El Futuro

        El Futuro    

Tiempo de Lectura: 17 minutos.

        El propósito de ese capítulo es compartir mis pensamientos sobre cómo abordar en el futuro del cambiante orden mundial. Si bien sobre el mañana es mucho más de lo que se, al menos considero que sí he podido identificar algunos acontecimientos que tarde o temprano se van a desencadenar. Lidiar con el futuro implica 1) percibir lo que está sucediendo y saber aguantarse incluso si no se pueden anticipar de todos los desarrollos, 2) plantear con qué probabilidades pueden suceder unos y otros escenarios y, 3) saber todo lo posible sobre lo que podría suceder en cada caso para desarrollar una protección eficaz que si bien es difícil que sea perfecta, funcione incluso en circunstancias muy adversas. Si echo la vista atrás es 1) para determinar lo que es más probable que suceda y 2) para protegerme a mí mismo y a quienes confían en mí ante posibles equivocaciones u omisiones, si bien podríamos discutir mucho sobre esos patrones o relaciones de causa/efecto que recojo en este libro, imagino que si lees un libro como éste es, por encima de todo, es con fines prácticos.    

A la hora de forjar El juego de la vida, vale la pena esforzarse al máximo para comprender cómo funciona el mundo, imaginando toda la amplia gama de posibilidades incluidos los riesgos y recompensas que puedan surgir, entendiendo mejor cómo hacer nuestras apuestas.

Si bien a continuación voy a recoger mi pensamiento sobre estas cuestiones, recuerda que todo lo que digo es discutible. El propósito de este proyecto es el de mejorar mis probabilidades de tener razón. Por tanto es un documento vivo, un trabajo que siempre está en desarrollo al que espero que te quieras sumar. Por ese motivo para seguir refinando todo lo que planteo en este volumen actualizo constantemente mis documentos de acompañamiento disponibles en Internet en <economícprinciples.org>

        Mi Enfoque    

Para repasar con rapidez, recuerda que mi enfoque se basa en ideas y nociones determinadas sobre a) la evolución, que provoca cambios en el tiempo, por lo general a mejor, como vemos por ejemplo con el aumento sostenido de la productividad, b) los ciclos que provocan altibajos rítmicos en la economía, como burbujas o quiebras provocadas por excesos de deuda, pero también baches en el camino que son altibajos no rítmicos, por ejemplo los fenómenos o desastres naturales y c) indicadores que pueden ayudarnos a ver en qué punto estamos en el ciclo y que podría venir después. A continuación resumiré brevemente mis pensamientos sobre esas cuestiones.

        Evolución    

Hay muchas cuestiones importantes que evolucionan de forma identificable con facilidad, lo que permite extrapolar a futuro, de modo que no es difícil tener una idea más o menos clara de lo que es probable que suceda en el futuro, siempre que no ocurran cosas que no han sucedido los 500 años anteriores. Los siguientes párrafos se refieren a la evolución de la población, la esperanza de vida y la prosperidad. Comencemos hablando de la evolución de la población mundial. Los dos textos recogidos a continuación arrancan en 1500 el primero y en 1900 el segundo. Quiero que veas ambos para que entiendas lo diferente que sería la perspectiva de alguien que mira atrás en 1900 en relación con alguien que hace en ese mismo ejercicio en 2020. Es llamativo cuán espectacular fue el aumento de la población a lo largo del siglo XX. De hecho, los principales acontecimientos históricos mencionados en este libro, como la gran depresión, las dos guerras mundiales y todo tipo de catástrofes naturales, no tuvieron un efecto visible en la tendencia evolutiva más amplia, que arrojó un aumento sostenido de la población.

La población global en millones creció entre 1500 y 2000 de 300 millones a 8000 millones de habitantes mientras mientras que el mayor crecimiento de la población se llevó a cabo después de la segunda Guerra mundial con el baby boom en donde creció del 5% hasta el 20% en tan solo 40 años.

