Capitulo 6 La Educacion Positiva

    

        Los niños Felices Aprenden Más.    

Tiempo de Lectura: 15 minutos.

Israel que tiene el cuarto lugar en la calificación del país más feliz, en donde la educación no es la causa del sorprendente alto nivel de felicidad de los Israelíes. Está relacionada con la conexión social y el sentido de propósito tras el holocausto nazi. El experimento de educación positiva es junto con la India y Bután uno de los más interesantes que se estén llevando a cabo.

Lo que enseñan en Rosh Ha Ayin para que los niños sean más optimistas y más felices. En las clases los niños se sientan en semicírculo mirando a la maestra. Así la maestra puede verlos a todos y prestarles atención, las misma para todos y los niños pueden verse las caras y pueden interactuar mejor en las discusiones entre todos. Inician las clases con una meditación de pie, se les enseña que el éxito suele ser el resultado de una enorme cadena de fracasos que no son el fin del mundo. (Ejemplos: así como Tomás A. Edison que probó más más de 1,000 filamentos antes de inventar la bombilla eléctrica, Michel Jordan que falló 9,000 tiros a la canasta y perdió 300 partidos antes de convertirse en estrella del basquetbol) y los niños deben hacer historias entorno a dichas discusiones. Así los niños aprenden que el fracaso es parte de la vida y que las dificultades se pueden superar. Otra serie de fracasos famosos es el caso de Alejandro Graham Bell inventor del teléfono que no pudo vender su producto a Telegraf, hoy llamada Wester Union o los hermanos Orville y Wilbur Wright que fracasaron en 163 intentos antes de volar o Henry Ford que fundó Detroit Automobile Company la cual quebró. Y qué el Ford T se llamó así porque fracasó casi 20 veces antes de llegar al Ford T, que fue un éxito y cambio la firma de producir autos. En Silicón Valley el fracaso es asumido como una parte necesaria del éxito. El estadounidense Brian Aveton y y el ukraniano Jan Koum se hicieron famosos mundialmente por vender WhatsApp a Facebook por 19,500 millones de dólares siendo que había pedido empleo ahí mismo y fue rechazado. Ahora en California se enseña lo que se llama educación positiva y no sería raro detrás de la cultura de probar y fracasar hasta alcanzar el éxito que distingue a los emprendedores de Silicon Valley.

        Las escuelas más felices tienen mayor rendimiento académico    

Ya hay varios estudios que demuestran que las escuelas que implementan el programa de educación positiva no solo han incrementado su programas de satisfacción de la vida de las niños, sino también el rendimiento académico. Hay 800,000 de este tipo con la ayuda de fondos estatales las cuales cobran 12,000 dólares por escuela. Nel Hoddi de la Universidad de Stanford, autora del libro “Las felicidad y la educación” concluyó que los niños más felices aprenden más.

La meditación mejora el rendimiento académico, el estado mental es el pilar de ésto. Si tú tienes confianza en ti mismo y te sientes aceptado y sientes una cierta seguridad psicológica, te va a ser más fácil estudiar. Y cuánto más estudios mejor te va a ir. Los cursos del centro Myfir son flexibles y la directora tiene un doctorado en psicología y vivió varios años en Palo Alto, California, la capacitación a los maestros es en “aprendizaje social emocional” y se pueden escoger cursos en educación positiva, y se entrena a los maestros por dos años, no a los alumnos.

        Hay que enseñar el optimismo en las escuelas    

Una de las intervenciones preferidas de los instructores de educación positiva es el ayudar a los alumnos a ser optimistas y entrenan a los niños a mentalmente pensar en las cosas que le dan satisfacción y a ser agradecidos. Aprenden desde pequeños cuál pensamiento es optimista y cual pesimista.     Y las ventajas que trae afrentar las cosas con un “otimismo realista”.      Los optimistas ven las malas noticias como transitorias y quizá efímeras, los pesimistas las ven como catastróficas o permanentes.

