Auge y Declive del Imperio Estadounidense y el Dolar


   

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        Este capítulo trata del desarrollo de Estados Unidos en el marco del Gran Ciclo. A partir del siglo XIX, al superar de manera gradual al Reino Unido se convirtió en el imperio más poderoso del mundo. Sin embargo, su periodo de auge y dominación, en las últimas décadas se han observado señales de declive. En cualquier caso, la historia de Estados Unidos como imperio líder mundial todavía sigue su curso, de modo que estudiar su situación actual es muy relevante para entender el mundo de hoy y de mañana, de modo que estudiaré con más detenimiento como encajan las circunstancias de Estados Unidos en relación con el Gran Ciclo.    

El fuerte desarrollo económico y la excelencia de su sistema educativo propiciaron avances importantes en la innovación y la tecnología, aumentando la producción y la competitividad de sus empresas en los mercados internacionales. Esto impulsó el papel de Estados Unidos como un centro financiero de creciente influencia global. En paralelo el liderazgo en materia militar también contribuyó a la consolidación del dólar como moneda de reserva.

Las ventajas relativas que tenía Estados Unidos en campos como la educación, la competitividad y el comercio han ido a menos pero en otros ámbitos las situaciones favorables, caso de la innovación y la tecnología, la situación del dólar como moneda de reserva, la pujanza de los mercados financieros y el papel de Nueva York como capital financiera internacional.

A continuación repasaremos la historia de Estados Unidos desde el principio hasta llegar a la situación actual.

        El Auge de los Estados Unidos    

    Estados Unidos atravesó el proceso habitual de revolución y postrevolucion, dando pie a la creación de un nuevo orden interno. La secuencia arranca cuando, 1) un grupo bien coordinado de líderes fuertes lucha por obtener el control del país, 2) ese grupo gana el poder y lo consolida, 3) el nuevo liderazgo despliega una visión del país apoyada en la población, pero 4) pronto se divide en facciones que tenían conflictos sobre cómo debería funcionar el gobierno para implementar esa visión. Con el tiempo esas distintas corrientes, 5) desarrollan el sistema político económico y lo establecen primero en los artículos de la Confederación y después en la Constitución, 6) determinando el papel del estado en la vida social y económica (forjando el sistema monetario y crediticio, el sistema legal, los sistemas legislativos como el ejército,etcétera) lo que permitió 7) fomentar el empleo del grueso de la población y lograr que el nuevo país funcione bien.  Estados Unidos consolidó todos estos avances de manera excepcionalmente pacífica y a través de negociaciones de un respeto casi total de los acuerdos alcanzados y del desarrollo de una gobernabilidad bien diseñada que propiciaron un arranque muy prometedor para el nuevo país.

        Después de la guerra civil, Estados Unidos protagoniza la Segunda Revolución Industrial, que fue uno de esos procesos históricos en los que la búsqueda pacífica de riqueza y prosperidad se tradujo en grandes ganancias en materia de ingresos, tecnología y riqueza. El proceso también benefició a Inglaterra y Europa continental, de modo que no solo se dio en suelo norteamericano.    

    En Estados Unidos, las mejoras se financiaron a través de un sistema de capitalismo de libre mercado, que como suele ocurrir produjo mucha riqueza pero también grandes brechas de riqueza.  Estas desigualdades propiciaron un mayor descontento y explicaron las políticas de la llamada era progresista en la que se intervinieron y dividieron los monopolios más ricos y poderosos, (“invocando una ruptura de la confianza”) además aumentaron los impuestos a los ricos empezando con la aprobación de una enmienda constitucional que permitió aplicar a partir de 1913 impuestos federales sobre la renta. El reporte de la fuerza estadounidense se reflejó en una creciente participación en la producción económica y el comercio mundial, así como en un apuntalamiento de del papel de Nueva York como potencia financiera de relevancia global, merced a su capacidad de innovación y su inteligente uso de los distintos recursos financieros.