A continuación recojo el comportamiento de la esperanza de vida a lo largo de la historia. Hay muchas más fluctuaciones en estos datos que en los anteriores porque las esperanza de vida promedio cambia en forma más abrupta cuando ocurren grandes eventos, como las guerras y las pandemias. Fíjate cómo la esperanza de vida se mantuvo aproximadamente constante en torno a los 25 a 30 años durante tres siglos y medio y a continuación se aceleró a partir del siglo XX de la mano de grandes mejoras en la tasa de mortalidad infantil y al calor de varios avances médicos como el desarrollo de los antibióticos y la higiene en las operaciones quirúrgicas. Tomemos ahora como referencia a la prosperidad económica, mediremos su evolución tomando como referencia el PIB real es decir ajustado según la inflación y ajustándolo en términos por habitante. De nuevo vemos que el valor real de lo que producía de media cada persona fue creciendo lentamente en el siglo XIX y a continuación empezó a acelerarse. Más allá de ciertos altibajos esta tendencia evolutiva fue claramente dominante. Es importante destacar que debido al alcance limitado de las bases de datos que cubren series largas de tiempo los datos que se recogen en estas páginas están basados en un número de países más pequeño. La esperanza de vida antes del siglo XIX, por ejemplo se mide únicamente a partir de las cifras del Reino Unido. Igualmente el Producto Interno Bruto (PIB) Real Mundial es principalmente la combinación de distintos países europeos antes de 1870. Dicha serie de datos no se amplía a otras latitudes hasta aproximadamente 1900, de modo que el análisis resulta mucho más preciso a partir de esa fecha.

Desde 1900 hasta 1945 no hubo apenas mejora alguna de la que podamos hablar, puesto que esa fase marca la transición del ciclo tardío del boom experimentado durante el siglo XIX a un Nuevo Orden Mundial estadounidense que termina consolidándose en 1945. La paz y la prosperidad que resultaron de dicho arreglo generaron una tendencia alcista fuerte y bastante estable, que ronda el 4% anual, a pesar de que los movimientos y fluctuaciones han sido en algunos casos violentos y dolorosos, la riqueza real per cápita en dólares reales de 2017 básicamente estuvo estancada desde 1900 hasta 1940 en una fase plana, cuando después de la segunda Guerra mundial empezó a incrementarse y hasta llegar el pico del poderío estadounidense. Siguieron el Gran salto adelante en China, las reformas de Deng Xiaoping, la revolución digital, la burbuja de las Punto com, la crisis financiera del 2008 y la Covid-19 y finalmente alcanza los $80,000 en promedio anuales por persona en Estados Unidos.

Si miramos hacia atrás y pensamos cómo llegamos al mundo que tenemos hoy, podemos ver que estos avances evolutivos no se dieron de forma aislada, sino que se enmarcan en ciertos acontecimientos y también en las acciones concretas de ciertas personas que moldearon tales mejoras. Al mismo tiempo sabemos que no podríamos haber hecho una predicción satisfactoria de cualquiera de estos desarrollos (guerras, sequías, pandemias, innovaciones, periodos de auge y declive, etcétera). Pero incluso sin saber que iba a ocurrir en concreto, sí podríamos haber confiado en que se darían avances que permitirían que cada vez más personas vivan más años y experimentando estándares de vida cada vez mejores. De igual modo cuando miremos al futuro tenemos razones de sobra para pensar que esto seguirá ocurriendo, a raíz de la capacidad de inventiva que ha demostrado la humanidad. Pero aunque lleguemos a asumir la idea de que habrá una evolución progresiva también sabemos que a lo largo del camino. El pasado y el futuro albergan periodos de Boom y de crisis, tiempos de abundancia y épocas de hambre, mejoras de la salud y nuevas enfermedades, etcétera.

