Lección 4.15 Ignorancia sabes menos de lo que crees

Comentarios al libro 21 lecciones para el siglo XXI de Yubal Noah Harari

Parte 10 de 14

Tiempo de lectura: 12 minutos

        Introducción    

        En busca de la Verdaad    

Si el lector se siente abrumado y confundido por la situación actual se haya en el sendero adecuado. Los procesos globales se han hecho demasiado complejos para que una persona pueda comprenderlos por sí sola.     De qué manera entonces podemos saber la verdad acerca del mundo y evitar caer víctimas de la propaganda y la desinformación?

En los capítulos anteriores se ha pasado revista a algunos de los problemas y las novedades más importantes de la era actual, desde la amenaza exageradamente publicitada del terrorismo hasta la amenaza muy poco apreciada de la disrrupción tecnológica.     Si el lctor se ha quedado con la sensación inquietante de que esto es demasiado y de que no puede procesarlo todo, tiene sin duda toda la razón. Ninguna persona puede.

    El pensamiento liberal ha desarrollado una confianza inmensa en el individuo racional, es la base de la mayoría de la instituciones, por ejemplo la democracia se fundamenta en la idea de que el votante es quién mejor lo sabe, el capitalismo de mercado libre cree que el cliente siempre tiene la razón y la educación liberal enseña a los estudiantes a pensar por sí mismos.  Sin embargo es un error depositar tanta confianza en el individuo racional, los pensadores poscoloniales y las feministas han señalado que este individuo racional podría muy bien ser una fantasía occidental patriotera, que ensalza la autonomía y el poder de los hombres blancos de clase alta.

Cómo ya han demostrado los psicólogos conductuales y evolutivos,     “la mayoría de las decisiones humanas se basan en reacciones emocionales y atajos aprendidos a lo largo de la vida y completamente al margen de los análisis racionales”  solo adecuadas para afrontar la vida de la edad de piedra, ahora esas desiciones resultan tristemente inadecuadas en la era del silicio del siglo XXI.

No sólo la racionalidad es un mito, también lo es la individualidad. Los humanos rara vez piensan por sí mismos, más bien piensan en grupos. Lo que confirió a los homo sapiens una ventaja sobre los demás animales y nos convirtió en los amos del planeta,     no fue nuestra racionalidad individual sino nuestra nuestra capacidad sin igual de pensar de manera conjunta en grupos numerosos.  Ningún individuo sabe todo lo necesario para construir una catedral, una bomba atómica, un avión o operar la complejidad de los supermercados.

Creemos en la actualidad que sabemos muchísimo más que los hombres de la edad de piedra, pero como individuos en realidad sabemos mucho menos,     nos basamos en la pericia de otros para casi todas nuestras necesidades.  El homo sapiens era autónomo. En casi todas sus actividades desde cazar, recolectar o hacer sus herramientas y vestimenta. Esto es lo que se denomina como la ilusión del conocimiento creemos que sabemos muchas cosas aunque individualmente sabemos muy poco porque, tratamos el conocimiento que se haya en la mente de los demás como si fuera propio.

Esto no tiene que ser necesariamente malo. Nuestra dependencia del pensamiento de grupo nos ha hecho los amos del mundo y la ilusión del conocimiento nos permite pasar por la vida sin que fallemos al esfuerzo imposible de comprenderlo todo por nosotros.     Desde una perspectiva evolutiva confiar en el saber de otros ha funcionado muy bien para Homo sapiens.

En consecuencia personas que apenas tienen conocimiento de meteorología o biología proponen no obstante, políticas relacionadas con el cambio climático y la modificación genética de plantas, mientras que otras tienen ideas muy claras acerca de lo que debería de hacerse en Irak o en Crimea aunque sean incapaces de señalar esos países en los mapas.     La gente rara vez es consciente de su ignorancia porque se encierra en una sala insonorizada de amigos que albergan ideas parecidas entre ellos y de noticias que se confirman a sí mismas y donde sus creencias se ven reforzadas sin cesar y en pocas ocasiones se cuestionan.

El poder del pensamiento grupal está tan generalizado que resulta difícil romper su preponderancia, aunque las ideas parezcan ser bastante arbitrarias así; por ejemplo en Estados Unidos, los conservadores de derecha suelen preocuparse mucho menos de cosas como la contaminación y las especies amenazadas que los progresistas de izquierdas razón por la cual algunos estados tienen normativas ambientales mucho más permisivas que otras. En general, estamos acostumbrados a esta situación de modo que la damos por sentada, pero en realidad es muy sorprendente.

Ni siquiera los científicos son inmunes al poder de pensar en grupo. Así los científicos que creen que los hechos pueden hacer cambiar la opinión pública, tal vez sean víctimas del pensamiento científico grupal qué creen en la eficacia de los hechos de ahí que los leales a esa comunidad continúen pensando que pueden ganar los debates públicos lanzando a diestro y siniestro los hechos adecuados a pesar de que hay una gran evidencia que demuestrade lo contrario.

        El agujero negro del poder    

        El problema del pensamiento de grupo y de la ignorancia individual afecta no sólo a los votantes y clientes comunes, sino también a Presidentes y Directores Generales que tienen a su disposición una gran cantidad de asesores y vastos servicios de inteligencia.    

