Como Salir Fuera del Pozo

        Como Salir Fuerza del Pozo. Por Andrés Oppenheimer    

        Las nuevas estratégias de los Países, las Empresas y las Personas en Busca de la Felicidad    

Tiempo de Lectura: 10 minutos.

        Prologo    

La siguiente reseña e éste magnífico libro la haré en primera persona, ya que así es como presenta su libro Andrés Oppenhaimer y para hacerla más fluida y clara.

Una ola de descontento recorre al mundo. Paradójicamente, a pesar de que vivimos muchos años más y tenemos un nivel de vida mejor que el de nuestros ancestros (que no gozaban de los privilegios de los viajes en auto, el aire acondicionado o recibir anestesia cuando nos sacan una muela) cada vez menos gente se siente feliz. Según una encuesta de Gallup a 150,000 personas de unos 137 países     el promedio mundial de la gente que dice sentirse no feliz es cada vez mayor . El porcentaje de encuestados que se sienten más enojados y estresados creció de 24% al 33% en 2023.     El aumento global de la infelicidad, las emociones negativas, la tristeza y el enojo y el dolor físico ha llegado a niveles record.

El triunfo de los populismos en todas partes incluyendo la victoria de Donald Trump en Estados Unidos y el voto del Brexit en Reino Unido para separarse de la Unión Europea en 2016, ya era síntoma de un creciente malestar social.     Y esa ola de insatisfacción y deseo de cambiar drásticamente también se hizo evidente en América Latina con el triunfo de varios líderes populistas que prometían cambiarlo todo.  En México López Obrador ganó las elecciones en 2018 prometiendo una “transformación histórica del país”. En Brasil, un hasta ahora entonces obscuro diputado de derecha y exmilitar llamado Jair Bolsonaro, fue electo ese mismo año tras proponer un giro radical hacia la apertura económica y el conservadurismo social.

En todas partes y como confirmando el fenómeno de la ola de insatisfacción global parecen estar ganando las elecciones los candidatos que prometían arrasar con el estatu quo como Gabriel Boric en chile en 2021, un maestro marxista Pedro Castillo en Perú o en Colombia Gustavo Petro de Izquierda..

Qué está pasando, como explicar el caso de Trump, el Brexit, la primavera árabe, las victorias de los partidos críticos al sistema imperante en Mexico, Chile, Perú, Colombia y otros países?     Si el bienestar económico no nos hace más felices, que está pasando?

Lo que sucede es que     el crecimiento económico del PIB  ya no es la vara que usamos para medir el progreso de nuestros países,     ya que no garantiza el aumento en la felicidad.

Tal como descubrí en mis investigaciones de seis años que hice para escribir este libro, nos dice Andrés Oppenhaimer,     el crecimiento económico es indispensable pero no suficiente para aumentar la felicidad,  el desplome de las religiones ha dejado sin brújula moral a cientos de millones de personas, sin una comunidad y sin sentido de propósito.

Simultáneamente la revolución tecnológica ha hecho que muchos trabajos se hayan automatizado y desaparecido.     El trabajo mental vale cada vez más y el manual cada vez menos,  lo que ha dejado sin sustento o con empleos mal pagados a muchos trabajadores poco calificados,     las frustraciones de todos ellos están siendo amplificadas por las redes sociales.

Asimismo, en las essuelas hay una pandemia de depresión entre los adolesentes y los niveles de soledad y ansiedad entre los adultos mayores crecen exponencialmente en todas partes.

Este libro es el resultado de una investigación de seis años de lo que hacen los países, sus gobiernos, empresas, escuelas y habitantes para ser más felices.     Hay una nueva ciencia de la felicidad y algunas naciones están empezando a tomar medidas novedosas para promover no solo el crecimiento económico, sino la satisfacción de vida de sus ciudadanos.  Hasta hace poco Finlandia, Nueva Zelanda, Gales y Canadá crearon una “Asociación de gobiernos para la economía del bienestar”, para compartir sus experiencias en la búsqueda de un aumento en la felicidad de sus sectores más desfavorecidos. Tanto Reino Unido como Japón han creado “Ministerios de la soledad” que están dedicados a combatirla e incrementar la felicidad. En el remoto reino de Bután en las montañas del Himalaya entre India y China se ha reemplazado la medición del producto interno bruto por “el Producto Bruto de la Felicidad”.     En Nueva Delhi las escuelas públicas y privadas han instituido clases diarias de felicidad para los niños de primaria.

En el ámbito corporativo algunas de las empresas más grandes del mundo como la consultora Deloitte han creado puestos como el de “Chief Executive Officer” o jefe ejecutivo de la felicidad» y     desde los niños y los jóvenes universitarios de Harvard y Yale están tomando cursos y diplomados de satisfacción de la vida. En la era del estrés laboral y la sobrecarga informativa, hay un creciente movimento global explorando formas de aumentar la felicidad de la gente, basados en esta nueva ciencia de la felicidad . Tal como lo corroboré con Bill Gates cofundador de Microsoft en una entrevista, me dijo que los países no pueden ser felices si no prosperan y me dijo que ningún pais puede hacer feliz a su gente sin crecimiento económico, porque si los países no crecen, la pobreza seguirá igual o aumentará y la mayoría de los gurus agregaron que el crecimiento económico no debe ser la única vara para evaluar el progreso de nuestros países.