Pasándonos solo en lo que sucedió en los últimos 100 años, podíamos concluir que se pueden hacer estimaciones bastante buenas simplemente extrapolando lo sucedido en el pasado y proyectándolo al presente y al futuro. Por ejemplo extrapolando los últimos 100 años sería razonable esperar que los próximos 10 años la población mundial sea entre un 10 y un 15% más grande que hoy, como también cabe plantear que la producción por persona será aproximadamente un 20% más alta, que la riqueza por persona real será un 30% mayor o que la esperanza de vida promedio será un 7.5% más elevada. A pesar de que no podemos anticipar específicamente como sucederán las mejoras, sería razonable pensar que también en los próximos 20 años estos indicadores mejoren.

Este análisis simple, no especialmente reflexivo, pinta una imagen que es probable que no se aleje mucho de lo que acabe sucediendo (aunque siempre cabe la posibilidad de que esto llegue a ocurrir). Si analizamos las estadísticas y los indicadores de cada país podemos hacer estimaciones más precisas, pero procesar todas esas variables es muy complicado para la mente humana, de modo que es fundamental aplicar el talento humano al uso inteligente de la computación.

Para una persona que viviese en torno a los 1750 con su mejor pensamiento informado, no habría imaginado el capitalismo y la democracia como lo conocemos hoy, ni mucho menos la aparición de Estados Unidos y su consolidación como potencia mundial. Los cambios que suponen un punto de inflexión se dan cuando surge un cambio de paradigma que altera los procesos evolutivos. Por ejemplo, los cambios de paradigma que se produjeron a comienzos del siglo XIX surgieron de la confluencia de diversos factores como la invención de las de modernas herramientas financieras, la introducción de modernas máquinas y herramientas que pueden hacer el trabajo de muchas personas, el desarrollo de sociedades más inclusivas que ampliaron la innovación y la productividad, el aumento de la publicación de libros y bibliotecas como vehículo capaz de compartir conocimiento de manera más amplia y la aplicación del método científico. Si bien estas cosas no se podrían anticipar. Lo que sí es cierto es que es una vez que se empiezan a desencadenar, podemos percibirlas, entenderlas y adaptarnos a ellas. Por eso aunque hacer extrapolaciones a futuro a partir de la que ocurrió en el pasado es algo razonable, también hay que estar preparado para las sorpresas que pueden surgir, porque el futuro será muy diferente de lo que esperamos que sea. A lo largo de mis aproximadamente 50 años en el mundo de la inversión, he visto cómo se han derrumbado muchas creencias que en su momento, estaban muy arraigadas, parecían ser sensatas y lógicas. Por ejemplo recientemente se vino abajo la idea de que los rendimientos de los bonos no pueden ser negativos.     La mayor disrupción conocida en los últimos tiempos ha sido la revolución digital. Al vivir todas esas experiencias he aprendido que es esencial identificar, comprender y adaptarse a los cambios de paradigma. De hecho por difícil que sea debemos tratar de anticiparlos trabajando con indicadores que nos ayuden a hacerlo.  Tener métricas de referencia nos ayuda a saber mejor si lo que parece un cambio de paradigma es una moda pasajera o al revés, lo cual también es importante.

Uno de los principales generales que he derivado de mi investigación y de mis más de 50 años de experiencia en el mundo de la inversión es que     en los mercados y en la vida, si uno quiere tener éxito, debe apostar por los beneficios que se derivan de a) la evolución y de las mejores de productividad, pero esta apuesta nunca debería ser lo suficientemente agresiva como para quedarnos fuera del juego cuando suceda y b) los ciclos de auge y declive.  Dicho con otras palabras apostar a que las cosas irán a mejor es una apuesta bastante segura. Sin embargo apostar por esa mejora ignorando los altibajos o los golpes que podamos llevarnos a lo largo del camino no solo es equivocado sino que puede arruinarnos. Es por eso que tener indicadores de calidad resulta de Gran utilidad.

