Las Lecciones del Caso Chino


        Las Lecciones del Caso Chino    

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Hasta principios del siglo XX, en China las principales filosofías fueron la confuciana, la taoísta y la legalista, mientras que las del siglo XX el marxismo y el capitalismo han entrado en la mezcla. Los emperadores suelen elegir sus propias preferencias filosóficas las ponen en práctica, aprenden de los resultados y se adaptan. Si la mezcla funciona (la dinastía sobrevive y prospera obtiene lo que en su lenguaje se conoce como el “mandato del cielo”). Si no es así la dinastía fracasa y se ve reemplazada por otra. Este proceso se da desde los albores de la historia y continuará mientras haya personas obligadas a decidir cómo se hacen las cosas a nivel colectivo.

Si bien es imposible explicar esta filosofía en un puñado de páginas, a continuación presento mi mejor intento de simplificación:

•     El confucianismo busca lograr la armonía asegurando que las personas conocen sus roles en la jerarquía y sugiriendo cómo puede desempeñar bien esos roles,  de modo que comienza dentro de la familia (el marido y la mujer, el padre y el hijo, el hermano mayor y el hermano menor, etcétera) y se extiende hasta el gobernante y los súbditos. Cada persona respeta y obedece a aquellos que están por encima de ellos, que a cambio deben ser benevolentes, pero tienen que mantener estrictas normas de comportamiento y se espera que todas las personas se conduzcan de forma amable, honesta y justa. El confucianismo valora la armonía, el alcance de una educación de base amplia y la meritocracia.

•     El legalismo aboga por la conquista rápida y por la unificación de “todo lo que hay debajo del cielo” por parte de un líder de tipo autocrático.  Sostiene que el mundo es una jungla en la que se puede matar o morir de manera que se requiere una estricta obediencia al gobierno del emperador que a cambio no ofrece mucha benevolencia. Podría decirse que el pensamiento occidental equivalente del legalismo es el fascismo.

•     El taoísmo enseña que es de suma importancia vivir en armonía con las leyes de la naturaleza.  De esta filosofía se deriva la creencia en que la naturaleza está compuesta de opuestos -el yin y el yang- y que la armonía se logra cuando los opuestos están bien equilibrados.

    Todos estos sistemas de pensamiento son jerárquicos y no igualitarios.  Wang Qishan, el vicepresidente chino (un notable historiador e investigador de diferentes culturas, le dijo a Ray Dalio en una ocasión que la diferencia fundamental entre los estadounidenses y los chinos es que los estadounidenses ponen al individuo por encima de todo lo demás, mientras que los chinos priorizan la familia y el colectivo.     Estados Unidos se gestiona de a abajo a arriba (lo vemos por ejemplo con la democracia y optimiza sus sistemas pensando en el individuo mientras que China se gestiona de arriba a abajo y articula todo su modelo en torno a lo colectivo.  Según Qishan, la palabra China que alude a nuestro concepto de “país”, abarca dos caracteres, uno referido a el “Estado” y otro para “patria”, de modo que los líderes chinos buscan administrar su sistema político de la manera que creen más oportuna como padres de familia y que además están por encima de ellos, como resultado, los chinos son más humildes, respetuosos y actúan con más apego por las reglas mientras que los estadounidenses son más arrogantes, igualitarios y reacios a aceptar las reglas sin más. He comprobado continúa Ray Dalio que mientras los chinos están más interesados en hacer preguntas y aprender, los estadounidenses están más preocupados por decir lo que piensan.

A diferencia de otros grandes imperios que han conquistado y ocupado otros países y China no ha tendido a ocupar territorios distantes.     China es, básicamente, una llanura gigante, rodeada por grandes fronteras naturales (montañas y mares), con la mayor parte de su población esparcida por la llanura. La mayor parte de la historia China se ha dado dentro de sus fronteras y la mayoría de sus guerras históricas se libraron por controlar ese territorio , aunque a veces (con disputas que obedecieron a la lucha contra invasores extranjeros

La filosofía militar tradicional de China mantiene que la forma ideal de ganar una guerra no es peleando de manera frontal sino desarrollando en silencio el poder propio hasta el punto de que su mera exhibición acabe haciendo que el oponente capitule. También requiere del uso extensivo de la psicología para influir en el comportamiento de los oponentes.    Sin embargo, lo cierto es que en la práctica, dentro de China ha habido numerosas guerras dinásticas violentas, en cambio las pocas guerras que se libraron fuera de China tenían como objetivo establecer el poder relativo de China y abrir el comercio.

