La Brecha Entre el Placer y la Felicidad

La Brecha Entre el Placer y la Felicidad

Según Seth Godin

Tiempo de lectura: 2 minutos.

Traducido por Pedro Mosiño.

El placer es de corto plazo, adictivo y egoísta. Se toma, no se da. Trabaja con la dopamina.

La felicidad es de largo plazo, aditiva y generosa. Se da, no se toma. Trabaja con la serotonina. Entre ambas no sólo hay diferencia de significado, sino que existe una diferencia fundamental en el cableado del cerebro.

El placer y la felicidad se entienden como si fueran sustitutos el uno del otro. Pero no es así, pueden confundirnos en el corto plazo, pero a largo plazo son diferentes.

Ambos conceptos son constructos culturales, ambos responden a estímulos externos (ambientales o intrínsecos como la salud de la persona) pero más y más a estímulos culturales.

La mercadotecnia usualmente vende placer, es un corto y fácil camino para un ingreso repetitivo de una empresa. Enganchando a alguien en los caminos desde la cafeína, el tabaco, el video o el azúcar como modelo de negocio.

Últimamente las redes sociales están usando la dopamina, alrededor del miedo y el enojo para llevar un nuevo tipo de adicción.

Por otro lado, la felicidad es algo difícil de comprar. Requiere más paciencia, más planeación y más confianza. Es posible encontrar felicidad en la despreocupada visión del mundo de un niño, pero es más seguro encontrarla con madurez y como una serie de decisiones conscientes, buscando conexión, generosidad y evitando los golpes de dopamina del placer mercadotécnico.

Más ahora que nunca, nosotros controlamos nuestros cerebros, vigilando lo que ponemos en ellos, escogiendo los medios, las interacciones, las historias y las sustancias que ingerimos, cambiaremos lo que experimentamos.

Estos insumos nos guían a una narrativa que es soportada por nuestra dependencia a la dopamina y las historias que nos decimos a nosotros mismos.

¿Podría ser de otra forma?

«Rascarse la comezón es una ruta al placer. Aprendiendo a vivir con la comezón es parte de la felicidad».

Mi conclusión

La aclaración de la deferencia entre el placer y la felicidad, habla de que no es posible vivir dedicado el placer todo el tiempo porque este se satura y deja de ser una sensación placentera. La felicidad por el contrario es de largo plazo y producto de planeación y de hábitos virtuosos como son la prudencia, la templanza, la paciencia y la empatía con los desfavorecidos y los que menos tienen. Aplicar el método PERMA del Dr. Martín Seligman es la forma de planear el camino hacia la felicidad.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.