        Indicadores de Calidad    

    Debido a que todo lo que sucede en el presente es el resultado propiciado por eventos que se han dado anteriormente, he detectado algunos indicadores coincidentes que son bastante lógicos, y aunque no son perfectos, si resultan de utilidad a la hora de esperar cambios importantes. Algunos de esos indicadores pueden analizarse en términos cuantitativos pero no todos. Como ya expliqué he detectado al menos 18 factores determinantes que explican la mayoría de las condiciones y cambios en la riqueza y el poder tanto dentro de los países, como en las dinámicas internacionales. En páginas posteriores mostraré la lectura que hago de la aplicación de factores determinantes para dos o tres de las potencias principales que he incluido en este libro, aunque abarco hasta 20 países pero de momento me gustaría limitarme a compartir algunas reflexiones sobre los cinco factores determinantes que han tenido un mayor impacto en el pasado y que en mi opinión seguirán teniendo un impacto más notable en lo que sucede durante los próximos años a saber, la innovación, el ciclo de la deuda/el dinero y el mercado de capitales, el orden y desorden interno, el orden y desorden externo y los fenómenos naturales.  Al repasar los datos es importante recordar que en algunos casos los factores determinantes suben y bajan al mismo tiempo porque se refuerzan mutuamente mientras que en otros casos las mejoras observadas en un país se obtienen a expensas del declive de otra nación. Por ejemplo inventar nuevas tecnologías eleva el nivel de vida de la humanidad en forma generalizada, pero también coloca a los países que son más hábiles en el área de la innovación en una posición marcadamente superior. De igual modo si en el mundo se dan niveles crecientes de poderío militar, el fortalecimiento de esos factores determinantes va en detrimento de la humanidad, al general más riesgo y beneficiar algunos países con relación a otros.

        La Capacidad de Innovación de la Humanidad    

Como expliqué en páginas anteriores a la hora de consolidar el poderío y las condiciones de fortaleza de un país, la innovación y la inventiva son claramente los factores determinantes más poderosos. Piensa en todas las cosas que se han inventado o descubierto en los últimos 150 años. Antes de que llegasen al mercado nadie podía haber imaginado productos como los siguientes: el teléfono (en 1876), la bombilla eléctrica (1879), el vehículo de combustión interna (1885), la radio (1895), las películas (1895), el avión (1903), la televisión (1926), los antibióticos (1928), el ordenador (1939), las armas nucleares (1945), las centrales nucleares (1951), el GPS (1973), las cámaras digitales (1975), la tramitación de compras digitales (1979), internet (1983), los buscadores (1990), la banca online (1995), las redes sociales (1997), las redes wi-fi (1998), el iPhone (2007), la edición genética CRISP (2012) y un largo etcétera. Este progreso se desarrolla de manera grande y constante y da forma al futuro, pero lo hace a través de avances específicos que no podemos concebir hasta que se materializan, así es como funciona la evolución en cuestiones técnicas y tecnológicas. La evolución observada en casi todo lo demás: en la vida, en la política nacional e internacional, etcétera, ocurre de manera similar.

Creo que la evolución de la humanidad a través de su capacidad de innovación se está acelerando y que la mayoría de la gente se beneficiará de ese proceso. Esto se debe a que los inventos más importantes que estamos viendo hoy, y los que sabemos que volverán a venir, enriquecen nuestra mente en términos cuantitativos y cualitativos. Esos inventos se darán en forma de avances en las tecnologías de computación, el desarrollo de la inteligencia artificial y de otras mejoras relacionadas con el pensamiento. Debido a que estos avances pueden aplicarse a distintos campos de la vida humana, la actividad económica y los procesos de toma de decisiones, creo que es obvio que la velocidad con la que se desenvuelve la innovación se acelerará a un ritmo aún más rápido, acelerando la productividad y el nivel de vida.