Si pensamos que la situación es temporal y cambiable, entonces nos sentimos con energía, y buscamos la forma de cambiar las cosas. No hay que enfrentar los desafíos sin la ayuda de otros, uno lo aprende en el jardín de infantes. Tomarse un descanso durmiendo una siesta, no pegarles a otros niños,volver a poner las cosas de dónde las sacaste, la vida es corta, limpiar lo que haz ensuciado, no tomar lo que no es tuyo, y pedir perdón cuando has lastimado a alguien. Hay que darle continuidad a las enseñanzas del jardín de infantes durante las primaria y la secundaria, para poder vivir un mundo más armonioso y feliz. Una de las nuevas materias académicas de Bután fue la de Life Skills o habilidades para la vida. Ahí se aprenden habilidades para la meditación y conciencia plena (Mindfullness), autoconocimiento, autoregulacion, alfabetización emocional, comunicación efectiva, pensamiento crítico, toma de decisiones y resulcion de problemas.     Hay ahora 37 habilidades, que se pueden medir, enseñar, aprender y que contribuyen al bienestar y a otros resultados deseables de la vida.  En Perú se implementaron 64 escuelas en un programa piloto de educación positiva llamado “Escuelas Amigas” y ha sido el programa más grande de educación positiva en América Latina, el currículum académico incluía 10 areas: atención plena, Mindfullness, autoconocimiento, manejo de las emociones y el estrés, empatía, deportes, fortaleza mental y emocional, pensamiento creativo. Con el resultado de aumentar significativamente el bienestar de los estudiantes, sino también de su rendimiento académico.

Posteriormente el resultado a aplicó en 70 escuelas públicas del estado de Jalisco en México llamado “Educación para el bienestar” muy parecido al de Bután y Perú y después de 15 meses en 2015 los evaluadores independientes también habían corroborado que el “currículum de bienestar” había logrado incrementar significativamente el bienestar y el rendimiento académico de los estudiantes.

Es sin duda el experimento más grande del mundo en materia de enseñanza de felicidad en las escuelas. Todos los días más de 600,000 niños asisten a 1,024 escuelas públicas administradas por el distrito de Nueva Delhi y comienzan su jornada escolar con una “clase de felicidad”. Las clases de 40 minutos van desde el jardín de infantes hasta el octavo grado y son parte de un plan de estudios de la felicidad.

        Tiene el objetivo de formar buenos profesionales y también personas felices, honestas y responsables.    

Unas 20,000 maestras de Nueva Delhi han sido entrenadas para dar clases a diario y tienen libros especiales para cada grado. En la India las clases inician con un ejercicio de Mindfullness, en donde la maestra guía a los niños durante cuatro ejercicios mentales de 20 segundos cada uno, primero pide que se sienten cómodos en su pupitre con los brazos sobre las piernas, 20 segundos después les pide que cierren los ojos y se concentren en su respiración, tras otros 20 segundos los invita a concentrarse en, sus brazos, pies y cada uno de los dedos, después les pide que abran lentamente los ojos y se concentren en los ruidos y las cosas que tienen a su alrededor y se preparan para el comienzo de la clase.

Mindfullness es diferente a la meditación que en la India tiene conotaciones religiosas, es una práctica para aumentar la introspección que es el acto de mirarse a uno mismo, de buscar en el propio interior, en sus pensamientos para poder hacer una identificación, persepcion, interpretación y comprensión de las propias emociones, pensamientos y conductas, entender tus emociones y mejorar la concentración, puedes practicar la atención plena viendo las cosas mentalmente.

El plan de estudios de la felicidad de Nueva Delhi tiene actividades específicas para cada día de la semana. Lunes dedicado al Mindfullness y técnicas de concentración y respiración. Martes la maestra cuenta una historia relacionada con la felicidad y los niños debaten y sacan sus propias conclusiones. Miércoles la maestra cuenta una historia de la vida real relacionada con la felicidad que promueven el debate sobre valores éticos y Morales. Jueves y viernes los docentes dirigen actividades diseñadas para promover el trabajo en equipo, el pensamiento crítico, la solución de problemas y la autoestima. Cada clase de felicidad diaria termina con dos minutos de concentración plena para que cada niño repase lo que aprendió.