Los académicos creen que China se rehusó a expandir su imperio porque su masa de tierra ya era muy grande y difícil de controlar de por sí. También se había hablado mucho de cómo el liderazgo Chino habría preferido mantener una mayor pureza cultural a través del aislamiento. Tradicionalmente es cierto que los chinos han preferido entablar relaciones con territorios cercanos a sus fronteras siguiendo las enseñanzas de la filosofías mencionadas anteriormente (es decir, interactuando con países que conocen mejor sus intereses y que actúan en consecuencia). Si China era más poderosa, como solía ocurrir, estos territorios pagaban un tributo en forma de obsequios y favores y normalmente recibían a cambio un compromiso o garantía de paz, mientras que el reconocimiento de la legitimidad política de sus autoridades e incluso ofrecian ciertas oportunidades comerciales. Por lo general, esos países subordinados mantenían sus costumbres y no experimentaban interferencias en la forma en que se administraban sus respectivos sistemas.

En su excelente libro de Chinese World Order: Traditional China’s Relations, el historiador John Fairbank describió las relaciones de China con los demás países de la siguiente manera: la jerarquía graduada y concéntrica de las relaciones exteriores de China incluía otros pueblos y países que podríamos agrupar en tres áreas principales. La primera es la Zona Sínica con los países más cercanos y culturalmente similar, caso de Corea y Vietnam, parte de los cuales han formado parte del imperio Chino en algún momento, además de las Islas Liuch’iu (Ryuku) y en breves periodos, Japón. El segundo lugar está la zona del interior de Asia que consta de tribus y de pueblos nómadas y seminómadas del interior del continente que no solo eran étnicas, sino culturalmente diferentes a los chinos y además se encontraban fuera o en los márgenes del área de influencia cultural de China. En tercer lugar la zona exterior básicamente compuesta por los “bárbaros exteriores” (wai-i) que estan radicados a mayor distancia por tierra o mar, donde con el tiempo se puede incluir a Japón y entran otros territorios del sudeste y el sur de Asia además de Europa. Estas demarcaciones generaban tributos cuando comerciaban con Asia.

        Historia Monetaria y Económica de China    

En cuanto al dinero, el crédito y la economía la historia de China es sin duda muy larga y complicada. A lo largo del tiempo, el gigante asiático ha atravesado toda la gama de sistemas y ciclos monetarios/crediticios/económicos que he descrito anteriormente cuando me referí al Gran Ciclo del Dinero y el Crédito. La moneda que más usaron los chinos fue el metal principalmente monedas de cobre y también algunas de plata, de circulación nacional, un sistema que continuó en pie mucho después de que China inventara el papel moneda, en el siglo IX, puesto que se extendió hasta la introducción del Renminbi, a finales del siglo XIX. La plata era la principal moneda utilizada internacionalmente aunque a veces también se recurría al oro.

Entender los diferentes sistemas es muy importante para evaluar la historia de China, puesto que a menudo se daban cambios entre unos y otros sistemas, lo que propiciaba prosperidad o ruina, dependiendo de cómo se gestionará la situación. China experimento varios ciclos característicos que propiciaron 1) la transición de un esquema de moneda fuerte a un sistema de dinero de papel respaldado por moneda fuerte (del tipo 1 a tipo 2), 2) la mejora de la confianza en la divisa oficial hasta el punto en el que papel moneda empieza a circular sin respaldo (pasando del tipo 2 al tipo 3) y finalmente, 3) debido al exceso en la impresión de dinero y la pérdida de confianza en el sistema monetario existente, a el colapso de la moneda, lo que terminaba derivando en el retorno de una moneda fuerte (regreso del tipo 3 al tipo 1).

China ha tenido toda la gama de sistemas monetarios que el resto del mundo y que en esencia estos sistemas funcionan de la misma forma, con ciclos en los que el dinero fuerte pierde peso, debido a problemas de deuda que conducen a escenarios de inflación e hiperinflación, lo que al final propicia el regreso al dinero fuerte.