Hoy en día los seres humanos tenemos capacidades de computación que nos ayudan a pensar y a trabajar de formas para que las que no estamos capacitados si nos ceñimos solamente a nuestra mente. Por ejemplo los ordenadores tienen mucha más memoria que el cerebro humano y esas memoria es accesible con facilidad, realmente increíblemente más rápido y, no lo olvidemos, no comete errores emocionales. De igual modo, los seres humanos pueden ayudar a las máquinas de computación a superar algunas de sus limitaciones inherentes por ejemplo, su total falta de imaginación, intuición, sentido común, juicio de valor o inteligencia emocional. Esta especie de colaboración entre humanos y ordenadores ayuda a aumentar tanto la cantidad como la calidad del pensamiento, lo que permite presagiar mejoras radicales en casi todas las áreas de la vida. En no mucho tiempo, no saber leer y escribir código informático será como no saber leer y escribir palabras. Así lo creo porque lo he experimentado y puedo ver algunas de esas mejoras en el horizonte.

Dicho con otras palabras, tengo claro que tanto las capacidades de la computación como la de los seres humanos mejorarán a un ritmo cada vez más elevado. Quizás lo más importante es que esos avances además del uso generalizado de ordenadores con capacidad cuántica y de nuevos desarrollos referidos a la inteligencia artificial, nos llevarán avances inimaginables en lo tocante a nuestra capacidad de aprendizaje y mejora. A esto hay que sumarle los cambios en la riqueza y el poder que pueden derivarse de estos desarrollos. En un periodo de entre 5 y 20 años los cambios específicamente tecnológicos ocurrirán en diversos grados y contribuirán a la evolución de la riqueza y el poder a escala global de una manera como nunca antes hemos visto. Los ordenadores con capacidad de computación cuántica y con inteligencia artificial serán para los equipos que hoy tenemos en uso lo mismo que supusieron unos ordenadores de hoy, para el ábaco. De modo que se dará a la humanidad mucho más poder para ver, entender y dar forma a las cosas. Eso me hace ser muy optimista sobre el largo plazo, y me da muchas ganas de apostar por los nuevos descubrimientos que están por venir.

Incluso sin el impulso de la computación cuántica, uno espera que por razones que ya podemos ver hoy y por muchas otras más que todavía no son visibles, la esperanza de vida humana aumente significativamente a lo largo de los dos próximas décadas, creciendo entre un 20 y un 25% más. Algunos inventos ya están en nuestro horizonte y que van a contribuir a esa mejora incluyen la entrada de la inteligencia artificial y la robótica en el cuidado de la salud, el seguimiento continuo de la salud con dispositivos portátiles que generen un asesoramiento casi continuo a partir del procesamiento ininterrumpido de la información, los avances y el uso práctico de la secuenciación del genoma y la edición genética, las mejoras que permiten la introducción de la tecnología ARNn en las vacunas y en los últimos avances en campos como la nutrición y los medicamentos y si el pasado sirve de guía algo que, sin duda, tengo claro, entonces resulta evidente que muchos inventos están por venir.

La innovación del avance tecnológico y el espíritu empresarial en los países estudiados en forma más directa presenta que aparecen en la parte superior de las distintas barras muestran si la tendencia en la posición de cada país apunta al auge, al estancamiento o al declive. Este indicador se construye sobre la base de dos grandes tipos de mediciones, cuyo peso es el resultado final es equivalente 1) a la suma de diversas mediciones del grado de innovación per cápita para entender lo extendida que está la innovación en la economía y 2) a la participación absoluta del país en métricas clave de la innovación como el número de investigadores, el gasto total en investigación y desarrollo, las patentes registradas, los premios Nobel, la financiación canalizada a través de vehículos de capital de riesgo, etcétera. Como todos los indicadores que he construido se trata de un indicador aproximado, pero no perfecto de modo que tenemos que interpretar esa medición como algo indicativo de la evolución de la innovación y la tecnología en cada país en términos generales. Como puedes ver,     Estados Unidos aparece a la cabeza con cierta ventaja sobre China que ocupa el segundo lugar y que va en aumento. Estados Unidos retiene el liderazgo en lo referido al gasto en investigación, el número de investigadores con la financiación a través de vehículos de capital de riesgo pero en la medida en que la posición de Estados Unidos arroja una tendencia estable y la de China está aumentando con rapidez es importante tener claro que en un futuro, el liderazgo puede cambiar de manos. En ese sentido es importante recordar que quien gana la guerra tecnológica suele ganar también Las guerras económicas y militares.