        El ascenso del dólar y de los mercados de capital estadounidenses    

El camino del dólar para convertirse en la moneda de reserva dominante en el mundo no fue sencillo. En el primer siglo de existencia de Estados Unidos, su sistema financiero estaba claramente subdesarrollado en relación con las potencias europeas. La banca funcionaba siguiendo el modelo clásico que describí en capítulos anteriores, el dinero fuerte no fue suficiente para evitar que los bancos prestaran más de lo que podían, siguiendo dinámicas piramidales que se desplomaron cuando los bancos fueron incapaces de cumplir con los compromisos adquiridos, lo que resultó en la devaluación progresiva de la divisa. Pero el país norteamericano no tenía un banco Central para controlar los mercados financieros y actuar como prestamista de última instancia.     Estados Unidos atravesó pequeños ciclos de auge/declive en los que se repitió el mismo patrón: tras una oleada de inversiones financiadas con deuda (en tierras, en ferrocarriles, etcétera) los desequilibrios se tradujeron en pérdidas y derivaron en una crisis crediticia. Como resultado los pánicos bancarios eran extremadamente comunes.

        Al igual que Londres, Nueva York fue un polo de riqueza comercial y económica antes de convertirse en un centro financiero global. De hecho esto último sólo se materializó a lo largo del siglo XX.    

Muchas de las innovaciones financieras que tuvieron lugar en el emergente centro financiero de Nueva York surgieron de las necesidades y de una ciudad cuya relevancia como polo económico y comercial estaba en auge.

Como expliqué antes,     la segunda mitad del siglo XIX fue un periodo de auge marcado por la paz y la prosperidad que trajeron la Segunda Revolución Industrial y la Edad Dorada. En esos años florecen el capitalismo y la innovación, pero las brechas de riqueza se ensanchan enormemente, de modo que la decadencia era inevitable y el resentimiento seguía acumulándose.

    La Primera Guerra Mundial, esa que pocas personas veían posible que ocurriera y que nadie esperaba que durara tanto, estalló en 1914 y terminó en 1918 . Estados Unidos no participó durante buena parte del conflicto y fue el único país importante que a lo largo de la guerra, mantuvo la convertibilidad de su moneda en oro. Las economías y los mercados europeos salieron gravemente perjudicados de los empeños propios de la guerra, lo que aceleró la pérdida de confianza en sus monedas. En cambio, en clave económica y financiera, tras el conflicto la posición relativa de Estados Unidos mejoró. La mayoría de las deudas que acumularán los aliados en tiempos de guerra fueron obligaciones contraídas con Estados Unidos, lo que llevó a impulsar el papel del dólar como moneda de reserva.

    Siguiendo el desarrollo estándar de los acontecimientos las potencias ganadoras en este caso Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido se reunieron después de la guerra para establecer el nuevo orden mundial. Esa reunión, la conferencia de paz de París tuvo lugar a comienzos en 1919 y duró unos 6 meses hasta la firma del tratado de Versalles.  Mediante este acuerdo los territorios de las potencias perdedoras (Alemania, Austria, Hungría, Bulgaria y el imperio otomano fueron divididos y puestos bajo el control directo de las potencias ganadoras. Como resultado de ese castigo los países derrotados se endeudaron aún más, puesto que también debían abonar el coste de las reparaciones de guerra a los vencedores (obligaciones que, además, se pagaban en oro).

Geopolíticamente Estados Unidos salió bien parado, porque jugó un papel clave en la configuración del nuevo orden mundial, aunque su política exterior siguió siendo aislacionista. En cambio, Reino Unido continuaba expandiéndose y consolidando su imperio colonial. El sistema monetario del periodo inmediato a la guerra estaba en continuo movimiento si bien la mayoría de los países se esforzaron por restaurar la convertibilidad de sus monedas con el oro, la estabilidad de sus divisas solo se consolidó tras fuertes devaluaciones y ciertos episodios de inflación.