El verdadero papel moneda ya diseñado para alcanzar un uso generalizado como moneda de curso legal llegó a principios de la década de 1100, durante la dinastía de los Song, el gobierno asumió la responsabilidad de la creación de dinero y creó el papel moneda respaldado por activos o productos básicos. Esta forma de papel moneda fue aceptada de inmediato y los activos o productos que lo respaldaban fueron teniendo una importancia cada vez más secundaria. Así se empezó a consolidar una versión temprana del sistema monetario fiduciario. Sin embargo, al igual que con los bonos, el papel moneda tenía fecha de vencimiento, tras la cual se retiraba de circulación.

La dinastía de los Song no solo inventó el dinero fiduciario, sino que también fue la primera que acabó por sobreimprimir y devaluar el papel moneda. A mediados de la década de 1100 las demandas financieras que enfrentaba la tesorería de los Song eran extremadamente altas, debido a las guerras libradas en el extranjero y los costes derivados de las revueltas internas. Como es habitual durante el declive de los imperios, en lugar de aumentar los impuestos y recortar el gasto (soluciones que habrían aumentado el descontento social), las autoridades optaron por imprimir dinero fiduciario para financiar los déficits. Al principio la monetización era manejable, la primera moneda fiduciaria, con los billetes, se emitió en cantidades modestas a partir de 1160 y se negoció casi con idéntico valor nominal durante más de 30 años. Pero el gobierno de los Song pronto empezó a imprimir con más libertad, hasta triplicar el número de billetes en circulación. A medida que los conflictos internos y externos continuaron ejerciendo presión sobre la tesorería imperial, entre 1209 y 1231, la oferta monetaria se triplicó nuevamente. Como resultado entre 1195 y la década de 1230, el valor de mercado de ese dinero de papel medido en monedas cayó más del 90%.

Los mismos patrones se repitieron en otras ocasiones. La dinastía de los Yuan, sintiéndose constreñida por la moneda de metal creo un nuevo papel moneda (lo que maravilló a Marco Polo), pero luego lo sobreimprimió hasta hacer que la divisa terminara colapsando. La primera dinastía de los Ming, que también se sentía limitada por la moneda de metal, creo papel moneda para generar los fondos que permitieron el establecimiento de el nuevo estado, pero también la sobreimprimió lo que finalmente provocó un nuevo colapso monetario. Todas estas son historias fascinantes en las que no profundizaré ahora, pero que demuestran lo recurrentes que pueden llegar a ser estos acontecimientos. Tras el fracaso del dinero fiduciario, al comienzo de la dinastía Ming, China abandonó la experimentación con papel moneda, que no regresó hasta el siglo XX.

En cambio, desde mediados del siglo XIV hasta alrededor de 1933, China manejó diferentes tipos de monedas de metal principalmente de plata. El valor intrínseco de la plata constituía el grueso de su valor, aunque a las monedas propias se les otorgaba cierta prima. Durante buena parte de ese tiempo hasta 1933, China no acuñó y las monedas que usó vinieron primero de España después de México y finalmente de América del Norte. En 1933 los chinos optaron por crear su propia moneda nacional que comenzó a circular. Dos años más tarde el gobierno chino decidió reemplazar el yuan por el Fabi (que significa literalmente moneda de curso legal) para pasar de una manera que no podían imprimir a una que sí podían hacerlo. Luego se produjo una hiperinflación, que de hecho fue cada vez más desenfrenada, debido a la sobreimpresión de los Fabi en plena Segunda Guerra Mundial y durante las fases finales de la subsiguiente guerra civil China. Tras la Constitución de la República Popular China (RPC), se introdujo el Renmimbi, que es la moneda que sigue utilizándose hasta el día de hoy.

También ocurrieron periodos de crisis en los que no había suficiente dinero para pagar la deuda, así como periodos inflacionarios (cuando no hiper inflacionarios) en los que se imprimió dinero para aliviar la incidencia de las crisis de la deuda. Es interesante señalar que si bien los imperios más poderosos han tenido monedas de reserva global, China ha sido una excepción a esta norma esto ha sido por distintos motivos:

