México en el Precipicio. Capitulo 6. La Quiebra
Tiempo de Lectura: 9 minutos.
De todos los programas de asistencia social de López Obrador que sustituyeron a Progresa-Oportunidades-Prospera y al Seguro Popular el único que si pone en riesgo las finanzas Públicas a mediano plazo es la pensión no contributiva como se explicó en el capítulo anterior.
Esto no significa que el Gobierno de López Obrador sea cuidadoso con las cuentas públicas. Él insiste en afirmar que no se ha contratado deuda, que no se pone en riesgo a las finanzas, y que por eso el tipo de cambio se mantiene estable. Es evidente que estás afirmaciones provienen a su apego a los años setenta, cuando fué eso lo que derrumbó Gobiernos. Es por eso que no le preocupa tanto el valor del dólar, e insiste en que no hay déficit ni endeudamiento.
Desafortunadamente, el presidente se equivoca también en esto. El comportamiento del tipo de cambio desde 1996, es resultado de un mercado libre, en el que el precio de nuestra moneda se ajusta de forma flexible. Sin duda, el diferencial de tasas de interés contra Estados Unidos ayuda a moderar los ajustes y la tendencia a largo plazo. Pero no tiene nada que ver con la forma que se utilizaba en los años setenta. De manera que la frase de López Portillo “presidente que devalúa, se devalúa” no tiene sentido en estos días.
Malgastando Recursos
Por otra parte, endeudamiento si ha habido, y no poco. A febrero de 2022 superaba los 2.5 billones de pesos y la mejor estimación para el cierre del año la lleva a casi cuatro billones. Ya que la economía se ha estancado (o incluso contraído) debido a la pandemia y falta de programas de apoyo) esa deuda representa una mayor proporción del PIB. El Gobierno de Peña Nieto hizo un esfuerzo por entregar las cuentas en orden a la siguiente Administración y la deuda medida en comparación con el PIB se redujo ligeramente.
Para 2022, considerando los primeros meses y las estimaciones de Hacienda, lo más probable, es que tengamos un crecimiento al 53%, puede no ser nada a nivel internacional, salvó que la recaudación en México es tan baja, que el máximo que podemos permitir de endeudamiento es de 60%.
No obstante, el Gobierno actual no solo ha incrementado la deuda, sino ha hecho uso de los ahorros acumulados en los 25 años previos. Por un lado, vaciando fondos y fideicomisos y por otro, la cuenta que tiene el Gobierno Federal en el Banco de Mexico. Hablamos de casi 900,000 millones de pesos adicionales entre esas fuentes, mismas que al incorporarse a las finanzas como “aprovechamientos” dan un barniz de sanidad a las cuentas públicas que no corresponde con la realidad.
Para entender mejor las finanzas veremos algunas tablas con cifras:
Tabla I Costos de Políticas Públicas. Millones de pesos.
Proyecto/Política. Flujos. Pasivos
Cancelación del NAICM. 165,000. 167,000 AIFA. 116,000 Pemex. 1,000,000 600,000 CFE. 340,000. 120,000 Total. 1,621,000. 887,000
Tabla II. Costos de Programas y Proyectos. Millones de pesos.
Programa. 2018. 2019. 2020. 2021. 2022P Becas B.Juarez. 7,711. 53,200. 71,298. 76,974. 86,628 Seguro Popular/ Insabi/Gtos. 68,225. 78,834. 109,833. 122,821. 77,573 Pensiones+ Sembrando vida. 76,074. 138,907. 168,698. 194,558. 287,956 Jóvenes Const.el futuro. 23,915. 23,751. 20,547. 21,967 Tren Maya. 2,781. 13,320. 39,540. 63,737 Total Proyectos y programas. 152,000. 297,637. 386,800. 454,436. 480,591
Fuente SHCP Calendarios y presupuestos.
Algo que vale la pena comentar aquí es que las becas Benito Juárez para 2022 representan un gasto de casi del doble del asignado a la UNAM (44,600 millones de pesos). No estoy seguro que sea una buena idea repartir millones de pequeñas becas, que no están asociadas ni al desempeño, ni a ninguna otra cosa, mientras la llamada máxima casa de estudios recibe una cantidad equivalente a la mitad.
Para darnos una idea general con datos ya revisados y comprobados a 2022 y con base en la tabla II estimo el exceso de gasto en esos programas y proyectos, comparado con lo gastado en 2018:
Tabla III Exceso de gasto en programas y proyectos.*
Programa. 2019-2021. 2019-2022
Becas Benito Juárez. 178,338. 257,154 Seguro Popular,Insabi. 106,813. 116,162 Pensiones/Sembrando vida 273,942. 485,874 Jóvenes const.el futuro. 68,209. 89,906 Tren Maya. 55,541. 119,287 Dos Bocas. 300,000 Total Proyectos y Programas. 982,843. 1,068,424
- Millones de pesos.
Con toda esa información construí la tabla IV que nos indica cuánto se ha gastado en que y de dónde vinieron los recursos.
Tabla IV. Origen y destino de recursos consolidados a 2021 *
Ingresos. Egresos. Pasivos
Endeudamiento. 2,328,371 De fondos y fideicomisos. 370,298 De depósitos en Banxico. 527,343 De coberturas petroleras. 47,400 Total Financiamiento y Extraordinarios. 3,273,412 Costos de Políticas Públicas tabla I. 1,621,000. 887,000 Proyectos y Programas Tabla III. 882,843 Totales. 3,273,412. 2,603,843. 887,000 Neto. -217,431
- Millones de pesos.
