Sapiens, de animales a dioses Parte 3 de 9


Donde se presenta la historia del nacimiento del capitalismo, sus ventajas y las desventajas si no se regulan los mercados, su interrelación con la política y sus perspectivas de aplicación hacia un mejor futuro.

Comentarios al libro de Yubal Noa Harari

Tiempo d:e lectura: 8:00 minutos.

Introducción

El Culto a el Libre Mercado

El capital y la política se influyen mutuamente de tal forma en que sus relaciones son objeto de acalorados debates por parte de economistas, políticos y la opinión pública en general. Los acérrimos capitalistas suelen aducir que el capital debe ser libre de influir en la política, pero que no se debería permitir que la política influya en la economía, argumentando que cuando los gobiernos interfieren en los mercados, los intereses políticos hacen que se efectúen inversiones insensatas que conducen al crecimiento más lento.

Por ejemplo un gobierno puede poner altos impuestos al capital para proporcionar espléndidas prestaciones al desempleo que son populares entre los votantes y a lo mejor sería más práctico dejarles que ese capital se aplique para construcción de nuevas fábricas que contraten a los desempleados.

Según esta concepción lo mejor es mantener a la política lo más lejos de la economía, reducir los impuestos y la normativa gubernamental al mínimo y dejar que las fuerzas del mercado en libertad para tomar su camino.

Los inversores privados invertirían su capital en donde se obtenga el mayor beneficio y así asegurar el máximo crecimiento económico que beneficiaría a todos (Empresarios, Trabajadores y Gobierno).

Actualmente no existe Mercado libre de prejuicio político, el recurso más importante es la confianza en el futuro y dicho recurso se ve amenazado constantemente por charlatanes y ladrones. Por si mismos los mercados no ofrecen protección contra el fraude, el robo y la violencia.

Esa tarea es de los sistemas políticos de asegurar la confianza mediante la regulación contra engaños y el establecimiento y respaldo de fuerzas de policía, tribunales y cárceles que hagan cumplir la ley . Cuando los Políticos no cumplen su tarea y no regulan de modo adecuado los mercados esto conduce a la pérdida de la confianza, el crédito se disminuye y crea crisis económica. Un ejemplo es la burbuja inmobiliaria de Estados Unidos en 2007 y el hundimiento del crédito y la recesión que le siguió en 2008 y 2009.

El Infierno Capitalista

Durante los inicios del periodo moderno el auge del capitalismo europeo fue de la mano con el auge del tráfico de esclavos en el Atlántico. Los responsables de esa calamidad fueron las fuerzas desenfrenadas del Mercado, más que los Reyes tiránicos o las ideologías racistas.

Cuando los europeos conquistaron América abrieron minas de oro y plata y plantaciones de tabaco, azúcar y algodón. Dichas minas y plantaciones se convirtieron en el principal soporte de la producción y exportación americana.

Las plantaciones de azúcar fueron particularmente importantes, en la edad media europea no se conocía apenas el azúcar, se importaba a precios prohibitivos de Oriente Medio. Una vez que se establecieron las plantaciones de caña en América; a Europa le empezaron a llegar cantidades crecientes de azúcar. El precio de esta bajo y Europa desarrollo el gusto insaciable por los dulces, pasteles, galletas y bebidas azucaradas como el cacao, te y café.

La ingesta anual del ciudadano inglés paso de casi cero a principios del siglo XVII a unos ocho kilogramos a principios del XIX.

Sin embargo cultivar caña y extraer su azúcar era una empresa que requería trabajo intensivo en campos infestados de malaria bajo el sol tropical. Sensibles a las fuerzas del mercado y codiciosos de obtener beneficios y crecimiento económico los propietarios europeos de las plantaciones empezaron a importar esclavos.

Desde el siglo XVI al XIX unos 10 millones de esclavos africanos fueron importados a América. Alrededor de 70% de estos se dirigió hacia las plantaciones de azúcar. Las condiciones de trabajo eran terribles. La mayoría de los esclavos tenían una vida corta y miserable, millones de ellos murieron durante las guerras para capturarlos o durante el largo viaje desde el ínterior de África a las costas de América y todo esto para que los europeos pudieran disfrutar de su te dulce y sus golosinas y para que los magnates del azúcar tuvieran enormes ganancias.