Hay que empezar a medir también la felicidad. Según mi investigación para escribir mi libro “Cuentos Chinos” que hice en varios países que ha sacado a millones de personas de la pobreza tras abrir sus economías sus para exportar al mundo como India, China y otros países,     entrevisté a varios expertos en competitividad y encontré que una de las claves del crecimiento económico es la educación de calidad, porque en la economía del Siglo XXI, los países que venden los productos más sofisticados son los más exitosos  y los que venden materias primas y manufacturas básicas son los más rezagados. Las exportaciones sofisticadas son producto de la ciencia, que requieren una fuerza laboral educada y valdrán cada día más.

No es casualidad que los hombres más ricos del mundo como Bill Gates, Elon Musk, Carlos Slim o Warren Buffett, no vendan petróleo , ni alimentos, ni otras materias primas y tampoco es casualidad que incluyendo Apple, Alphabet (Goggle) Amazon, Microsoft, Facebook o Alibaba son compañias tecnológicas que producen cosas que no se pueden tocar con las manos,     venden productos de la economía del conocimiento.

Después de entrevistar a los principales expertos que lograron crecer y sacar de la pobreza a millones de personas, como China, India y Corea del Sur,     llegué a la conclusión que son los países que tienen una obsesión por la educación de calidad.  También los maestros tienen que ganar más, pero conforme a los resultados en el aula, que se pueden medir con pruebas internacionales estandarizadas como el Test PISA. Y esa cultura de la educación debe complementarse con la cultura de la innovación para crear mucha riqueza productiva.     En la era de la economía del conocimiento, los países que no innoven se quedarán estancados o retrocederan.  En otro libro que escribí llegué a la conclusión de qué es necesario crear una cultura de veneración a los innovadores y emprendedores para que haya centros de innovación en nuestros países. Porqué los países que sigan produciendo los mismos bienes, con los mismos procesos están condenados al fracaso,     sobretodo en un futuro próximo cuando más trabajos tradicionales sean substituidos por computadoras y robots.

En otro libro cito un estudio de Oxford que pronostica que el 47% de los trabajos actuales desaparecerán en los próximos quince años.

Todos estos reportajes con bastantes ideas claras sobre porqué algunos paises prosperan y otros no y porqué naciones como Corea del Sur que hasta hace pocas décadas era más pobre que los países latinoamericanos hoy en 2024, están entre las de mayores ingresos del mundo.     Y aprendí que a la mayoría de los países latinoamericanos hacen falta acuerdos de largo plazo, crear una obsesión nacional y familiar por la educación, fomentar una cultura de glorificación a los emprendedores y adoptar una mayor tolerancia al fracaso.  Sin embargo ninguna de esas recetas, que utilizan muchos países centradas en el crecimiento económico que avanzan en todos los campos desde China hasta Chile, se sienten cada vez más descontentos.     Entonces me propuse en este nuevo libro encontrar las claves de la felicidad.

Para iniciar el recorrido, use uno de los rankings más conocidos: el  Reporte Mundial de la Felicidad nacido como una colaboración de varías universidades de Reino Unido y la ONU. El reporte contempla 137 países y se basa en la encuesta mundial de Gallup en la que los encuestados responden cuan felices se sienten en una escala de 0 al 10. Los países más felices, casi todos los años, son los mismos: Finlandia, Dinamarca, Suecia e Islandia. La mayoría de los países latinoamericanos aparecen al final de la primera mitad de la lista y España en el puesto 32. Ningún país latinoamericano está entre los primeros 10. Costa Rica en el 23; Uruguay en el 28; Chile en el 35; México en el 36; Brasil en el 49; Bolivia el 69; Colombia en el 72; Perú en el 77; y Venezuela en el 88.

    Las encuestas que valoran más los expertos son los de satisfacción con la vida más que las de la alegría, que es pasajera.  Entonces lo que hice para este libro fue visitar Dinamarca, y otros países escandinavos que figuran en los primeros puestos del ranking del  Reporte de Felicidad Mundial

Además para escribir los capítulos sobre las empresas y las escuelas que utilizan métodos para aumentar la felicidad, que sería bueno emular, investigue porqué funcionan.

Fue un viaje periodístico facinante que me llevó a algunas conclusiones nuevas, que ojalá sirvan para enriquecer el debate político y económico de los países latinoamericanos. Espero que lo disfruten.

        Andrés Oppenhaimer    

Andrés Oppenhaimer es uno de los periodistas y escritores más influyentes en lengua Española. Nacido en Argentina, inicio sus estudios en Buenos Aires y luego obtuvo una maestría en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Fué jefe de corresponsales del Miami Herald en México, fué encargado del periódico en Colombia.     Antes trabajo cinco años en The Asocited Press para Colombia, Panamá y otros países.

A escrito para The New York Times, The Washington Post, The New Republic, CBS News y el País de España. Actualmente es columnista del Miami Herald, conductor del programa Oppenhaimer Presenta y comentarista en Radio Imagen de México. Sus libros más recientes son “Sálvese quien pueda”, “Crear o Morir”, “Basta de historias” y “Cuentos chinos”.     Fue ganador del Premio Pulitzer en 1987 con el equipo de Miami Herald que descubrió el escándalo Irán Contras.  Recibió el premio Ortega y Gaset del Periódico El País de España y el Premió Rey de España otorgado por la agencia EFE, el Mail Moors Cabot de la Universidad de Columbia, el Overseas Press Club Award y el premio Emmy Sun Coast de la Academia Nacional de Televisión, Artes y Ciencias de Estados Unidos. Ha recibido doctorados Honoris Causa por la Universidad de Perú, la Universidad Silvio de Bolivia, la Universidad de Galileo de Guatemala y la Universidad Siglo 21 de Argentina.


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