Antes de los viajes oceánicos, no existía una moneda de reserva global (el comercio internacional era limitado y por lo general se realizaba con el intercambio de metales preciosos). Además, a lo largo de su historia China nunca se convirtió en un Imperio extenso; es decir, en una potencia mundial con lo que una gran parte del mundo realiza transacciones o intercambia sus pagarés a modo de depósitos de riqueza. China nunca estableció un centro financiero que rivalizara con los de Europa y fue siempre una potencia con muchos menos avances comerciales. Si bien durante las dinastías Song, China estuvo a la vanguardia en materia de desarrollo financiero, estableciendo las primeras sociedades anónimas y utilizando papel moneda, lo cierto es que llegado el siglo XVII la evolución de los mercados financieros de capital era claramente superior en Europa. Desde el punto de vista cultural los líderes chinos no daban tanta importancia a esos temas, por lo que tuvo un desarrollo mucho más lento el sistema legal propio de la actividad mercantil o de los instrumentos o mercados financieros. Debido a ese menor desarrollo comercial sumado a políticas abiertamente aislacionistas, China se fue quedando atrás en términos de innovación, como explicaré con más detalle posteriormente.

• Además, el apoyo de China al comercio privado y los mercados financieros no fue constante. Quizá hubo más respaldo en los periodos de los Song y los Tang, pero también hubo más hostilidad bajo las dinastías Ming y Quing, que además coinciden con el establecimiento en el resto del mundo de los primeros imperios comerciales/económicos. Como resultado las estructuras sociales y legales eran menos propicias para la acumulación/inversión de capital (el derecho mercantil estaba mucho menos desarrollado que en Europa y las empresas tendían a ser solamente de propiedad familiar). Además, el estado se mostraba menos dispuesto y menos capaz de invertir en industrias estratégicas o impulsar la innovación. Es probable que la ideología confuciana haya jugado un papel en todo esto ya que asignaba a los comerciantes/ empresarios un estatus más bajo que a los académicos, un punto de vista que se fortaleció a medida que las versiones más conservadoras del confucianismo ganaron influencia entre los principales responsables de gobierno bajo las dinastías Ming y Qing.

        Cómo se explicó antes, la moneda se utiliza para 1) transacciones internas que el gobierno controla monopólicamente y que, por tanto pueden llevarse a cabo con monedas fiduciarias o incluso flinflam y 2) transacciones internacionales en cuyo caso las monedas deben ser de valor real, porque de lo contrario no serán aceptadas. La prueba del valor real de una divisa es si se utiliza activamente y si se negocia al mismo tipo de cambio tanto en el ámbito internacional como nacional. Cuando existen controles de capital que impiden el libre intercambio de la moneda nacional a escala internacional, esta divisa es mucho más susceptible de terminar siendo devaluada. Por definición, las monedas de reserva no enfrentan tales controles. Por tanto como principio: cuando veas que se imponen controles de capital a una divisa, en especial si al mismo tiempo hay un gran problema de deuda en clave nacional, lo más sensato es que huyas de esa moneda.    

En la década de 1930 China tenía dos monedas: una de papel fiduciario usado para transacciones nacionales y una de oro que se empleaba para pagos internacionales. El dinero fiduciario se imprimió en abundancia y por lo tanto se devaluó con frecuencia después de las turbulencias de la segunda Guerra mundial y de la guerra civil China, en diciembre de 1948 se emitió por primera vez el Renmimbi. Aún siendo una moneda fiduciaria su oferta fue limitada para poner fin a la hiperinflación en 1955 se realizó la segunda emisión de Renmimbi y en 1962 una tercera de 1955 a 1971 el tipo de cambio se fijó en 2.46 por dólar estadounidense. Posteriormente a lo largo de las décadas del 1970 y 1980 se dió otra Ronda de inflación precipitada por la devaluación global del dinero frente al oro en 1971, así como por la tendencia alcista de los precios a escala global, la eliminación gradual de los controles de precios, la generalización del crédito en condiciones más benignas y la falta de controles de gasto en las empresas de propiedad estatal. En 2005 se suspendió la vinculación con el dólar.

Si bien la mayoría de los chinos tienen una fuerte inclinación por el ahorro y un sentido apropiado del riesgo que los conduce de forma innata a almacenar su riqueza en activos líquidos seguros por ejemplo depósitos en efectivo o activos tangibles (por ejemplo, bienes inmuebles y oro), algunos están aventurando en el uso de activos más arriesgados como las acciones y la deuda de más riesgo. Puede que aún sean ingenuos, pero lo cierto es que están aprendiendo muy rápido. Pero en cuanto al grado de conocimiento que tienen los actuales responsables políticos chinos sobre el dinero, el crédito, la política monetaria, la política fiscal y la reestructuración de deudas incobrables, lo cierto es que diría que tienen el mismo tipo de perspectiva profunda y atemporal que exhiben el general puesto que siempre consideran su historia y la estudian a más largo plazo.

