplo: no consultes el celular durante “conversaciones importantes o tiempo con tu familia”. Prestar toda tu atención al interactuar con otra persona, estar plenamente presente puede hacer que 5 minutos parezcan 50 afirma.

•     Busca oportunidades de ayudar a otros, ya sea asistiendo a sus familias, compañeros de trabajo, amigos o extraños o participando en grupo y servicios comunitarios.  Ayudar a otros nos reafirma a nosotros mismos que tenemos algo que aportar al mundo.

•     Participa en actividades sociales y comunitarias como los grupos de ejercicios cívicos, religiosos, de hobbies, profesionales y servicios de voluntarios que fomenten un sentido de pertenencia, significado y propósito.

•     Se positivo, solidario y practica la gratitud.  A medida que pongamos en práctica estos comportamientos, otros van a tender a actuar recíprocamente lo que fortalecerá nuestras conexiones sociales, aumentarán la satisfacción que nos dan nuestras relaciones y nos ayudará a constituir capital social.

        Octava receta: Más espacios verdes    

En un estudio con 65,000 usuarios de la aplicación Mappiness reveló que     la gente alcanza sus mayores niveles de felicidad cuando está en espacios verdes y en paseos en la naturaleza ya que estimulan nuestra mente y nos hacen más felices, otro estudio de Neurocience News en 2023 concluyó que la gente que hace excursiones a 24 km o más de distancia de su casa es más feliz y goza de mejor salud.  Cuando las ciudades crean más parques, vías para bicicletas o sendas para caminatas para facilitarle a la gente tener experiencias, aumenta la felicidad de la población. Para aumentar tu felicidad concibe tu fin de semana como si fuera una vacación, dice un reciente titular del Washington Post. El artículo señala que el tiempo libre es importante para reponer energías y recalibrar nuestras vidas y no estamos sacándole ese provecho a los fines de semana. La gente que se mentaliza a estar de vacaciones los fines de semana vuelve mucho más feliz al trabajo los lunes según, un estudio de la escuela de administración de la UCLA.

    Una de las primeras cosas que nos dice la Biblia en el libro del Génesis es que Dios reposó en el séptimo día después de su creación.  En el libro del éxodo dice «seis días trabajarás, pero el séptimo día dejarás de trabajar para que descansen tu buey, tu asno y para que el hijo de tu sierva, así como el extranjero renuevan sus fuerzas. Quizás sea el consejo más sabio del mundo pero cuántos de nosotros lo seguimos hoy en día?.

    Las ventajas del aire libre y aún más los deportes, han sido señalados como “ocio activo” hacen que nuestro cerebro genere endorfinas que son neurotransmisores que producen un efecto placentero en el cuerpo y nos levantan el ánimo, hacen circular la sangre en el cerebro, nos hace sentir más vivos y aumentar la autoestima cuando logramos las metas  de caminar cierto número de pasos o ganando un partido de fútbol.

Por el contrario el “ocio pasivo” cómo sentarse a ver la televisión o leer las redes sociales durante muchas horas puede resultar placentero durante la primera hora pero tiene un efecto neutro o negativo después de eso.

Si las ciudades latinoamericanas que son junglas de asfalto como la Ciudad de México se pusieron como meta hacer que los edificios existentes y los nuevos tengan un jardín vertical como en Nueva York o París, usando las nuevas tecnologías de aprovechamiento de agua y más tarde que todas nuestras ciudades estén cubiertas de vegetación? Seguro nos sentiríamos mucho mejor.

        Novena receta: Estar menos obsesionados con el status    

Hay una cosa interesante que tienen en común Dinamarca, Finlandia y otras naciones escandinavas, en los primeros puestos del  Reporte Mundial de la Felicidad, con Costa Rica el país que suele salir como el más feliz de América Latina.     En todos ellos hay una menor obsesión colectiva por el estatus social, no existe el grado de ostentación de marcas de automóviles, relojes y carteras de lujo que hay en muchos otros países quizás porque tienen resueltas muchas cosas los escandinavos; valoran más la riqueza de experiencias que la riqueza de cosas  y que son más duraderas que la compra de un auto nuevo. La carrera por el estatus se da cuando una sociedad se despersonaliza y la gente recurre a signos de estatus para mostrar quién es. Es “una carrera de ratas”. Cómo reducir la obsesión por el estatus social que produce tanto estrés en la gente? Quizá no se puedan prohibir esas conductas pero se pueden ridiculizar y eso ayudaría a quitarle un enorme presión de encima a muchísima gente.