Prestar atención plena puede ser cultivada con la práctica regular. Con los ejercicios de Mindfullness enseñan a los niños a vivir en el presente y no distraerse en acontecimientos pasados o en planes futuros. El plan de estudios incluye más de 150 historias específicamente diseñadas para debatir en clase y estimular a los niños a ser mejores seres humanos. En una encuesta reciente a 2,000 estudiantes, 620 educadores y a 200 padres escogidos al azar, los resultados fueron publicados en un libro y 90% de los padres dijeron que las clases de felicidad han aumentado el sentido de responsabilidad de sus hijos, el 95% dijeron que los cursos habían subido la autoestima de los niños. Entre los estudiantes 95% dijo que los cursos les ayudaban a expresar mejor sus sentimientos y el 83% dijo que a los estudiantes les mejoraba la capacidad de tomar mejores decisiones racionales y en su totalidad dijo que las clases de felicidad aumentaron su motivación para ir a la escuela. La conclusión fue que todos los participantes ven un aumento cualitativo en la habilidad para lidear con el fracaso, la capacidad de relacionarse y la motivación para aprender, desde la adopción del plan de estudios de la felicidad. El verdadero impacto de las reformas educacionales de Nueva Delhi ha sido vitalizar todo el sistema e infundirlo de un renovado espíritu de aspiración, convicción y profunda motivación de todos los participantes ya sean los padres, los estudiantes, maestros, directores de escuela y administradores, que es la conclusión al reporte del Boston Consulting Group en 2020. Otros estados de la India están copiando y adaptando varios de los contenidos. Cómo el estado que bordea al Tibet con 15,000 escuelas públicas y los estados de Talangana, en el centro, y Jharkhand, en el noreste del país está creando sus propios sistemas basados en el de Nueva Delhi el estado de Uttar Pradesh que tiene 130,000 escuelas primarias públicas, mucho más que las 1,024 de Nueva Delhi, ya empezó un programa experimental en 15 distritos. La idea de que la educación debe ser algo más que la impartición de conocimientos de lenguaje y matemáticas y que los alumnos deben aprender a pensar críticamente, interaccionar eficientemente, a trabajar en forma colaborativa se está expandiendo rápidamente en un país que ya supera la población de China con 1,400 millones de habitantes y es el más poblado del mundo. La clave es no descuidar el rendimiento académico. La pandemia de COVID-19 provocó un alarmante rezago académico en matemáticas y de lectura entre los alumnos de 9 años y los hizo retroceder a principios de siglo.

En América Latina el rezago académico producido por la pandemia fue mucho peor porque muchos más niños no tuvieron acceso a tabletas o a internet para seguir sus estudios remotamente. Según McKinsey & Company en un estudio reveló que América Latina fue la región más afectada del mundo por la pandemia en materia educativa. Mientras los estudiantes de Estados Unidos o Europa perdieron cuatro meses de escuela durante la pandemia, los de América Latina perdieron un promedio de 12 meses, más de un año escolar. Y en México y Ecuador los niños perdieron aún más, entre 12 y 14 meses de clases dice el estudio de McKinsey. La educación puede afectar no solo los ingresos futuros de los individuos y el bienestar, sino también el progreso económico y la vitalidad de los países.

Para el año 2040 el retraso educativo poroducido por la pandemia de COVID-19 se reflejará en una pérdida económica del 0.8 % del producto bruto de Estados Unidos, 0.7% del producto bruto de Europa y el 2.2% del producto bruto de América Latina. Según el Banco Mundial y la UNICEF, la pobreza educativa en América Latina entendida como la incapacidad de entender un texto simple a los 10 años se disparó de 52% a 79% de la población escolar entre 2019 y 2022. Nunca se había tenido una crisis tan grande como la que se vive por el cierre de las escuelas según Jaime Saavedra Director del Departamento de Educación del Banco mundial.

        Aumentar las horas de clase o acortar las vacaciones?    

Si América Latina no recupera el tiempo perdido estará condenada a quedarse más atrás en su desarrollo económico. Estamos en la era del conocimiento, donde el trabajo mental vale más que el trabajo manual o que las materias primas, por lo que sus exportaciones valdrán menos. Como recuperar el tiempo perdido? Aumentar horas de clase o acortar las vacaciones. En China los niños van a clase de las 7:30 de la mañana a 5:00 de la tarde y muchos de ellos van a escuelas privadas nocturnas para reforzar su rendimiento académico. En Corea del Sur el día escolar va de las 8:00 de la mañana a las 4:00 de la tarde. En la mayoría de los países Latinoamericanos los días escolares van de las 7:30 de la mañana hasta medio día o hasta las 2:00 de la tarde. No es tiempo de recuperar el tiempo perdido durante la pandemia y revertir la catástrofe educativa latinoamericana?.

