Fueras de Serie Parte 2 de 6


Comentarios al libro de Malcolm Gladwell

Tiempo de lectura: 9:00 minutos

Introducción

Esta semana te presento lo que Malcolm Galdwald presenta como los componentes para lograr el éxito en cualquier campo en donde nos estemos desarrollando, con observaciones puntuales, aquí también nos habla de la regla de las diez mil horas para alcanzar la maestría en una actividad, lo que a continuación leerás espero te estimule y motive….

En la semana anterior terminamos de ver las características de cómo se hacen los fueras de serie como el Pueblo de Roseto o las estrellas deportivas de hockey en Canadá o el futbol Europeo o Sudamericano. Ahora veremos su contraparte en Estados Unidos.

En USA el basquetbol y el futbol no tienen estas características pero en el béisbol es otra cosa, la fecha de corte en casi todas las ligas no escolares es el 31 de julio y en consecuencia se encumbran los nacidos en agosto.

El futbol Europeo también selecciona y entrena a los niños desde la primera infancia temprana, y la fecha de corte es el 1 de septiembre, por lo que la mayoría de los jugadores profesionales de futbol por ejemplo de la liga Inglesa son mayoritariamente nacidos en septiembre y noviembre.

Estos equipos de hockey, béisbol y futbol son con juegos deportivos, pero existen exactamente estas mismas tendencias con consecuencias mucho más importantes como en la educación.

Un niño de cinco años nacido al principio del año probablemente hará que sus padres lo puedan inscribir a la educación primaria a los cinco años aunque lo más seguro es que tendrá también compañeros de 6 años con mayor madurez, si es talentoso, se adapta y madurará con personas de mayor edad y podrá aprovechar esa ventaja inicial.

Los jugadores de hockey profesional son mejores que tú o yo, pero también recibieron un arranque con cabeza (nacidos en los meses de entero, febrero y marzo) que no hicieron nada para merecérselo, no se ganaron aquella oportunidad que represento un papel crítico en su desempeño.

El sociólogo Robert Morton llamó a este fenómeno «el efecto Mateo» por el versículo del Nuevo Testamento que dice: «el que tiene, le será dado más y al que no tiene, aún lo poco que tiene le será quitado»

En otras palabras son los exitosos los que reciben las oportunidades que conducen a mayor éxito como por ejemplo que los más ricos tienen mejores ventajas fiscales, o que los mejores estudiantes reciben la mayor atención y la mejor enseñanza con becas a Universidades privadas de prestigio y con acceso a los mejores empleos.

El éxito es lo que a los sociólogos les gusta llamar «ventaja acumulativa». Si al principio un jugador de hockey empieza solo un poquito mejor, y si sigue desarrollándose y entrenando podrá convirtiese en un fuera de serie. Pero no empezó fuera de serie, solo empezó un poquito mejor.

¿Vemos ahora las consecuencias del modo en que hemos decidido concebir el éxito? Cuando los personalizamos tan profundamente omitimos información y elevamos a un peldaño superior, sentimos demasiado respeto por los que tienen éxito y demasiado poco por los que no. (Podríamos ser un poco como los del Pueblo Roseto en donde los ricos no hacen alarde de su riqueza y a los que no les va tan bien les ayudan a disimular sus fracasos).

La mayoría abraza la idea de que que el éxito obedece siempre a una función simple de mérito individual como si el mundo en que crecimos y las reglas que rigen en la sociedad no importaran en absoluto.

He aquí las ingredientes para producir un éxito personal en todo su esplendor:

Talento, pasión, esfuerzo y en el hockey Canadiense estatura, fuerza, preparación, capacidad de trabajo en equipo, responsabilidad, y haber nacido entre enero y marzo

Por la estructura de la selección de jugadores de hockey canadiense, si hubiera nacido en junio o julio a lo mejor estaría viendo el juego desde las gradas.

La regla de las 10,000 horas

En 1971 la Universidad de Michigan inauguró su centro informático, con enormes computadoras dentro de una sala blanca climatizada, completaban la sala varias máquinas perforadoras de tarjetas, era lo ultimo en tecnología. La Universidad tenía un avanzado programa de informática y por ella pasaron un sin número de estudiantes.

El más famoso de ellos dentro de la vida útil del centro fue Bill Joe, él era «el estudiante más estudioso». A finales de su primer curso se dio una vuelta por el centro e inmediatamente se engancho. Programó todo lo que pudo. Consiguió un trabajo como profesor en el centro, para poder seguir programando en el verano. En 1975 entro a la Universidad de Berkeley y se metió en el mundo del software y llego a obtener un doctorado en el tema.

Joy se impuso la tarea de volver a escribir UNIX, un software desarrollado por la empresa telefónica AT& T para mainframes, las antiguas computadoras de unidad central y el programa es tan bueno que aún ahora se sigue utilizando en millones de computadores alrededor del mundo entero. ¿Y quien escribió el software que permite acceder a Internet? pues Bill Joe.

Después de licenciarse en Berkeley se fue a Silicon Valley para fundar Sun Microsystems uno de los agentes cruciales para la revolución informática, a veces le llaman el Edison de internet y se considera que ha sido una de las personas más influyentes en la historia de la computación.

