Sapiens de animales a dioses. Parte 5 de 9


Comentarios a libro de Yubal Noa Harari

Tiempo de lectura: 8:00 minutos

Introducción

En donde Yubal describe la ética consumista/capitalista como una nueva religión que por lo menos hasta el 2016 tipos cumplían y sobre sus puntos de vista con respecto a la ecología global.

La Edad de las Compras

La economía capitalista moderna ha de aumentar constantemente la producción si tiene que sobrevivir, de la misma manera que un tiburón tiene que seguir nadando para no ahogarse, pero no sólo hay que producir, alguien tiene que adquirir los productos de lo contrario los industriales y los accionistas se arruinarían. Para asegurar que esto suceda aparece un nuevo tipo de ética: el consumismo.

A lo largo de la historia la mayoría de la gente ha vivido en condiciones de escasez. Una persona evitaba los lujos, nunca desperdiciaba comida y remendaba los pantalones rotos en lugar de comprar unos nuevos. Solo los Reyes y nobles hacían gala públicamente de su riqueza.

El consumismo ha trabajado muy duro junto con la psicología popular para convencer a la gente de que los caprichos son buenos para nosotros mientras que la frugalidad o auto contención de los deseos de compra era una opresión auto impuesta.

Y al final de cuentas ha tenido éxito, todos somos buenos consumidores. Compramos innumerables productos que en realidad no necesitamos y que hasta ayer no sabíamos que existieran.

Los fabricantes diseñan productos de corta duración e inventan nuevos e innecesarios con el fin de estar a la moda. Comprar se ha convertido en una de los mejores pasatiempos favoritos de las personas.

El florecimiento de la ética consumista se manifiesta de una manera clara en el mercado alimentario. Las sociedades antiguas vivían bajo la terrible amenaza de la hambruna. En el mundo opulento de hoy en día, uno de los principales problemas de salud es la obesidad que golpea a los pobres que se rellenan de pizzas y hamburguesas, más que con los ricos que comen ensaladas y batidos de frutas.

Los norteamericanos gastan más dinero en alimentos dietéticos del que sería necesario para alimentar a toda la gente hambrienta de todo el mundo

La obesidad es una doble victoria del consumismo, primero, la gente come demasiado y después compra productos dietéticos con lo que contribuye doble al crecimiento económico.

¿Cómo podríamos conciliar la ética consumista con la ética capitalista del hombre de negocios según la cual no se deben malgastar los beneficios sino más bien reinvertir en medios para aumentar y o mejorar la producción. Es sencillo, como en épocas pasadas existe una división del trabajo, la élite y las masas, los ricos cuidan mucho en gestionar sus inversiones de capital, mientras que las masas mucho menos acomodadas se endeudan comprando cosas que realmente no necesitan.

La ética capitalista y la consumista son dos caras de la misma moneda una mezcla de dos mandamientos, el supremo mandamiento de los ricos es ¡invierte, y el del resto ¡compra!.

La ética capitalista/consumista es revolucionaria en otro aspecto. La mayoría de los sistemas Éticos anteriores planteaban a la gente un acuerdo muy duro, se les prometía el paraíso solo si cultivaban la compasión y la tolerancia, superaban sus anhelos y refrenaban los intereses egoístas. Para la mayoría era demasiado duro y en realidad nadie cumplía. La mayoría de los católicos no imitan a Jesucristo, ni los budistas a Buda.

En cambio la mayoría de la gente vive hoy siendo capaz de cumplir con éxito el ideal capitalista/consumista. La nueva ética promete el paraíso en la medida en que los ricos sigan siendo avariciosos y pasen su tiempo haciendo más dinero y que las masas den rienda suelta a sus anhelos y pasiones y compren cada día más.

Esta es la primera religión de toda la historia humana cuyos seguidores hacen lo que realmente se les pide que hagan. ¿Y como sabemos que alcanzaremos el paraíso?…pues porque lo vemos en la televisión.

Una Revolución Permanente

La Revolución industrial dio nuevas formas para convertir la energía y de producir nuevas mercancías liberando a la humanidad de su dependencia del ecosistema circundante. Los humanos talaron bosques, drenaron marismas, represaron ríos, inundaron llanuras, tendieron miles de kilómetros de vías férreas y construyeron metrópolis con rascacielos.

A medida que el mundo se reajustaba y se extinguen especies, nuestro planeta antaño verde y azul se está convirtiendo en un estacionamiento, en calles, centros comerciales y plástico.

En la actualidad en 2016, los continentes de la tierra son hábitat de 7,000 millones de seres humanos. Si toda esa gente se pusiera en una balanza su peso sería de 300 millones de toneladas, si a continuación se pusieran todos los animales agrícolas es decir gallinas, vacas, cerdos y ovejas se tendría una masa de 700 millones de toneladas y en contraste la masa combinada de todos los animales salvajes que sobreviven es decir desde pájaros, hasta elefantes y ballenas solo llega a los 100 millones de toneladas.

En realidad jirafas, lobos y chimpancés quedan muy pocos. En el mundo hay 80,000 jirafas, contra 1,500 millones de cabezas de ganado vacuno, solo 200,000 lobos contra 400 millones de perros domésticos, solo 250,000 chimpancés frente a miles de millones de humanos. En realidad la humanidad se ha adueñado del mundo.

La degradación ecológica no es lo mismo a escasez de recursos. Tal como se vio anteriormente los recursos siguen avanzando constantemente y es probable que lo sigan haciendo. Porque las protestas catastróficas de escasez de recursos están fuera de lugar. En cambio el temor a la degradación ecológica está bien fundamentado.

¿Podrá el Homo Sapiens tener el control de nuevos materiales mientras simultáneamente destruyen lo que queda de hábitat natural y llevan a la extinción de todas las demás especies?

De hecho el desorden ecológico puede poner en peligro la propia vida del Homo Sapiens. El calentamiento global, la elevación del nivel de los océanos, la contaminación generalizada pueden hacer que la tierra sea menos acogedora para nuestra especie y entonces en el futuro asistir a una carrera acelerada entre el poder humano y los desastres naturales provocados.

Los propios humanos al subyugar a el ecosistema a sus necesidades y caprichos pueden causar cada vez más efectos colaterales no previstos y peligrosos.

Hoy en día la humanidad está llevando a muchas especies a la extensión y puede incluso aniquilarse a sí misma, pero hay otros organismos que les va muy bien, las ratas y las cucarachas están en su apogeo.

Aún así los rumores de nuestra propia extensión son prematuros. Desde la revolución industrial, la población mundial ha crecido como nunca lo había hecho antes. Desde 1,700 millones de personas en 1700 hasta más de 7,000 millones en 2016.

Mi Conclusión

En esta parte Yubal Harari nos presenta como funciona la ética del consumismo y el capitalismo como dos caras de la misma moneda y como una nueva religión que todos cumplen y nos advierte sobre los peligros de la contaminación de todos los recursos ambientales y el calentamiento global que pueden comprometer a la humanidad si no se actúa con mayor cuidado. Yo estoy de acuerdo en que todos necesitamos reconocer este riesgo para actuar en la medida de nuestras posibilidades para evitar la catástrofe ecológica.


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