Puesto más claro: todos los ahorros que tenía el gobierno en estos últimos 25 años, más un endeudamiento importante han servido para financiar los caprichos presidenciales, esto es “rescatar” a Pemex y la CFE, cancelar el aeropuerto y reemplazarlo por una central avionera, construir Dos Bocas y el Tren Maya, destruir el sistema de salud e implementar programas sociales asistenciales, que más bien son compra de votos. Ni siquiera alcanzó con todo ese dinero, y en promedio se han requerido 70,000 millones de pesos adicionales cada año, que han salido de la desaparición de programas como las estancias infantiles, las escuelas de tiempo completo y muchos otros que son absorbidos por secretarias que ya ni siquiera pueden hacer lo que antes les correspondía, mucho menos atender nuevas obligaciones.
El Límite
Puesto que no hay mucho dinero disponibles, cumplir los caprichos tiene un costo, y eso no deja espacio para el resto de la administración pública. Para poder mover algunos recursos, se desaparecieron o redujeron notoriamente organismos autónomos, los presupuestos de Comunicaciones y Transportes o la Secretaria de Agricultura, y se ha fortalecido a las Secretarias de la Defensa Nacional y Marina. El resto de la Administración pública a duras penas mantiene el presupuesto que tenía en 2018, que debe asignar como puede para seguir funcionando. Y varias secretarias prácticamente no pueden.
Sin embargo, el problema que ahora se enfrenta es como financiar esa locura. Si el objetivo es regresar a México a los serentas, eso también incluye tener crisis fiscal al término del sexenio, como ocurrió en 1976, 1982 y 1987. En los tres casos, la crisis tuvo su origen en un exceso de gasto público que no pudieron cubrirse con incrementos en ingresos. En algún momento se lleva al límite, y cuando éste se traspasa, es nada más cuestión de tiempo para que deba aplicarse un ajuste, el cual siempre implica reducir gastos, incrementar impuestos y elevar las tasas de interés.
Mi impresión es que ese límite ya se rebasó y no hay forma de impedir dicho ajuste. Por un lado eso parece indicar el balance público, que en el acumulado anual se encuentra en el peor momento del sexenio y de varios otros previos. En febrero de 2022 el déficit público acumulado en un año alcanzó 830,000 millones de pesos y la tendencia apunta a llegará a 1.2 billones para el cierre del año 2022.
Puesto que las estimaciones de los expertos apuntan a un crecimiento económico inferior a 2% anual, y a una inflación superior al 6%, ese déficit rompe francamente con la regla de oro de lo que puede financiarse sin problema. Se tiene la convención que un déficit público menor del 3% del PIB no implica riesgo, pero para 2022 la cifra nos lleva a 4.5% del PIB. Esto si enciende alarmas sobre todo en las empresas calificadoras de riesgo.
El gobierno de Peña Nieto actuó con responsabilidad y redujo el déficit para en 2018 para entregar cuentas razonables al sucesor. Este en cambio empezó a gastar en exceso con extrema rapidez y cubrió los gastos con los ahorros mencionados. Si se eliminaron esos “ingresos extraordinarios” 2020 presentaría un déficit de 4.1% del PIB, que apenas se redujo en 2021. Con esa referencia llegar a un déficit de 4.5% del PIB ya no es tan extraño, y continuar la tendencia para casi alcanzar el 6% del PIB para 2024 tampoco lo es.
Lo más probable es que antes de llegar tan lejos ocurra el ajuste. Se podría intentar reduciendo gastos desde 2022, pero no queda claro en donde podrían realizarse los recortes: toda la administración se ha llevado a los huesos con tal de mantener los programas, proyectos y políticas públicas que le gustan al presidente. Claro que aquello podría detenerse, pero igual va en contra de lo que López Obrador ha prometido, y parecería muy díficil hacerlo entrar en razón.
La señal tendrá que venir de fuera, y creo que será la pérdida del grado de inversión. Aunque México no tiene una deuda como la que tienen los países europeos o Estados Unidos (por no hablar de los asiáticos), también es cierto que nuestra recaudación es notoriamente inferior a la de esos países. Así que ellos pueden mantener su calificación con deudas superiores al 100% del PIB, resulta demasiado complicado que podamos actuar de manera similar con el 60% del PIB, ya estamos cerca de ese nivel y seguramente lo alcanzaremos para finales de 2023. Antes de eso vendrá la pérdida del grado de inversión. Con la concecuencia de que la deuda se hace más cara, y con ello crece el déficit público. Será necesario un ajuste fiscal importante para que México pueda seguir atrayendo recursos sin el grado de inversión. De hecho, para muchos fondos de inversión, no es posible permanecer en un país sin grado de inversión. Se trata de un tema legal. El retiro de esos fondos provocará un ajuste cambiario y el alza de las tasas de interés internas, con lo que el costo financiero crecerá más rápido.
A diferencia de lo ocurrido en 1976, 1982 y 1987, ahora México tiene un tipo de cambio flexible que impide un ajuste cambiario brusco. No vamos a tener devaluaciones de 50 u 80% como en esos años. De hecho es término no se usa bajo un régimen de tipo flexible. La palabra indicada es depreciación y creo que será inferior al 20% es decir, cuando mucho se acercará el peso a 25 pesos por dólar. Como quiera ese ajuste implicará inflación, contracción económica y enojo de la población.
Deja una respuesta