Fueras de serie Parte 4 de 6


Comentarios al libro de Malcolm Gladwel

Tiempo de lectura: 9:00 minutos

Introducción

En esta semana les comento la evaluación de los genios, que los hace diferentes y como aún en su brillantes genética la influencia del medio ambiente los puede pulir para alcanzar sus propias metas y el éxito. Presento el concepto de cultivo concertado para la educación de los niños, que si los tienes o conoces a alguien que los tenga te recomiendo interesarse en ello ya que será de gran impacto favorable para los niños.

Hasta los genios requieren para brillar al máximo de oportunidades que se mezclan con su talento y motivación para triunfar.

En Estados Unidos existe un programa llamado 1 contra 100 en donde una persona común y corriente pone a prueba sus conocimientos frente a 100 personas si el resultado le favorece puede ganar hasta un millón de dólares.

En esta ocasión que les comentaré el hombre que para muchos es el mejor calificado para el concurso de todo el país, su nombre es Chris Lagan. La cámara se acerca a la puerta del foro y aparece un hombre achaparrado, fornido, como de unos 50 años de edad. Una persona normal tiene un coeficiente intelectual de 100, el de Albert Eistain (E=mc’2) era de 150, Chris tiene 195 y ahora trabaja en una teoría sobre el universo.

A lo largo del último decenio Chris ha alcanzado una extraña fama, se ha convertido en el rostro público del genio ante la opinión pública estadounidense es una celebridad dentro de los fuera de serie, (pienso en su equivalente británico Steve Hawking cos su teoría del espacio tiempo y los agujeros negros que falleció a los 76 años, autor entre otros libros el de la teoría del bigbang)

En sus tempranos años de adolescencia, mientras trabajaba como jornalero agrícola Chris empezó a leer extensamente sobre física teórica, a los 16 años leía al filósofo Beltran Rousell e incluso pudo leer su libro Principia Matemática en donde fue coautor Oliver Nord, obra de extrema complejidad.

En diferentes horarios del día estudiaba matemáticas, francés y ruso y más tarde algo de filosofía. Cumplía su programa con religiosidad sin fallar ni un día.

A los 14 dibujaba con calidad fotográfica, a los 116 tocaba la guitarra eléctrica temas Jimmy Hendricks, no se molestaba en ir a la escuela solo iba a los exámenes.

En las respuestas en el programa 1 contra 100, no se andaba por las ramas, se demoraba un poco y después surgían las palabras adecuadas, las frases las decía una tras otra, limpias e impecables y eran exactas.

Cuando sus ganancias acumuladas llegaron a los $250,000 dólares, pareció calcular mentalmente los rieSgos de perderlo todo y entonces bruscamente se detuvo y dijo «Me planto», le estrechó la mano al moderador y se retiró en la cima, como nos gusta pensar que hacen los genios.

Actualmente las empresas de alta tecnología como Google o Microsoft miden cuidadosamente las capacidades cognitivas de sus futuros empleados, parten de la misma creencia de que aquellos con un coeficiente intelectual más alto tienen mayor potencial.

Sobre los genios sentimos admiración y pareciera que son los verdaderos fuera de serie, pero hasta ahora hemos visto que el éxito obedece menos al talento que a la oportunidad.

En este capítulo veremos al fuera de serie en su más pura y destilada esencia: la del genio.

Para analizar el éxito en la vida real alguien con una calificación de 70 o menos en la Prueba de Remen se le puede considerar mentalmente discapacitada, en la media y con mayor porcentaje de la población están con una calificación de 100, y para entrar y terminar la universidad se requiere un mínimo de 115 así como para un postgrado competitivo. Existe una correlación directa entre una mayor capacidad y más un alto puntaje, estos obtendrán más educación, mas dinero ganará y hasta lo creas o no, más años vivirán.

Lo que pasa con el coeficiente intelectual es como por ejemplo lo que pasa en el baloncesto, un jugador de 1.65 m de estatura tiene pocas posibilidades de ser profesional en este deporte, el umbral para jugar es 1.85 sin embargo medir 2.05 no lo hace mejor. Michel Jordán el mejor jugador de todos los tiempos estaba un poco arriba del 1.90 m. Lo mismo sucede con la inteligencia tiene su valor umbral.

Decíamos que Einstein tenía 150 y Chris Lagan 195, por lo tanto tenía 30% más inteligencia.

Un científico adulto con coeficiente de 130 puede ganarse un premio Nobel y uno de 100 puede entrar a la Universidad de Notre Dame o la de Michigan, con eso basta.

De los estudiantes de derecho de la Universidad de Michigan, el 10% deben ser de minorías raciales por lo que son aceptados aunque de estas en realidad solo el 3% pasa los exámenes de admisión. Al final de una generación de estas se les dio seguimiento en el tiempo para saber lo siguiente: ¿cuánto dinero gana? ¿Cuánto habían acumulado? ¿Hasta dónde habían llegado a su profesión? ¿Cuán satisfechos estaban de sus carreras? ¿Qué contribuciones comunitarias y sociales habían realizados? ¿Qué tipo de honores los habían distinguidos? Examinaron todo esto que podría ser indicativo de éxito en el mundo real y se quedaron sorprendidos con lo que encontraron.

La expectativa era encontrar el vaso medio lleno o a lo mucho 3/4 entre estudiantes afroamericanos y blancos. Sin embargo encontraron que les había ida igual de bien. En algún lugar encontraron las experiencias significativas.