        Cómo es típico, después de los años de guerra, con el desarrollo del nuevo orden mundial, arrancó un periodo de paz y prosperidad impulsado por grandes innovaciones y productividad y por un auge prolongado de los mercados de capital. Durante ese Boom se fueron acumulando grandes deudas y empezaron a aparecer grandes brechas de riqueza. En los locos años 20 se asumieron muchas deudas (es decir, promesas de entregar papel moneda convertible en oro) por ejemplo, para comprar activos especulativos (en particular acciones cotizadas). Para cerrar esa brecha en 1929 la reserva Federal endureció la política monetaria lo que desató el estallido de la burbuja bursátil y terminó derivando en la Gran Depresión, una crisis que tuvo alcance internacional, al traer sufrimiento económico a prácticamente todas las naciones, dando pie a peleas internas y externas por la riqueza y sentando las bases de enfrentamientos que estallaron una década después.    

Ya abordamos con detalle los acontecimientos que condujeron a la Segunda Guerra Mundial. En cualquier caso es importante recordar que la victoria de los Aliados en 1945 produjo un nuevo cambio en el orden mundial. Este desarrollo supuso un tremendo vuelco en el sistema internacional de riqueza y poder.     En términos relativos, Estados Unidos fue el claro ganador. La mayoría de los enfrentamientos y batallas de la guerra se libraron fuera de su territorio, de modo que los daños sufridos por el país norteamericano, su población y su economía fueron mucho menores. Además, durante el conflicto Estados Unidos siguió exportando (y prestando dinero) de modo que en relación con las demás potencias, Estados Unidos salió muy fortalecido .

        La Cima del Poderío Estadounidense    

El sistema geopolítico y militar de posguerra.

    Siguiendo el patrón estándar, las potencias victoriosas se reunieron para definir el nuevo orden mundial y los nuevos sistemas monetarios y crediticios.  Estados Unidos, Rusia (la Unión Soviética) y Reino Unido emergieron de la contienda como las nuevas potencias de referencia en todo el mundo, ostentando un claro liderazgo económico y militar. Alemania, Italia y Japón salieron destrozados de la guerra. Reino Unido terminó básicamente en bancarrota. Francia acabó devastada y apenas pudo contribuir a la victoria aliada. China estaba atravesando una guerra civil y de hecho se reanudó inmediatamente después de la rendición de Japón.     Si bien en los primeros años posteriores a la guerra hubo una cooperación relativamente fructífera entre Estados Unidos y Rusia ambas potencias tenían ideologías opuestas, de modo que no tardaron en entrar en lo que sería conocida como Guerra Fría.  hasta la década de 1980 Rusia fue en auge en relación con Estados Unidos, pero a pesar de que su fortaleza era claramente superior a la de China nunca llegó a igualar el poderío norteamericano. En la década de 1980 Rusia comenzó a experimentar el colapso de su fortaleza internacional mientras que China inició un rápido ascenso y Estados Unidos inició un proceso gradual de declive la división entre los bloques de países liderados por Estados Unidos y Rusia fue clara desde el principio. En un discurso pronunciado en marzo de 1947, el presidente Harry Truman describió lo que ahora se le conoce como la doctrina Doctrina Truman:

«Cada nación debe elegir entre dos formas de vida alternativas. Con demasiada frecuencia, esta elección no es una elección libre. Una de estas dos formas de vida se basa en respetar la voluntad de la mayoría y se caracteriza por la instituciones libres, el gobierno representativo, las elecciones democráticas, las garantías de libertad individual, la libertad de expresión y de religión y la libertad frente a la opresión política. La segunda de esas formas de vida se basa en la voluntad que una minoría impone por la fuerza a la mayoría. Tal sistema gira en torno al terror y la opresión, somete a control a la prensa y a la radio, corrompe las elecciones y suprime las libertades personales creo que la política que debe seguir Estados Unidos es la de apoyar a los pueblos libres que se resisten a los intentos de subyugación por parte de minorías armadas o presiones externas».