El tráfico de esclavos no era controlado por ningún gobierno o Estado, era una empresa puramente económica, organizada y financiada por el libre mercado de la oferta y la demanda. Las compañías de comercio de esclavos vendían sus acciones en los mercados de valores de Ámsterdam, Londres y París. Los inversores de clase media compraban esas acciones que buscaban una buena inversión, sobre la base de ese dinero las compañías compraban barcos, contrataban marinos y soldados, adquirían los esclavos Africanos, los transportaban a América y allí los vendían a los dueños de las plantaciones.

Utilizaban las ganancias para comprar productos de las plantaciones como azúcar, cacao, algodón o ron, regresaban a Europa las vendían por un buen precio y luego regresaban a África para iniciar otra ronda. Los accionistas estaban encantados con este arreglo por los altos rendimientos de sus inversiones.

Este es el pequeño inconveniente del capitalismo de libre mercado, ya que no puede asegurar que los beneficios se obtengan de manera justa y las ansias por obtener mayores rendimientos y aumentos de producción impiden ver a la gente ambiciosa cualquier cosa que se interponga en su camino. Cuando el crecimiento se convierte en el bien supremo, no limitado por un consideración ética puede conducir fácilmente a una catástrofe.

El capitalismo ha matado como el cristianismo y el nazismo, a millones de personas debido a la indiferencia ligada a la avaricia. El tráfico de esclavos no surgió de un odio racial. Los propietarios de de las empresas de comercialización de esclavos rara vez pensaban en los africanos, muchos propietarios vivían lejos y lo único que pedían eran libros contables claros de ganancias y pérdidas.

A partir de 1945 hasta 1989 la avaricia capitalista se refrenó un poco debido principalmente al temor al comunismo de la guerra fría, pero las desigualdades todavía son feroces. El pastel, económico del 2014 es mucho mayor que el del 1500 pero está distribuido tan desigual que muchos campesinos africanos y trabajadores indonesios regresan al hogar después del trabajo con menos comida con la que regresaban sus antepasados en 1500. De manera que la revolución agrícola, el crecimiento de la economía moderna, podría ser un fraude colosal. Bien pudiera ser que la especie humana y la economía global sigan creciendo, pero hay muchos más individuos hambrientos y en la indigencia.

El capitalismo tiene dos respuestas a esa crítica. Primera: el capitalismo ha creado un mundo que nadie que no sea capitalista pueda funcionar, el único intento de hacer la economía diferente fue el comunismo que resultó ser peor en todos los aspectos, hasta el punto a que nadie tiene el estómago de intentarlo de nuevo.

Desde muchos años antes de cristo se podían verter amargas lágrimas a propósito de las desventajas de la revolución agrícola, pero era demasiado tarde para abandonar la agricultura. De manera similar puede que no nos guste el capitalismo pero no podemos vivir sin el.

La segunda respuesta es que debemos tener paciencia, el paraíso está a la vuelta de la esquina, prometen los capitalistas. Es cierto que se han cometido errores como el comercio de esclavos y la explotación de la clase obrera. Pero hemos aprendido la lección y si permitimos que el pastel crezca más, todo el mundo recibirá una parte más substanciosa. La división del botín nunca será equitativa pero habrá suficiente para satisfacer a todos los hombres, mujeres y niños incluso en el Congo y para la clase obrera.

Es cierto que hay señales positivas como el incremento promedio de la esperanza de vida y la reducción de la mortalidad infantil así como en el incremento en la ingesta calórica. El nivel de vida de los humanos es significativamente superior al de hace 100 años y esto muy a pesar del incremento exponencial en el número de humanos. La población mundial ronda por los 7,000 millones de habitantes.

Las ruedas de la industria

La economía moderna crece gracias a nuestra esperanza en el futuro y a la buena disposición de los capitalistas de reinvertir los beneficios en la producción. Pero, esto no basta. El crecimiento económico necesita también energía y materias primas y ellas son finitas. Si se agotan requeriremos de adelantos tecnológicos que las substituyan, sino todo el sistema se desmoronará.

Si embargo en cada caso en que se han visto casos de escasez de materiales fluyen inversiones para la investigación científica y tecnológica. Esto ha producido de forma invariable nuevos materiales y nuevas formas alternas de energía como la energía nuclear primero y la eólica y solar últimamente.

Mi Conclusión

En esta parte del libro Yubal describe el nacimiento del capitalismo, sus ventajas y desventajas. Así como sus éxitos y fracasos. Sin embargo nos presenta una esperanza de mejora como producto de las inversiones en ciencia y tecnología que se están haciendo a la fecha que permitirán que muchos productos necesarios bajen de costo, aumentando así su demanda manteniendo su calidad para que sean más accesibles a mayor número de personas.


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