En Latino América es necesario aplicar una “Política de Guerra” contra el rezago educativo aumentando horas de clase, disminuyendo vacaciones o que los niños vayan a la escuela los sábados. Y al mismo tiempo impartirles habilidades socio emocionales como la disciplina, la perseverancia, y poder manejar el éxito y el fracaso evitando que las maestras tengan ante si, niños incapaces de aprender en grupo o deprimidos. En 2022 Estados Unidos ha declarado una emergencia nacional por casos de depresión y suicidio, el declive de la salud mental venía desde antes pero se intensificó durante la pandemia y abarcó “todos los grupos sociales y étnicos, rurales y urbanos de la sociedad” reportaba el New York Times en 2022. En un inusual comunicado público en diciembre de ese año, el Cirujano General de los Estados Unidos advirtió sobre una crisis “devastadora” en la salud mental de los adolecentes . Númerosos hospitales y médicos han podido declarar una “emergencia nacional”. En América Latina la crisis de depresión juvenil es todavía mayor al promedio mundial. Según un estudio de la Naciones Unidas. La UNICEF estima que el 16% de los adolecentes Latinoamericanos y caribeños sufren de transtornos mentales. El 47.7% de los adolecentes de la región han sufrido ansiedad y depresión y 26.8% sufre de déficit de atención o hiperactividad. El costo económico de los trastornos mentales juveniles para los países de América Latina y el Caribe, incluyendo el dinero que los jóvenes dejan de aportar a la economía es de 30,600 millones de dólares anuales, señala el informe.

Las causas incluyen la pobreza, el aislamiento durante la pandemia, y la adicción a las redes sociales entre otras cosas, que han reducido las horas de sueño y el ejercicio físico de los adolecentes. Todo ha disparado los niveles de ansiedad, depresión, comportamientos compulsivos y suicidios entre adolecentes entre 15 y 19 años, detrás de la violencia interpersonal y los accidentes de tráfico, dice el reporte de UNICEF.

Ante está situación cómo se explica que las escuelas no dediquen un mínimo de tiempo a enseñarles a los jóvenes a pensar positivamente y a lidiar con los fracasos para combatir la depresión?.

        La educación del futuro será académica y emocional.    

Lo cierto es que en América Latina estamos muy atrasados en educación. No somos competitivos, el mejor estudiante de América Latina es el peor estudiante de Singapur de acuerdo a las pruebas PISA de estudiantes de 15 años de todo el mundo. No se puede aprender cuando se está sometido al estrés, cuando hay ansiedad, cuando hay depresión o cuando hay problemas de salud mental.

Es claro que ningún niño debería salir de la escuela sin entender lo que lee o los conceptos esenciales de matemáticas. Pero también sabemos que ninguno va a tener posibilidades reales de involucrarse en forma efectiva en la vida social y económica, sino tiene pensamiento crítico, capacidad de comunicarse en forma efectiva y de trabajar en equipo. Tal vez el método para resarcir el retraso educativo en América Latina sea el de dar tutorías a la población más pobre.     Tras recorrer varios países entrevistando expertos mundiales en educación, no me queda duda de que necesitamos modernizar nuestros programas educativos . La mayoría de los programes educativos se basan en la educación Prusiana del siglo XVIII que estableció la enseñanza obligatoria y gratuita. Pero el Rey de Prusia no bascaba cuidar la salud mental de los jóvenes, sino producir un ejército de trabajadores obedientes que aprendiera desde temprana edad a ir a trabajar, respetar las leyes y a las autoridades. Ese tipo de educación resultaba ideal en la Revolución Industrial, en las que las fábricas necesitaban convertir trabajadores rurales en obreros. Pero en la era digital en la que cualquier joven puede acceder información a través de Google, ya no tiene sentido que los maestros se dediquen a impartir información y contarles a los niños que Gutemberg inventó la imprenta en 1440 o que Cristóbal Colón descubrió America en 1492. Los niños pueden aprender muchas de esas cosas buscando en sus tabletas, recibiendo textos escritos con inteligencia artificial mediante asistentes virtuales como Chap GPT o Bard o viendo vídeos interactivos y muy pronto lo verán con visores de realidad aumentada     y los maestros podrían dedicar más tiempo a la enseñanza de habilidades emocionales . Eso es lo principal y quizá lo único que pueden hacer mejor que los robots.

La educación positiva puede ayudar a poner freno a la actual epidemia de depresión juvenil, que se traduce en enormes gastos en salud y en un menor rendimiento académico de los estudiantes. Y los niños felices lograrán aprender más.


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