Mexico en el Precipicio. Capítulo 7. Destruyendo el futuro.
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Hasta ahora nos hemos concentrado en temas económicos, política social e infraestructura. No hemos hablado acerca de lo que probablemente sea el mayor impacto para el país: la destrucción institucional.
El término populista, con el que se describe a muchos gobiernos hoy en día, no tiene una definición única aceptada. Hay al menos tres formas de concebir a un político populista, las cuales tienen que ver con el momento y la dimensión a la que se haga referencia. Electoralmente, el populismo en tiempos recientes se ha significado por ofrecerle a los votantes el regreso a un pasado dorado que se perdió debido a una élite malvada. Así fue como Donald Trump ofrecía hacer Estados Unidos grande otra vez, terminando con el “estado profundo” que era el culpable de haber perdido ese paraíso. Algo similar prometía López Obrador regresar a una época en que México sería exitoso y que se había perdido por culpa de los conservadores neoliberales.
En términos económicos se llama populista a una política orientada a gastar más en el presente, a costa de sufrir estrechez en el futuro. Eso sufrimos en Mexico durante los gobiernos de Luis Echeverría y López Portillo y eso mismo que hoy está ocurriendo en 2023, según hemos descrito en capítulos anteriores.
Finalmente podemos hablar de populismo político cuando el líder decide desmantelar los mecanismos de intermediación para comunicarse directamente con la población. Es el proceso de desinstitucionalizacion que permite concentra el poder en una persona. No sólo se eliminan los contrapesos, sino también la capacidad de gestión del Gobierno (operación coordinada y eficaz desde la planeación hasta la autoevaluación y corrección).
México se encuentra en ese punto, transitando de una democracia fallida que no logro consolidarse lo suficiente como para contener los acciones de un político arbitrario y agresivo como López Obrador.
El Ataque Político Electoral
Parece importante recalcar que tanto el poder Legislativo como el Judicial prácticamente no pudieron actuar como contrapesos durante los primeros tres años de gobierno pero eso cambió inmediatamente después de la elección intermedia. En el caso del legislativo la alianza Morena-PT en la actual legislatura no tiene ni siquiera mayoría simple y necesita del PVEM para alcanzarla. Eso impidió al presidente sacar la reforma eléctrica y muy probable le impida cualquier modificación a la Constitución.
En el Poder judicial, el impacto de la elección intermedia ha sido mucho más contundente. Primero la intensión de extender el mandato del ministro Arturo Saldivar Lelo de Larrea por dos años, que él había dejado correr, se detuvo de inmediato: el lunes 7 de junio de 2021, a primera hora anunció que “renunciaba” a esa intensión. Apenas unos días después, a principios de agosto ocurrió una rebelión al interior al interior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Que culminó con la renuncia de su presidente, José Luis Villegas, también de gran “cercanía” con el presidente.
Durante todo su Gobierna AMLO ha atacado al Instituto Nacional Electoral (INE) y en especial a su presidente Lorenzo Cordova. Ha amenazado con desaparecer la institución y le ha recortado presupuesto a través de su bancada en la Cámara de Diputados, aunque eso no haya tenido dificultades para cumplir sus obligaciones que este mismo gobierno inventó: como las consultas para el juicio a expresidentes y especialmente la consulta para revocación de mandato.
Después del fracaso del la consulta para la revocación de mandato, misma que solo pudo atraer al 17% del padrón electoral a las urnas, López Obrador intentó hacer una reforma constitucional en materia energética que como hemos dicho fue rechazada, es la primera vez que un presidente no logra sacar una reforma constitucional, por cierto, pero en reacción a ello, lanza otra en materia electoral. También es necesario modificar la Constitución por lo que suena imposible que lo logre, pero en ella deja claro que es su visión el cambiar el INE en su estructura actual, así como el intento del reemplazo de sus miembros por personas elegidas por votación popular.
Me parece muy claro el intento hegemónico de López Obrador en el Legislativo, Judicial y en el órgano electoral que muestran el autoritarismo que lo ha acompañado siempre. Es una característica personal que pude ver desde hace 25 años y que ahora es evidente para quien quiera verlo.
El Ataque Al Estado
De acuerdo con muchos analistas, los dos temas de campaña de 2018 fueron la inseguridad y la corrupción. Algunos le agregan el tema de la pobreza y la Desigualdad porqué, por un lado compraron el discurso obradorista de “Primero los pobres”, que como hemos visto es falso.
Supongamos que en efecto, inseguridad y corrupción (no probada) fueron las causa, de cancelacion de la construcción del aeropuerto, se ha bloqueado la inversión en energía y la entrada en operación de las plantas que ya estaban en construcción y se ha atacado a las instituciones y organis autónomos: así, sé expulsó a un ministro de la Corte y se obligó a renunciar a personal de la Comisión Nacional de Hidrocarburos CNH, Comisión Reguladora de Energía CRE, Comisión Federal de Competencia Económica Cofece y el Instituto Federal de Telecomunicaciones IFT.
Sin embargo, al 2023 no hay una sola persona procesada por corrupción, con la salvedad de Emilio Lozoya Austin, con quién habían negociado un trato preferencial a cambio de que “entregara” a políticos de primer nivel que según su testimonio, habían recibido sobornos de Obedrech, la empresa brasileña que ha sido investigada en toda América Latina y encontrada culpable de sobornar, presidentes, primeros ministros y directores en todos los países…excepto en México. Lozoya aceptó haber recibido dinero de Obedrech para repartirlo entre diversos políticos, pero no pudo probar sus dichos. De manera circunstancial, entonces hay un corrupto en la cárcel, no porque lo hubiesen perseguido, sino porqué lo invitaron.