Sorprendente sin embargo la conclusión es que la Universidad de Michigan es suficientemente buena para que los que caen en el umbral les vaya bien en la vida. Uno de los motivos por los que un catedrático acepta un salario menor que el que obtendría en una empresa es que tiene la libertad para hacer lo que quiere hacer y lo que considera correcto hacer.

Cuando Chris Langan contó su historia recordé la de Robert Oppenhaimer, el físico conocido por encabezar el desarrollo de la Bomba Nuclear durante la Segunda Guerra Mundial.

Oppenhaimer fue a Harvard y luego a Cambridge para doctorarse en física. El responsable gubernamental del proyecto Manhattan era Lesli Grove, peino a el país para encontrar a alguien para ponerlo a la cabeza del proyecto; Eligió a Oppenhaimer aunque contaba con poca experiencia administrativa y con todo tipo de amistades comunistas. Fue contratado para dirigir los esfuerzos de científicos de una gran variedad de disciplinas para resolver problemas de química, metalurgia, ingenieria, química, física y artillería que hasta esa fecha no se habían realizado. Oppenheimer poseía esa clase de sentido común que permite a un hombre conseguir lo que desea del mundo. A lo que se puede llamar inteligencia práctica que incluye cosas como: Saber qué decir, a quien decirlo y cuando decirlo y saber cómo decirlo para que tenga su máximo efecto. Es el ejercicio de saber leer a los otros correctamente y conseguir lo que se quiere.

Esto implica conocimiento, inteligencia práctica, Inteligencia analítica y el sentido común social. Un conjunto de habilidades que procede normalmente del entorno familiar.

La socióloga Annet Maryland dirigió un estudio que mejor representa esta situación, escogió dentro de un grupo de Post graduados de familias de raza blanca y otros de raza negra, de familias ricas y pobres y después de una selección que quedó con solo 12 familias y aunque pudiera parecer una variedad de 12 estilos de educación se encontró con solo dos filosofías: los padres de familias ricas criaban a de una manera diferente, estaban más dedicados a participar en la educación de sus hijos.

Los trasladaban de una actividad a la siguiente y se informaban sobre el avance con los profesores, entrenadores y compañeros de equipo. Esta clase de planificación intensiva estaba casi ausente de las vidas de los niños pobres.

Los padres de clase media y alta platicaban las cosas con sus hijos, razonaban con ellos. No se limitaban a darles órdenes. Esperaban que sus hijos les contestaran, negociarán; que cuestionaran a los adultos en posiciones de autoridad. A este estilo de educación le llamaron «cultivo concertado», que es un intento activo de fomentar y evaluar los talentos de un niño, sus opiniones y sus capacidades.

En contraste los padres pobres tienden a seguir una estrategia de «crecimiento natural» de los niños, consideran la responsabilidad de criar a sus hijos pero a dejarlos solos.

El cultivo concertado presenta enormes ventajas, él niño de clase media está expuesto a un sin número de experiencias en constante cambio. Aprende a trabajar en equipo y a adaptarse a entornos sumamente estructurados. Le enseñan a relacionarse con adultos y a expresar sus opiniones cuando tienen que hacerlo y adquirirán el concepto de «tener derecho»

Estos niños y desde el cuarto año de primaria demuestran autonomía para actuar en su propio favor. Así que hacen peticiones especiales a profesores o médicos para que ajusten procedimientos al acomodo de sus deseos.

En contraste los niños pobres y de la clase obrera, se caracterizan por una situación de distancia, desconfianza y limitación. No saben lo que quieren ni como obtenerlo, ni como «personalizar» su entorno en harás a conseguir sus objetivos. Se muestran callados y sumisos, con la vista apartada.

Los de clase media y alta están acostumbrados a que les traten con respeto. No es un cualquiera. Es una persona digna de atención y el interés de un adulto. Estas son las características clave del cultivo concertado, razona y bromea con facilidad. Estas habilidades sociales no son producto de la genética, son producto de una enseñanza de una familia culta, se lo han eseñado cuidadosamente.

El sentido del derecho que le han inculcado es una actitud perfectamente adecuada para el éxito en el mundo moderno.

Estas fueron las actitudes que tenía Oppenheimer de las que Langan carecía.

Oppenheimer se crió en uno de los barrios más ricos de Manhattan. Era hijo de una artista y un próspero fabricante de ropa. Su niñez fue la encarnación del cultivo concertado. Los fines de semana paseaba en auto con chofer, los veranos viajaba a Europa a ver a su abuelo. Estudió en la Ethical Culture School de central Park West, quizá la escuela más progresista del país , en donde se les enseñaba a los niños que se preparaban para cambiar al mundo.

Y no sorprende cómo manejo Oppenheimer los desafíos que le planteó la vida, con tanta brillantes, con todas sus habilidades aprendidas en las escuelas y Universidades en donde estudio para poder dirigirse a cualquier público.

Conclusión

Los niños de cultivo concertado están más alertas, son más tranquilos y son más atractivos, se visten mejor, de hecho esas 4 características los hacen notar ampliamente.

Con el tipo de educación concertada de los genios y personas de la sociedad que se distinguen, las estrellas de rock, las estrellas deportivas profesionales, y los millonarios del software no han alcanzado el éxito por sí solos, han tenido una oportunidad extraordinaria que les representó su Hamburgo. Si a eso le agregas el cultivo concertado estarás probablemente desarrollando un genio que conseguirá lo que desea del mundo. Aplicalo si tienes hijos jóvenes o comparte este post con quien si los tenga, le pueden ayudar a los niños.


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