    Como ya se ha explicado el orden externo, es decir, las relaciones internacionales, está mucho más marcado por las dinámicas de poder que el orden interno de los países. Esto se debe a que dentro de los países existen leyes y estándares de comportamiento que moderan los acontecimientos, mientras que en clave global el poder bruto es lo más importante, hasta el punto de que cuando las desavenencias son importantes, los tratados de organizaciones de arbitraje mutuamente acordados (como la sociedad de Naciones, las Naciones Unidas o la Organización Mundial de Comercio ) no importan mucho. Es por ese motivo que en clave global es vital tener un ejército poderoso y forjar alianzas militares exitosas.  En 1949 unos 12 países alineados con Estados Unidos formaron la alianza militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). En los años que siguieron se fueron sumando otras naciones. Por su parte en 1955, ocho países del bando soviético constituyeron el pacto de Varsovia.

    Desde 1945 los estadounidenses y los soviéticos invirtieron masivamente en el desarrollo de los arsenales nucleares y otros países siguieron sus pasos.  Hoy en día 11 países tienen armas nucleares o están a punto de tenerlas en diferentes cantidades y grados de capacidad.

Aunque una guerra nuclear no llegó a materializarse, desde la Segunda Guerra Mundial Estados Unidos liberó distintas guerras convencionales, como la guerra de Corea en la década de 1950, la de Vietnam en la década de 1960 y 1970, las dos guerras del Golfo que arrancaron respectivamente en 1990 y 2003. En Afganistán la guerra se extendió de 2001 a 2021. Estos episodios fueron muy costosos en términos de dinero, vidas humanas y respaldo el papel de Estados Unidos como potencia. Pero valieron la pena? Son otros quienes tienen que decidir la respuesta a esta pregunta. Pero mientras duró la Guerra Fría, lo cierto es que estás guerras obligaron a la Unión Soviética a aumentar sus gastos militares puesto que su economía era más pequeña y debil, el intento de competir militarmente con Estados Unidos terminó llevando a la Unión Soviética a la bancarrota.

Por descontado, el poder militar abarca mucho más que la tenencia de las armas nucleares. Además, hay muchas cosas que han cambiado desde la Guerra Fría. Si bien no soy un experto en asuntos militares he hablado con personas que sí tienen un conocimiento muy avanzado de estas cuestiones y me han comentado que si bien Estados Unidos sige siendo la potencia militar más fuerte, ya no es una potencia dominante en todos los sentidos y, además, los desafíos que enfrenta van en aumento. Existe una posibilidad significativa de que Estados Unidos pierda guerras contra China y Rusia sobre todo si se libran en áreas geográficas donde estas dos potencias tienen mayor capacidad incluso en caso de victoria, parece sensato pensar que Estados Unidos puede salir muy perjudicado de un choque así, incluso si el choque fuese con una potencia de segundo nivel. Por tanto, lejos quedan los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos era la única potencia dominante. Hoy es fácil apreciar distintos escenarios de alto riesgo, pero mi opinión, el más preocupante es la posibilidad de que China mueva ficha e insista en someter a Taiwán e incorporarlo a su control. Cómo será el próximo conflicto militar mundial de alto riesgo? Merced a las nuevas tecnologías existentes en la actualidad, es posible que sea muy diferente a los conflictos y guerras de etapas anteriores. Por lo general el país que gana las guerras es el que mas gasta, más invierte y sobrevive a las embestidas de la potencia rival. Pero ese es un equilibrio delicado.

Puesto que el gasto militar implica dedicar menos dinero al gasto en programas sociales, y debido a que las tecnologías militares van de la mano con las tecnologías del sector privado, el principal riesgo militar que enfrentan las potencias líderes es el de acabar perdiendo las guerras económicas y tecnológicas.


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