        China desde 1800 Hasta Hoy    

Comenzaré con una breve descripción del período comprendido entre 1800 y la fundación en 1949 de la República Popular China. Después examinaré la era de Mao con un poco más de cuidado. Finalmente planteo un estudio más profundo de la fase histórica que arranca con el ascenso de Deng Xiaoping de 1978 a 1997 y continúa hasta la llegada al poder en 2012, de Xi Jinping actual líder del gigante asiático.

        El Declive de (1800 a 1949)    

El declive de China posterior a 1800 comenzó cuando a) la última dinastía china (Los Qing) exhibió una conducta cada vez más decadente y débil. Al mismo tiempo, b) los británicos y otros países occidentales fueron a más, lo que permitió que las potencias capitalistas/colonialistas desarrollaran un creciente control económico sobre China. Mientras tanto, c) ante el peso de unas deudas que no se podían pagar y la impresión de dinero que provocó un colapso en el valor de la divisa, el sistema financiero y monetario China quebró de modo que d) se desataron rebeliones internas y estallaron guerras civiles. El declive propio del Gran Ciclo, en el que todos los factores determinantes del poder que ostenta el imperio están en caída libre y refuerzan mutuamente el desplome de los demás vectores, esto arranca alrededor de 1840 y se extiende hasta 1949.

    Como ya se explicó desde principios del siglo XIX se produce el auge y la expansión del Reino Unido por todo el mundo lo que hizo que el imperio británico tuviera un contacto más intenso con china.  La compañía británica de las indias orientales quería té, seda y porcelana China porque la venta de esos bienes en el Reino Unido era extremadamente lucrativa. Sin embargo, a los chinos la oferta comercial del Reino Unido no les interesaba, por lo que los británicos tenían que pagar esos bienes en plata en línea con el sistema monetario internacional de aquel momento. Cuando el Reino Unido empezó a lidiar con un menor acceso a la plata, los británicos empezaron a introducir opio que contrabandeaban desde la India. A continuación lo vendían por plata, que luego utilizaban para pagar la compra de los productos chinos. Los chinos lucharon para detener estas práticas, lo que condujo a la primera Guerra del opio, y la que     la armada británica tecnológicamente superior, derrotó a los chinos entre 1839 y 1842, lo que llevó al Reino Unido a imponer un tratado que otorgó Hong Kong a los británicos y abrio un número de puertos chinos (sobre todo Shangai) al comercio con el Reino Unido (tratados posteriores ampliaron el acceso a otras potencias), lo que con el tiempo llevó a la pérdida del gran parte del norte de China ante los avances de Rusia y Japón, y a la pérdida de lo que ahora llamamos Taiwán que pasó a manos japonesas.

La combinación de tener 1) un liderazgo débil 2) carecer de finanzas sólidas 3) lidiar con rebeliones internas que socavaron la productividad y fueron muy costosas en términos de dinero y vidas 4) enfrentar a potencias extranjeras, lo cual también resultó muy costoso en términos de dinero y vidas y 5) sufrir golpes perturbadores de la naturaleza, resultó en un declive progresivo y prolongado, que ha sido conocido como El siglo de la Humillación.

Es fácil ver lo importante que ha sido este periodo a la hora de determinar la visión de los líderes chinos. Por ejemplo el capitalismo con un sistema en el que las empresas buscaban ganar a través del imperialismo es decir, a través del control y la explotación de países, en parte porque eso hicieron Reino Unido y otras potencias capitalistas con China durante dicha etapa. Para Mao ese sistema enriqueció a élites codiciosas que explotaban a los trabajadores.

Esto es un recordatorio para mí de lo importante que es mantener una mentalidad muy abierta y abrirse al desacuerdo reflexivo, porque solo así podemos descubrir la verdad. Por tanto, he estudiado un poco el marxismo, para así entender por qué esta filosofía tenía sentido para líderes como Mao. Hasta entonces mi inclinación me llevaba a pensar en el mejor de los casos, el marxismo era un pensamiento poco práctico y en el peor una amenaza potencialmente maligna. Sin embargo reconozco que al hacer estas valoraciones ignoraban lo que en realidad había dicho Marx.


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