El nivel general de conflicto sociopolítico observado en Estados Unidos es tan alto que se situó en niveles cada vez más cercanos a los que llegaron a dar en el marco del movimiento por los derechos civiles o en relación con los protestas por la guerra de Vietnam. E índice de conflictos internos que refleja principalmente las manifestaciones callejeras es moderadamente alto, mientras que el índice de conflictos políticos es el más alto desde principios de la década de 1920 cuando una profunda recesión de la posguerra y un malestar rampante en el mercado de trabajo se tradujeron en grandes pérdidas electorales para los demócratas.

Otros periodos anteriores con los que podemos comparar la situación actual son los de 1900 a 1910, con la reacción violenta entre las élites empresariales, el auge de nuevo movimiento progresista y los años previos a la primera Guerra mundial. O la década de 1860 cuando los conflictos económicos y de valores llevaron al país a la guerra civil. Por tanto aunque los riesgos son altos tenemos precedentes de sobra que podemos estudiar. Para así actuar con más inteligencia. Sin embargo el panorama no solo debería asustarnos a los ciudadanos de Estados Unidos sino también tendría que aterrar al resto del mundo, puesto que la potencia líder está coqueteando con el abismo. De hecho la fractura existente en el seno del país norteamericano contribuye a la inestabilidad en otras partes del mundo. Cuando cualquier empeoramiento de las condiciones existentes podría ser como cuando menos tan perturbador como vimos en periodos anteriores pero entonces qué significa todo esto para Estados Unidos? Creo que los indicadores disponibles sugieren que la potencia norteamericana ha recorrido aproximadamente el 70% de su Gran Ciclo como país de referencia mundial. Es posible ralentizar o revertir el estado relativo de una gran potencia como la estadounidense? La historia nos muestra que revertir el proceso de declive es muy difícil, porque muchas cosas ya se han hecho. Por ejemplo, si el gasto es mayor que los ingresos o la deuda es mayor que los activos, esas circunstancias solo pueden revertirse trabajando mucho más duro o consumiendo mucho menos. La pregunta si los estadounidenses podemos enfrentar nuestros desafíos con honestidad, adaptarnos y cambiar el enfoque para lidiar con las circunstancias. Por ejemplo sabemos que el sistema capitalista de generación de ganancias asigna recursos de manera relativamente eficiente, pero los estadounidenses deben preguntarse para quién se optimizan estas eficiencias, qué se debe hacer si los beneficios no se comparten ampliamente. Cómo se puede modificar el capitalismo para aumentar la productividad o mejorar el reparto de los beneficios generados por esa mejora en el tamaño del pastel? etcétera. Es muy importante encontrar las respuestas a esas preguntas porque en la era actual, con las nuevas tecnologías, la contratación de la mano de obra al uso será cada vez menos rentable. Debemos invertir pues en formar de nuevo a los trabajadores para que puedan quedar fuera incluso aunque no sea tan rentable asumir esos desembolsos. Qué ocurriría si nosotros apostáramos por las personas pero nuestros competidores eligen a los robots? Pero solo son algunas de esas importantes y difíciles preguntas que me vienen a la mente. Y es que aunque no podamos saber con certeza si las divisiones y los conflictos internos van a ir a más o van a perder intensidad, si sabemos que el impulso a largo plazo apunta a un aumento de las divisiones sociales lo que supone un riesgo muy grave.     El hecho de que Estados Unidos esté profundamente endeudado, su posición de dominio internacional se está debilitando y su conflictividad interna está aumentando debe preocupar tanto a los estadounidenses como a los no estadounidenses que dependen de lo que sucede en el país norteamericano. Al mismo tiempo a lo largo de sus 245 año de historia Estados Unidos ha demostrado en la gran capacidad para doblarse sin llegar a romperse. Los mayores desafíos que enfrenta son internos entonces, podría estar fuerte y unido? O continuará despeñándose en el camino de la división, con las luchas internas que conducen al declive?


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.