        Decima Receta: Mirar hacia Adelante    

    El principio fundamental de la psicología positiva es mirar el vaso medio lleno tanto a nivel personal como escala nacional.  Enfrentar los desafíos con una actitud positiva nos da más energía y nos hace más creativos y productivos. El pesimismo nos desanima, nos paraliza y nos hunde cada vez más en nuestros infortunios.

    Podemos entrenar a nuestra mente y nuestro pensamiento colectivo para pensar positivamente y diferenciar los problemas permanentes de los temporales y enfrentar la vida con optimismo.  Podemos entrenar a nuestro cerebro para ser más positivos y poder ver más posibilidades en otros lados en forma persistente y productiva. El pensamiento positivo aumenta la capacidad mental y física.     En la sociedad estamos demasiado concentrados en tratar de disminuir el malestar y demasiado poco concentrados en aumentar el bienestar.  Cuando se presenta un fracaso hay que entenderlo qué es algo temporal, aprender de los errores, pasar la página y encarar el próximo desafío con optimismo, en todas las áreas de la vida.     El pensamiento positivo es bueno para la salud, la gente optimista vive entre 6 y 10 años más que la pesimista.  Podemos fortalecer nuestro optimismo haciendo ejercicios diarios de gratitud internos y externos haciendo una lista de cosas buenas que nos haya pasado durante el día todas las noches para recordarlos y eclipsar los pensamientos negativos.

Se pueden trasladar esas fórmulas de pensamiento positivo a los países desesperanzados? Hay varias formas de hacerlo: la primera por supuesto es impartirles clases de felicidad a los niños en las escuelas para enseñarles hacer más resistentes a los fracasos, instalar en su pensamiento colectivo de que la mayoría de los obstáculos son superables. Como dice Martín Seligman padre de la psicología positiva, la idea de que los problemas son permanentes nos tumba el ánimo y nos lleva a abandonar si ni siquiera intentar las cosas.     Contrariamente si pensamos que la situación es temporal y cambiable entonces nos sentimos con energía y buscamos el modo de hacer las cosas para ello ayuda mucho la cultura de la innovación y el emprendimiento.  En América Latina quizá la mayor asignatura pendiente para aumentar la innovación y el crecimiento     es una cultura familiar de obsesión por la educación de calidad, es el mayor trampolín para la prosperidad individual y colectiva según una encuesta en 18 países latinoamericanos solo 2% de los mexicanos y ecuatorianos reconocen que la educación es un problema mayúsculo de su país, en Argentina el porcentajes de de 3% y el promedio regionales de 4%.  Eso se refleja en los resultados de las pruebas estandarizadas como el test PISA en donde los jóvenes de China y Singapur suelen salir en los primeros lugares. Hay que aceptar y entender con humildad que estamos bien mal en forma constructiva y queremos y podemos superarnos. Finalmente la felicidad de los países es una meta demasiado importante como para ser dejado en manos de los gobiernos. Aunque las autoridades tienen la última palabra en la asignación de recursos para entrenar maestros que puedan dar clases de felicidad en las escuelas, visitadores sociales en los hospitales o expandir los espacios verdes en las ciudades, ___los gobernantes difícilmente van a tomar esas medidas a menos que sientan una fuerte presión de la sociedad para hacerlo. Es necesario una labor conjunta de los medios, la asociaciones profesionales, las universidades y otros grupos civiles para colocar la felicidad junto con el crecimiento económico en el centro de la agenda política de nuestros países, pensando en el futuro con optimismo realista. Hay que recordar que no hay países biológicamente condenados al fracaso, hay que analizar el pay de problemas y resolverlos uno a uno. Singapur y Corea del Sur eran no hace muchas décadas más corruptos y pobres que de los América Latina.     Los países como las personas pueden superarse. Está en nosotros superar la ola de desesperanza que recorre el mundo y empezar a pensar positivamente y poner en práctica estas 10 recetas que acabo de enumerar a pesar del deprimente cuadro político en muchos de nuestros países,  hay grandes oportunidades como la ventana que se está abriendo para el potencial de grandes inversiones hacia América Latina con las decisiones de grandes compañías multinacionales estadounidenses y europeas de mudar sus fábricas de China a otros puntos del mundo.     Hay que convertir los desafíos en oportunidades. La nueva ciencia de la felicidad o del bienestar está produciendo soluciones prácticas a problemas que antes se consideraban insuperables. Debemos acoplar el crecimiento económico con la búsqueda de la felicidad aprendiendo de los aciertos y los errores de los países que están a la vanguardia en este nuevo movimiento    Solo con más crecimiento y medidas concretas que aumenten la felicidad podremos salir del pozo!.

FIN.


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