En esa época la computación era un campo abierto de par en par en que se le juzga a a los participantes únicamente por su talento y sus logros, un mundo en donde solo se imponían los mejores y Bill Joy era uno de ellos.

Parecía meritocracia en estado puro, pero no lo era. Era un ejemplo de cómo los fuera de serie de un campo en particular alcanzan el status más alto mediante una convinacion de capacidad, oportunidad y una ventaja completamente arbitraria.

La pregunta es ¿existe realmente el talento innato? La respuesta obvia es que si. No todo jugador de hockey termina jugando a nivel profesional solo algunos lo logran; los más talentosos, el éxito es talento más preparación.

En el caso del desarrollo del talento musical, tocando un instrumento, Los niños empiezan a tocar en una fase temprana, todos la misma cantidad de horas a la semana, alrededor de los cinco años de edad, cuando rondan lo ocho años de edad, empiezan a surgir las diferencias, los mejores estudiantes empiezan a practicar más que los demás.

La idea de que la excelencia en la realización de una tarea compleja, se requiere un mínimo adecuado de practica expresado como un número de horas como valor umbral.

De hecho se sabe lo que los investigadores consideran el número mágico para alcanzar la verdadera maestria: diez mil horas y nadie ha alcanzado el dominio verdadero con menos de esa cantidad.

Esto se cumple desde los casos más emblemáticos de prodigio como Mozart; como es bien sabido empezó a escribir música a los seis años de edad y escribió hasta que a los veinte años empezó realmente a escribir sus mejores obras.

Diez mil horas es el número mágico de la grandeza. La práctica no es lo que uno hace cuando es uno bueno, es lo que uno hace para volverse bueno.

Diez mil horas es una enorme cantidad de tiempo, es casi imposible alcanzar por uno mismo esa cifra cuando es uno adulto joven. Hay que tener padres que lo alienten y animen a uno, no se puede ser pobre porque entonces tendría que trabajar cierto número de horas al día, que le quitaría horas para practicar durante el día.

Así que solo lo logran aquellos que están en cierto programa especial.

Así le pasó a Bill Joe, era una lumbrera en matemáticas y era el tipo de estudiante que él MIT o Caltec quisieran atraer para matricularse, tuvo una nota perfecta en matemáticas en los exámenes de ingreso.

Tenia mucho talento y lo desplegó, pero su verdadero desarrollo empezó cuando se topó con aquel centro de cómputo y las tarjetas perforadas de la Universidad de Michigan.

Hasta los años 70 no se encontró una solución al problema de la programación hasta que se alcanzó la suficiente capacidad computacional en las máquinas para poder procesar en forma central más de una cita, reescribieron el sistema operativo, de la computadora para atender cientos de citas al mismo tiempo, esto significó que los programadores no tuvieran que entregar cientos de tarjetas al operador de la computadora.

Esto permitió que se pudieran conectar decenas de terminales conectadas telefónicamente a la computadora, pudiéndose hacer tareas simultáneas en línea (on-line).

El centro de computo de La Universidad de Michigan tenía un prototipo de este último tipo de sistema de cómputo central y en 1970 ya podía atender varias citas de régimen compartido y terminado el desarrollo podía atender cíen terminales para programar conectadas al procesador central.

Esa fue la oportunidad que acogió a Bill Joe a su llegada al campus, él no escogió esta universidad por su centro de cómputo, pero una vez que lo vio y siendo bueno para las matemáticas y para el desarrollo de algoritmos, le pico el gusano de la programación desde el primer año de la Universidad y gracias a esas coincidencias se encontraba en el mejor lugar del mundo para desarrollar su programación desde los 16 añós.

Veamos el torrente de oportunidades que tuvo Bill Joy para lograr lo que logró, primero tuvo la suerte de ir a una institución como la Universidad Michigan a los 16 años, pudo beneficiarse del sistema de tiempo compartido en vez de tarjetas y pudo programar todo lo que quiso. El centro estaba abierto 24 horas, podía quedarse toda la noche y ahí pudo reescribir UNIX y ya estaba preparado para esa tarea, era brillante y quería aprender. Todo esto lo llevo al éxito, pero antes de poder ser un experto alguien le dio la oportunidad de aprender a ser un experto.

¿Esa regla de las Díez mil horas es una regla general para el exito? Si rascamos bajo la superficie de todo gran triunfador encontramos siempre algo equivalente a aquel centro informático de Michigan o aquella selección juvenil de hockey . Algún tipo de oportunidad especial para la práctica.

Mi Conclusión

No cabe duda que Bill Joe fúe un genio, el Edison de Internet, hoy usamos internet y no tenemos que inventarlo cada vez que accedamos, esa es una de nuestras ventajas acumulativas, Malcolm Gladwell realmente hace en mi opinión una contribución importante al descifrar la fórmula el éxito en sus diferentes componentes: selección, clasificación y una ventaja acumulativa, capacidad y oportunidad y trabajo acumulado hasta superar las diez mil horas de práctica, así de fácil, aplica a los jóvenes de las selecciones de hockey canadiense, del futbol europeo o grandes científicos como Bill Joe. Y seguramente también para nosotros en cualquier campo en donde nos estemos desarrollando, incluido yo.


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