Pero no por eso las cosas son necesariamente mejores, es muy difícil descubrir la verdad cuando se gobierna el mundo, se está demasiado atareado, la mayoría de los dirigentes políticos y los magnates de los negocios se pasan la vida trajinando.     Pero para profundizar en cualquier tema se necesita en particular el privilegio de perder el tiempo , es necesario experimentar con cambios improductivos, probar con callejones sin salida, dejar espacio a las dudas y al aburrimiento y permitir que pequeñas semillas de perspicacia crezcan lentamente y florezcan,     si no podemos permitirnos perder tiempo nunca daremos con la verdad.

        El gran poder se dedica a cambiar la realidad en lugar de verla como es    

El gran poder no puede confiar completamente en lo que le dicen. Porque pareciera que todos los que le hablan tendrían motivaciones secretas, conscientes e inconscientes de modo que nunca podra confiar por completo en lo que le dicen. Ningún sultán puede confiar nunca en que sus cortesanos y subordinados le dicen. Así el gran poder actua como un gran agujero negro que deforma el espacio que lo rodea, cuanto más nos acercamos, más retorcido se torna todo,     cada palabra lleva una carga adicional cuando penetra en nuestra órbita y cada persona que vemos intenta doblarnos, calmarnos u obtener algo de nosotros.

    Si realmente queremos la verdad es necesario escapar del agujero negro del poder y permitirnos la pérdida de mucho tiempo vagando por aquí y por allá en la periferia.  El saber revolucionario rara vez llega hasta el centro porque el centro está construido sobre un conocimiento ya existente, los guardianes del antiguo orden suelen determinar quién consigue alcanzar los centros del poder y tienden a filtrar a los portadores de ideas no convencionales Y perturbadoras, desde luego también filtran gran cantidad de basura, ser invitado al Foro Económico Mundial de Davos no es garantía de sabiduría, por ello debemos invertir tanto tiempo en la periferia. Quizá los guardianes del antiguo orden tengan algunas ideas brillantes y revolucionarias, pero casi seguro están llenos de conjeturas infundadas, modelos desacreditados, dogmas supersticiosos y ridículas teorías conspirativas.

Así, los dirigentes se hallan atrapados por partida doble; si permanecen en el centro del poder, su visión del mundo estará muy distorsionada y si se aventuran hacia los márgenes, gastarían muchísimo de su preciado tiempo y el problema no hará más que empeorar.     En las décadas venideras el mundo se volverá más complejo aún de lo que es hoy en día, en consecuencia los humanos ya sean peones o Reyes sabrán menos todavía de los artilugios tecnológicos, de las corrientes económicas y de las dinámicas políticas que modelan el mundo.  Cómo observó Sócrates hace más de 2000 años lo mejor que podemos hacer en tales condiciones es reconocer nuestra propia ignorancia individual.

        Conclusiones    

La propaganda y las noticias falsas son parte del panorama del siglo XXI Cómo saber la verdad? Casi todos los procesos globales se han vuelto tan complejos que nos cuesta mucho trabajo procesarlos todos porque nadie puede hacerlo.

El pensamiento liberal ha dado una gran importancia al individuo racional, quién es el centro de la mayoría de las instituciones tales como la democracia, el capitalismo de libre mercado y la educación liberal que enseña a los alumnos a pensar por sí mismos, sin embargo está demostrado que la mayoría de las decisiones humanas se basan en reacciones emocionales y en conductas aprendidas a priori.

Cómo se menciona en el texto, los humanos piensamos en grupos y rara vez en forma individual. Eso es lo que nos dio la fuerza para dominar al mundo y es que nos basamos en los pericia de otros para sobrevivir y lograr nuestros objetivos, tratando el conocimiento que está en la mente de los demás como si fuera el propio.

desde el punto de vista evolutivo confiar en el saber de otros ha funcionado muy bien para los humanos.

Las personas rara vez son conscientes de su ignorancia porque se encierran en su pequeño grupo en donde comparte ideas, noticias, prejuicios que no les permiten ver más allá de su círculo; especialmente aquellos que carecen de curiosidad y rara vez cuestionan el funcionamiento del mundo en general.

Este ignorancia del pensamiento grupal también afecta a presidentes y directivos de grandes empresas aunque tengan una gran cantidad de asesores y sistemas de inteligencia para recabar datos.

En la propuesta de Yuval Noah nos sugiere que para profundizar en un tema es necesario poder perder el tiempo hasta que las semillas de la perspicacia florezcan y encontremos la verdad y si no podemos perder el tiempo no daremos con la verdad.

Los poderosos por su posición tienden a deformar la realidad que les van filtrando por los intereses creados alrededor de la política o del poder empresarial, por lo que si quieren ver la verdad es necesario que se escapen de repente a la periferia. Debido a lo que se avecina en el siglo XXI con las tecnologías disruptivas que convergen a gran velocidad, tendremos que hacer seleccionar el área del saber que nos acomode, que nos satisfaga y en donde tengamos habilidades para concentrarnos en ella, estudiar y seguir avanzando y de las demás áreas que modelan al mundo sólo tendremos que reconocer nuestra ignorancia individual


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