Fuera de eso no hay indicio de que haya disminuido la corrupción. Lo que si ha ocurrido es que usándola como excusa se ha reducido de manera significativa el presupuesto de operación de de organismos autónomos y secretarias ocasionando dificultades en la gestión pública.
Sin embargo, el presidente desde que fue electo solicitó al General Secretario de la Defensa Luis Crescencio Sandoval González una solución para la seguridad pública: le ofreció la Guardia Nacional que le pareció una idea genial, porque le permitía destruir una institución (la Policía Federal) creada por Felipe Calderón y que se vio fortalecida cuando el Ejército ofreció construir el nuevo aeropuerto en Santa Lucía en breve tiempo y a costos bajos. Con gente de una administración de corruptos, ancianos e incapaces; el ejército (y en menor medida la Marina) aparece como la salvación para López Obrador que empieza a asignarle todo tipo de actividades: desde la construcción de las sucursales del Banco del Bienestar, del Tren Maya y la operación de aduanas y a la Marina el corredor Transismico y los Puertos.
La creciente presencia de los militares en actividades que no les corresponden (y que incluso pueden considerarse inconstitucionales) ha preocupado a muchas personas, de que esto puede ser el preludio de un Gobierno militar, algo desconocido en México desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Pero muy presente en el resto de América Latina. No comparto esa preocupación, pero es un hecho que los militares soltarán muchas de las áreas que hoy ocupan. El absurdo ofrecimiento del presidente de que el AIFA, el Tren Maya o el Transismico servirán para pagar Pensiones de los militares retirados, no merece muchas palabras, son proyectos que siempre serán deficitarios, y no es lo que puede interesar a las fuerzas armadas. Pero las aduanas y los puertos son otra cosa y eso si no será fácil que los devuelvan.
Como ha mostrado el experto en seguridad Alejandro Hope, el dicho “abrazos no balazos” parece ser una más de las afirmaciones inexactas del presidente. En los números está Administración “encarcela más, usa a más soldados que nunca como policías, decomisa más droga, sigue deteniendo capos y tiene un índice de letalidad superior al gobierno anterior”. El control territorial del crimen organizado, me parece, es muy evidente. Después de las elecciones intermedias de nueve gobernantes desde las Californias hasta Guerrero. En todas ellas hubo intervención del crimen organizado.
Al Final
Hemos revisado los grandes proyectos del Gobierno, su política social, las destrucción institucional que ha ocurrido en forma simultánea. Las conclusiones no son difíciles de elaborar, pero sí de aceptar. En primer lugar, es evidente que los proyectos no aportarán mucho al desarrollo nacional. El mejor de ellos el Aeropuerto “Internacional” Felipe Ángeles solo puede operar gracias a la violencia que el presidente ejerce sobre las líneas aéreas. Todavía ni siguiera es claro que, en caso de tener más operaciones pueda funcionar en forma simultánea con el AICM. Los otros proyectos no tienen futuro alguno, la refinería gastará mucho dinero para producir combustible (por el tipo de crudo pasado y amargo que requiere ser endulzado, y que generaría gran cantidad de inútil combustoleo) de modo que pudo haberse obtenido con una inversión mucho menor comprando o rentando instalaciones ociosas en Estados Unidos, las cuales abundan.
Es posible que el Tren Maya nunca se termine, porque se está construyendo sin tener un proyecto ejecutivo ni permisos. Al corredor Transismico ni siguiera le prestan atención desde el Gobierno. Por último, la destrucción gubernamental está impidiendo que cumpla sus funciones en casi todas las áreas, pero en el área de seguridad no dudo en calificar de extrema. Desaparecieron una fuerza pública preparada para la seguridad pública, la reemplazaron con militares que no saben operar en esa circunstancia, y tienen ocupada a la mayoría de efectivos en acciones que no les corresponden.
La ausencia de resultados, el clientelismo y la incapacidad de gestión pueden convertirse en una catástrofe en caso de que el entorno nacional o internacional se complique. Las presiones inflacionarias provocadas por la invasión de Rusia a Ucrania y el nuevo Ataque de Hamas a Israel también se están complicando, por lo que la debilidad del Estado Mexicano se está encontrando con la Amenaza Global.
(Yo agrego, con el devastador efecto del huracán Otis del 25 de octubre de 2023 en todo el Estado de Guerrero, no solo de Acapulco; la crisis institucional se agrava porque tal parece que no tiene el dinero ni la capacidad operativa, para coordinar las múltiples acciones para la necesaria reconstrucción del 80% de los inmuebles. Escuché un comentario con fundamento de que Acapulco y Guerrero serán el Ayotzinapa de éste Gobierno).
La necesidad de construir una alianza opositora, capaz de conducir por la vía democrática y en condiciones de proponer una reconstrucción nacional, me parece evidente. Las políticas sociales más costosas que útiles deberán que replantearse, pero esto derivará en costos políticos.
De principio, será necesario reconstruir la capacidad de gestión de la Administración pública y la confianza del resto del mundo en México. Si esto se logra lo demás tendrá buenos cimientos. Pero todo ello deberá hacerse a la sombra de una crisis fiscal y presiones de gasto muy considerables, como ocurrió después de la debacle de 1982. Los próximos años serán complicados.
Ojalá la experiencia de éste Gobierno sea interpretada por todos los mexicanos como una demostración de que las ideas del siglo XX y el populismo autoritario, hoy en boga en todo el mundo, es la causa de todas estas dificultades. Ojalá que ahora sí podamos deshacernos de los mitos revolucionarios que en 1982 dejamos vivir y regresaron por nosotros.
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